FUCK | l. paredes & p. dybala

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𝟑𝟏.
HACELO DE NUEVO

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TURÍN, ITALIA
Octubre 2022

Isabella no lo duda un segundo.

Sonríe sugestivamente y de inmediato se pone de rodillas entre las piernas abiertas de Leandro, ganándose una media sonrisa por parte del hombre. Sus ojos celestes se oscurecen al verla ahí y ella apoya sus manos sobre sus muslos cubiertos, acariciándolo de arriba a abajo por sobre el jogging.

Leandro le acaricia la curva de la mandíbula con suavidad y le sostiene el mentón.

—¿Me vas a hacer caso? —le pregunta con la voz baja, haciendo que a Isabella le resuene en la cabeza.

—Sí —dice de inmediato, sin dudarlo un segundo, porque está lista para entregarse a él por completo.

Leandro asiente.

—Bien —dice.

Le suelta el mentón y se reclina hacia atrás, con los brazos a lo largo del respaldo para mirarla mejor. Le admira el rostro y el cuerpo semi-desnudo, e Isabella no duda de empezar a tocarlo con suavidad. Le acaricia el interior de los muslos, la ingle, el abdomen desnudo. Posa una mano suavemente sobre su entrepierna y siente como a Leandro ya se le empieza a parar, por lo que recorre la lentitud de su pija a través de sus joggings.

Leandro se muerde el labio inferior y ladea la cabeza, mirándola de cerca. Isabella le devuelve la mirada a través de sus pestañas y se agacha para plantarle un suave beso en la entrepierna por sobre la tela. Sin pensarlo, Leandro alza las caderas del sillón contra la boca de Isabella, inmediatamente desesperado porque ella lo toque. Obviamente, ella se da cuenta, porque se aleja y sonríe.

—Pará, desesperado —le dice con una risa.

—Te gusta hacerte la loquita pero ya vas a ver cuando te tenga en cuatro, eh —replica Leandro rápidamente, serio.

—Ya veré —contesta Isabella.

Engancha los dedos en la cinturilla de sus joggings y bóxers y los baja de un tirón hasta sus tobillos, exponiéndolo por completo. Se inclina por sobre él y le besa el bajo de la abdomen, acercándose peligrosamente a su entrepierna pero no tocándolo. A Leandro se le tensan los músculos y se estremece al sentir como ella succiona de manera vehemente sobre su línea V, buscando dejarlo marcado.

Al ella alejarse, ambos ven el gran manchón rojo en su ingle y se sonríen. Después, Leandro de inmediato envuelve la mano alrededor de su pija y empieza a acariciarse lentamente, siguiendo cada movimiento de Isabella con su mirada. Ella posa los ojos sobre el movimiento de su mano y se le hace agua la boca al ver como se empieza a poner duro.

Leandro se irgue una poco para tomarla del costado del cuello, acercando su rostro al de ella, mirándole los labios pero no tocándola.

—Portate bien, ¿me escuchaste? —le ordena.

Isabella asiente, mordiéndose el labio inferior. Él vuelve a reclinarse hacia atrás y ella de inmediato lo toma con las dos manos, acercándose para escupir sobre su glande. Esparce su saliva por su falo y lo empieza a pajear, mirándolo fijo, sintiéndose pequeña bajo la imponente mirada de esos ojos azules, que se tornaron casi negros debido a la dilatación de sus pupilas. 

Isabella no deja de mirarlo cuando envuelve la boca alrededor de la punta de su pija. Lo tantea solo un poco, deslizando su lengua en círculos alrededor de su glande a la vez que masturba la base con las manos, viendo como el abdomen de Leandro se contrae y sus labios se separan para dar paso a una respiración un tanto más agitada. La rubia mueve la cabeza un poco, de arriba a abajo, así dejándolo sentir un poco más de su boca pero sin animarse a tomarlo entero.