Alissa deberá seguir las pistas y armar el rompecabezas. ¿Lo logrará o se convertirá en la siguiente víctima?
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Cuando un asesino en serie aparece para aterrorizar a todos en la ciudad, sin darse cuenta, Alissa será...
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Personas que transitaban por la zona se percataron de lo ocurrido y dieron aviso a las autoridades, quienes llegaron a la escena y constataron que la víctima llevaba varios días de haber muerto.
La policía confirmó que el cadáver estaba envuelto en una manta de color amarillo y presentaba severas señales de violencia, entre ellas, la amputación de ambas orejas. La víctima, identificada como Britanny Phillips, fue asesinada de varias puñaladas, aunque no se ha encontrado el arma homicida.
Sus progenitores se presentaron a la escena para reconocer el cuerpo y afirmaron desconocer si su hija tuvo algún altercado con alguien. Añadieron que salió de su casa hace unos días para encontrarse con una ex compañera y después de eso, no volvieron a saber de ella.
Según fuentes oficiales, éste caso tiene muchas similitudes con los dos asesinatos ocurridos en los últimos días, por lo que es muy probable que se trate de un nuevo ataque de el ya muy conocido asesino arcoíris…
Asesino arcoíris…
Asesino arcoíris…
Arcoíris…
La misma palabra continúa repitiéndose en mi cabeza una y otra vez, sin dejar de atormentarme.
¿Cómo es posible? ¿Cómo es que está pasando esto? ¿Cómo es que algo tan bonito, como un arcoíris, pudo convertirse en ésta monstruosidad? ¿Cómo es que alguien podría darle ese nombre a una bestia como él?
Mi mente se encarga de terminar de absorberme, hasta estar dentro de un espacio triste, oscuro y sin nada de vida, así cómo me siento yo en éste momento.
—¡Maldita sea, Alissa! —grita Jess, sin dejar de sacudirme—. ¡Dime algo, joder! ¡Lo que sea, pero habla ya!
Sin embargo, ni siquiera su voz logra sacarme de ese espacio en el que mi mente se encuentra. Es tan oscuro que no se mira nada y al parecer, no tiene principio ni final. Quizás sea mejor quedarme aquí para siempre. Quizás sea buena idea no regresar a la realidad. Quizás, aquí, el dolor y la tristeza no me atormenten tanto como lo han hecho hasta ahora. Quizás, aquí, pueda estar mejor.
A lo lejos, escucho un sonido que, para mi desgracia, conozco demasiado bien y éste mismo consigue hacerme despertar de mi trance. Cuando abro los ojos, por un instante, me siento perdida, como si estuviera en un lugar desconocido. Es igual a la sensación que te queda cuando despiertas de un sueño, excepto que, en mi caso, estoy despertando de una pesadilla, para entrar a otra mucho peor.
El llanto de Jess se intensifica y sólo así consigo reaccionar del todo. Me giro a verla y confirmo que está sentada en el suelo, junto a mí, en la misma posición que estaba yo hace apenas unos… ¿segundos? ¿Minutos? ¿Horas? ¿Cuánto tiempo ha pasado en realidad?
Ni siquiera me da tiempo a hacer algo, pues en cuanto su mirada se cruza con la mía, Jess se lanza a abrazarme con fuerza. De alguna manera, su gesto logra destruir lo que quedaba de mi corazón, haciendo que algunas lágrimas caigan por mis mejillas, sin embargo, es ese mismo gesto el que logra empezar a reconstruirme, como si con ello lograra reparar todo dentro de mí. Es tan extraño que no sé cómo explicarlo, pero sé que, al igual que su abrazo, Jess podría destruirme si quisiera y, asimismo, sólo ella sería capaz de reconstruirme.
