compartir; neymar

diez

neymar siempre obtuvo amigos y conocidos con facilidad. su papá le decía que era toda una mariposa sociable. hablaba mucho cuando era necesario y sabía mantener cómodos silencios cuando le tocaba escuchar, o simplemente callar.

también ama fácilmente, por eso tiene tantos buenos amigos con los que puede contar día y noche aunque los haya conocido con solo una semana de antelación. ama su club, a sus compañeros y trata de permanecer siempre junto a ellos. adora a la gente a su alrededor y a los que no están tan cerca suyo, pero que lo apoyan indispensablemente.

quizás por eso no le costó nada relacionarse con el gato arisco que era lionel. no sabía si eran sus habilidades sociales o su escondido encanto que lo suavizaron al argentino, o su insistente empeño en acercarse al chico que, como nunca nadie lo había tratado, lo rechazaba notoriamente.

"es obvio que le desagradas, ¿por qué insistes en hacerte su amigo?" le había reprochado kylian en una de sus charlas vespertinas.

tampoco le había encontrado sentido. no era la primera vez que alguien se portaba tan reacio a su presencia; sin embargo, todos los atacantes habían sido internautas desocupados paseando por sus redes sociales a través de algún dispositivo que, si tenían la oportunidad de verlo en persona, no dudarían en pedirle una foto. lionel era distinto, transparente y sincero a pesar de su timidez, que le demostró lo disgustado que estaba frente a él. eso solo lo hizo encapricharse con muchas más fuerzas.

lionel tenía un dulce encanto que alimentaba sus ganas de convertirlo en su amigo. no sabía si era su peinado infantil, su antiguo estilo de ropa o el acento extranjero que usaba para insultarlo. volvía noche tras noche, solo para sacarlo de quicio, probar su deliciosa comida y escucharlo susurrar palabras nuevas.

las semanas pasaban y para su suerte, el muchacho comenzaba a ceder. le agradaba mucho, así que apreciaba cada acercamiento que comenzaban a experimentar. en algún momento de sus encuentros, las ganas de tenerlo cada vez más cerca aumentaban.

"¿le pediste el número, pa'?" leandro suelta una carcajada, palmeando su hombro con más fuerza de la necesaria mientras se mueven de camino al centro de la cancha de entrenamiento. "bien ahí, eh, yo digo que podés llegar a gustarle, si te dio su número, es un avance"

neymar mantiene una sonrisita sobre el rostro, tímido ante la insinuaciones de su compañero. luego, arremetiendo contra su espalda bruscamente, el francés se une a la conversación.

"¿hablan del chico del restaurante? yo digo que es lindo, haría buena pareja con ney" agrega el parisino, brincando sobre sus talones mientras ríe junto al argentino.

"ni siquiera hemos conversado tanto como se lo imaginan, además sigue diciendo que kyky es mejor que yo, tú–" el brasileño señala al mencionado "—tienes más probabilidades de ser su novio que yo"

"trabaja rápido entonces, porque yo no me negaría" el tono de voz del moreno es más juguetón de lo que le gustaría y comienza a correr detrás de él, luego de haberle sacado la lengua infantilmente.

toma las palabras de mbappe en serio y tan despreocupado como siempre, no se da cuenta cuando ruega internamente por tener a leo entre sus brazos, abrazándolo y brindándole caricias que lograran transmitirle el desarrollo de sus sentimientos. atrevido y lanzado como en toda la vida, lo va a ver más seguido, le escribe y le confiesa las ganas que tiene de verlo.

los nervios lo carcomen como nunca el día que lo lleva a su lugar especial. logra controlar perfectamente su respiración y el temblor de sus manos, todo gracias al constante contacto apretado que tenía con las ajenas.

después, se besan, su cerebro se desconecta de todo lo malo y disfruta del chico argentino como nunca. se da cuenta que sus sentimientos van más allá de una simple amistad, que adora a leo lo suficiente para pedirle que lo vaya a ver jugar a cada partido. fantasea con la imagen de del muchacho con su camiseta del paris festejando sus goles, mientras picotea sus labios de regreso al centro de la ciudad.