Capítulo 02

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Llevó su dedo meñique a sus labios en hábito a cada vez que se lastimaba esa parte de su mano. Se había pinchado nuevamente el dedo por el reciente punto elaborado a su bordado. Dejó la guasa un momento para analizar su avance, y el resultado no le agradó.

¡Estaba horrible!

Los hilos no estaban sueltos del todo e igualmente se veía terrible.

Otra vez debía deshacerlo.

Ojalá le saliera bien esta vez, porque no podía retrasarse y continuar en el inicio. Con esa sería la tercera vez que deshacía y volvía rehacer su bordado. Si no lograba unir ambas telas con el punto especificado, no avanzaría.

Levantó la cabeza queriendo ver el progreso de sus compañeras cercanas. Todas avanzaban, y ninguna estaba empezando de cero.

De antemano asumió que bordar no sería lo suyo cuando anunciaron cuál sería su siguiente clase. Corroboraba ese hecho en ese instante. Bordar no era lo suyo. Y seguro nunca lo sería. Dejando de lado ese detalle, su primer día de formación en esa hacienda no estaba mal, aún siendo una cautiva.

Escuchar las crudas y duras palabras de su cuidadora fue necesario y vital para ella. Para todas, en realidad. No podía, ni debía seguir llorando, pues debía concentrarse en algo mayor...

Su prioridad era destacar y ser elegida.

Si existía la mínima posibilidad de ver a sus padres y hermano nuevamente, aunque sea de lejos, posiblemente lo lograría si se casaba. Además de llevar una vida decente.

Buscó a una de las maestras con la mirada, llamaría a quien estuviese más cerca y no fuese una que llamó anteriormente para que volviese a explicarle cómo realizar el punto de bordado señalado... Otra vez.

...: Si quieres te enseño — el repentino ofrecimiento de su compañera de en frente captó su atención.

Deducía que tuviese su misma edad. Era una joven de cortos cabellos miel y ojos azules.

May: Y-yo no quisiera retrasar tu bordado.

...: Descuida... — volteó el centro de su bastidor hacia ella terminé de unir mis telas hace rato; hasta avancé con las puntadas de bordado. Voy por mi sexto tipo de puntada. 

May: ¡Ohhh! — se quedó maravillada y a la vez sorprendida, no unicamente por el avance, sino tambien por el uso de variedad de colores de hilo y bien elaboradas puntadas — Tú estás muy avanzada. ¿Sabías de antes realizar las diferentes puntadas?

...: Algunas. ¿Te ayudo? — preguntó otra vez.

May: ¡Sí, por favor!

Acercándose a ella y tomando la aguja realizó despacio, al mismo tiempo que explicaba, el primer punto. Tomando la aguja, y siguiendo sus consejos y los mismos movimientos, May realizó su primer punto bien elaborado. Realizó la puntada tres veces más e igual las hizo perfectas.

...: Continúa. Avísame si se te dificulta — regresó a su lugar.

May: Gracias. Um... ¿Cuál es tu nombre?

— Serena — respondió sonriente — ¿Y el tuyo?

— May — devolvió la sonrisa.

Y ante ese pequeño cruce de gestos, se selló lo que posiblemente podría ser considerado el error más grande que cualquiera en su posición pudiese cometer.

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Miraba sus costados una que otra vez de forma fugaz y disimulada mientras comía. Era inevitable e imposible para ella no hacerlo por más que intentase detenerse, no porque no quisiera, sino porque no podía. Era extraño volver a comer con alguien más en la mesa, ya que antes de ser secuestrada vivía sola.

YO NO DESEE ESTA VIDAWhere stories live. Discover now