capítulo 5

2.9K 132 51
                                    

Edward se había ido al trabajo ese lunes, luciendo más feliz de lo habitual. Louis se había quedado en la cama hasta las 10 de la mañana, estaba cansado por la noche anterior. Edward lo había follado más bruscamente de lo habitual. No se quejaba, había sido maravilloso.

- Buen día. - Saluda Harry, sacándolo de su adormilamiento. Louis le sonríe al alfa, y regresa su vista a su taza de café, cerrando sus ojos momentáneamente. -¿Noche ocupada?

- Un poco, sí. - Responde riendo, Harry sonríe. Claro que los había escuchado, Edward no había tenido reparo en gruñir, y penetrarlo tan fuerte que la cabecera de la cama chocara contra la pared una y otra vez. Ese era el plan de todas formas.

Edward había sentido el olor de Harry impregnado en el omega, ese singular olor a sal y vinagre, que se combinaba perfectamente con el dulce olor de Louis, y con el suyo mismo. La sola idea de imaginar que quizás habían sido algo más que unos simples besos, lo excitó de sobre manera, y acabaron teniendo sexo maravilloso hasta las 3 de la mañana.

- Afortunado. - Murmura el alfa, sirviéndose café. Louis ríe, sonrojándose y apartando la mirada.

Adorable. Harry respira profundo, tomando un sorbo de su café, antes de acercarse al omega. - Buenos días. Repite, inclinándose hacía el omega, con la intención de besarlo. Louis sonríe, y se deja. Es un beso rápido, sólo sus labios rozándose, pero cuándo ambos se apartan y sus ojos se cruzan, saben que eso no vá a ser suficiente.

Harry lo toma de la cintura, colando una de sus manos a sus muslos, dónde lo levanta y el omega rodea sus caderas con sus piernas, mientras se besan hambrientamente.

El alfa camina con el pequeño omega en sus brazos, quién le come la boca con desesperación y le acaricia el pecho con una de sus manos, mientras que la otra está enredada en su cabello. Y cuándo se están dirigiendo hacía la habitación dónde se queda Harry, el alfa decide detenerse en la de la pareja, ingresando a ésta.

El fuerte y dominante olor de Edward golpeándolos cuándo están dentro, excitándolos más de lo que ya están. Harry deja al omega en el centro de la cama, alzándole la camiseta para empezar a llenar de besos húmedos su pecho, jadeando cuándo observa las marcas que tiene en las clavículas, alrededor de los pezones, en las caderas.

Harry cepilla sus labios contra la cálida piel del bajovientre de Louis, quién gime, abriendo las piernas ligeramente, mientras enreda sus manos en el cabello del alfa. Acaricia los muslos suaves, decorados con marcas de besos y mordidas, pasando su lengua por éstos, sintiendo el gruñido formarse en su pecho cuándo el fuerte olor de vainilla y canela se hace más intenso.

Louis olía extremadamente dulce, ¿así también sería su sabor?

Le abre bien las piernas al omega, antes de dejar que su rostro se hunda entre éstas, pasando su lengua sobre la muy húmeda entrada. Harry gime, pasando su lengua con más ganas, tratando de conseguir más de ese adictivo sabor.

- Fóllame. - Gime Louis, a lo que Harry alza la mirada, asintiendo al instante, colocándose sobre el cuerpo del omega y besándolo con pasión. Siente las cálidas y delicadas manos de Louis acariciarlo sobre su pantalón de pijama, antes de liberar su erección, y empezar a masturbarlo.

- Joder. - Gruñe el alfa, apartando las manos del omega y alineándose contra la húmeda entrada, antes de empezar a empujarse con suavidad.

Se sentía volar y arder al mismo tiempo. Estar dentro de Louis no se comparaba con nada que hubiera experimentado antes. Harry estaba justo en medio del cielo y el infierno, y estaba fascinado.

Sus embestidas no se hacen esperar, empujándose en el omega en un ritmo suave, pero constante, penetrándolo con profundidad, estirándolo jodidamente bien.

MÉNAGE Á TROIS  - Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora