𝐓𝐀𝐑𝐈𝐊 | 𝟢𝟣𝟢

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—¡Tarik, oye

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—¡Tarik, oye...!, ¡¿Qué es lo que te sucede?!— movió con un poco de brusquedad el cuerpo de su hijo menor para poder lograr que volviera a abrir sus ojos.

—¡Horus!, ¡Horus, abre tus ojos!— Isis imitó a Seth y también movió a su hijo con brusquedad para que despertará.

Ambos tenían en sus brazos a sus hijos intentando despertarlos de aquel desmayo que habían sufrido. Ni siquiera les interesaba el caos de los demás dioses alrededor suyo, ellos solo podían centrarse en sus hijos menores.

Maat era la única en tener un rostro inexpresivo. Pronto ellos volverían en sí, y así fue alrededor de algunos segundos. El primero en despertar fue Tarik seguido por Horus.

—¡Querido!— Isis abrazó fuertemente a su hijo mientras no dejaba de derramar lágrimas —Estuvo tan preocupada por ti. Que alegría que estés bien.

—¡¿Qué fue lo que les hiciste?!— Seth bramó lleno de rabia en contra de Maat. Aquella preocupación que tuvo por su hijo no se lo quitaría nadie; el repentino desmayó que sufrieron ambos los había alterado a ambos, tanto a él como a Isis y ni siquiera pensaron en correr juntos a por ellos. Quizás era algo que aún tenían en común.

—La decisión fue tomada.— comentó la diosa poseedora de la pluma de avestruz a todos los presentes —Horus y Tarik se enfrentarán por el trono de Egipto, y lo harán bajo las leyes de la corte de la Eneada.

Los dioses restantes que aún perduraron dentro del templo no habrían esperado que todo esto los llevaría a una decisión así. ¿Una competición por el trono? Sería la primera vez que un acontecimiento de tal magnitud sucedería dentro de la historia. La ansiedad en muchos era grande. ¿Quién podría ganar? Las apuestas empezaron a hacerse oír por los dioses más competidores eh interesados en esto.

—Seth.— el dios de la guerra detuvo su andar. Tarik, quién iba al lado suyo, volteó y observó al Dios de la vida allí.

—Papá— tomó a su padre del brazo con intenciones de que el dios contrario a ellos entendiera la cercanía de ambos —¿Quieres que me encargue yo de él?

—No digas estupideces.— bramó con enfado el mayor; sujetó él el brazo de su hijo de forma brusca y lo empujó hacía adelante —Ve a tu cuarto de inmediato. No te atrevas a negarte.— dijo lo último por adelantado al saber perfectamente que ese chico se negaría a dejarlo solo de no ser que oyera una orden estricta de parte suyo —No me hagas enfadar más de lo que ya estoy.— advirtió. El más joven miró una última vez más al Dios de la vida y se retiró del pasillo a su cuarto.

—Set-...

—No te atrevas a volver a decir mi nombre con esa asquerosa boca tuya.— habló antes que su hermano —¿Qué se supone que haces aquí?— preguntó volteando a verlo —¿Pretendes volver a este mundo una vez más? Ni siquiera voy a permitirlo,— caminó hasta estar delante de su hermano Osiris —te mataré una vez más y esta vez me aseguraré de que no puedas volver a la maldita vida. ¡Cuando mi hijo se haga cargo de tu maldito bastardo, tú y todos los demás dioses que se atrevieron a insultarme y a insultarlo pagarán las consecuencias!

𝐓𝐀𝐑𝐈𝐊 , ennead✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora