Capítulo 12 | Teatro de medianoche

163 32 10
                                    

Parte I

Los pasos acelerados por la desesperación, era como un gato negro huyendo. Aterrado y mojado. Su corazón latía con fuerza mientras bajaba de las escaleras en caracol, incluso su valentía por sobrevivir no era suficiente, y detrás una sombra, la sombra de la que huía. Cada vez mas y mas cerca, hasta que esa sombra oscura cubrió todo de si.

Todos olvidarían lo ocurrido.

¿O no?

Bond no paraba de hablar de teatro, siempre un hombre apasionado ante tal espectáculo. Los primeros días cuando Lilith volvió a Londres ante su estadía en Durham, Bond insistía en que lo acompañara solo para conocerse mejor, aunque en realidad era porque notaba cierta tensión entre todos después  de Durham, William últimamente estaba mas estresado, Moran y Fred habían salido de la mansión por ordenes de William puesto que su intención era que resolvieran un caso mas y Louis, el probablemente estaba preocupado por sus hermanos. Albert no venía desde hace unas semanas por el ejército.

Unos minutos mas bastaron para que finalmente Bond dejara de hablar, la razón de su silencio era el edificio ante sus ojos. Enorme, con puertas brillantes y cartel de las obras, un arte digno. Pero toda esa emoción desaparecería cuando de las puertas una mujer fue empujada y expulsada.

—¡Y no vuelvas mas aquí, mujer!— grito un hombre, parecía ser un guardia por su vestimenta. Y después de decir eso cerro las puertas del teatro.

Lilith y Bond caminaron hasta donde estaba la mujer. Pero tan pronto como se acercaron, la mujer de cabellos de oro los alejo con su manos.

—¡No me toquen!— dicho esto, ella se levanto, aunque el vestido ajustado que traía puesto le fue más complicado, era como de aquellos vestidos que los actores usan para una obra.— Ustedes han de ser igual o peor que ellos, solo mírense. Ellos la tienen.

Esas palabras habían salido con tanta rabia que incluso ese sentimiento se notaba en su rostro. Miraba a Bond y a Lilith con odio. Pero ninguno decía nada al respecto, aquella mujer no parecía ser mayor de dieciocho años. 

Ella limpio las lagrimas que comenzaban a salir y se expandían por sus mejillas y una última mirada les dirigió para después marcharse y darles la espalda, su silueta de a poco se perdió con la oscuridad de la noche. Bond y Lilith entrelazaron miradas y como era de esperarse no podían dejar sin resolver esto después de tener tanta intriga.

—Es una actriz de teatro y quizá su enojo es por las injusticias que hay. Las mujeres no pueden sobresalir si no dan algo a cambio, tienen un esposo o un titulo nobiliario. Las pisotean y pisotean sus sueños.— decía él, con la mirada perdida como si el pasado hubiera vuelto. Tanto él como Lilith sabían el significado de esas palabras.

 —Jamás acabara, es por eso que hacemos lo que hacemos.— respondió Lilith.— Entremos, Bond.

En cuanto entraron, el mismo guardia que había empujado a la mujer los recibió. 

 —Mi señor, mi señora. ¿En qué les puedo servir?— hablo con tal educación que su comportamiento de hace unos minutos era irreconocible.

—Solo pasábamos a ver, hemos escuchado que es uno de los mejores teatros de Londres— Lilith sonreía y Bond solo asentía.

El guardia inclino su cabeza y después extendió sus manos hacia una escalera de caracol, con barandales que parecían de oro.

—Esta por comenzar una obra, por favor permita que les guie.

El escenario se encontraba después de subir las escaleras. eran angostas y un poco resbalosas. Bond pagó mientras que Lilith observaba cada detalle por si hacia falta.

Escarlata | W. James MoriartyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora