REDENCIÓN

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"¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción, y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño y los sueños, sueños son."


El mundo se detuvo para Lucius Malfoy. Después de tantos años, nuevamente, el reloj con su incansable tic tac, pareció dejar de avanzar. Solo una vez tuvo ese vacío en su pecho, solo una vez le pareció quedarse perdido en medio de la nada... fue durante la Gran Batalla, cuando Draco desapareció.

Pero ahora lo volvía a sentir. Ese frío, esa pesadez invisible cayendo sobre sus hombros.

Ni siquiera fue capaz de notar los ojos vidriosos de Ginny Weasley ni mucho menos pudo distinguir las palabras que siguieron después de aquella declaración. Su mente permaneció en blanco absoluto. Por su parte, la pelirroja tuvo que aguantar las ganas de llorar y continuó con la declaración que tenía prevista.

Las preguntas de los reporteros caían a diestra y siniestra sin darle tregua alguna. A Blaise Zabini no le quedó la menor duda de que se trataba de la verdadera muerte de Ginny Weasley. Los días anteriores no habían sido más que el ensayo de la marcha fúnebre. Las palabras de la mujer hablando sobre su outfit, diciendo que había vestido de negro porque iba a su funeral, hicieron eco dentro de su cabeza.

—Esto es una verdadera mierda... —murmuró, esperando que nadie notara lo pálido que se encontraba.

La voz de una periodista resonó por encima de las demás. Su pregunta fue clara y directa.

—¿Qué fue todo esto, entonces? ¿Por qué engañó al mundo mágico de esta forma? ¿Cuál era su propósito?

En su tono, Ginny pudo notar un dejo de compasión. Al menos alguien parecía compadecerla.

—Nunca quise engañar al mundo mágico —declaró y casi de inmediato unas carcajadas resonaron a su alrededor—. No necesito que me crean —siguió—. Sé que es extraño, pero realmente yo no quería engañarlos... tampoco ambicionaba llegar a la vicepresidencia. Nunca lo quise y nunca lo querré. ¡Por favor, mírenme! Solo soy una mujer enamorada, una bruja que está esperando un hijo del hombre que ama... Soy la mujer a la que le partieron el corazón y a la que amenazaron con encarcelar al hombre que amaba si no cedía a volver con su ex pareja —soltó de golpe. Todos contuvieron la respiración—. Sí, señores, Harry Potter me amenazó con reabrir el expediente de Lucius Malfoy si no accedía a regresar con él. Mi madre me molió a golpes y mi padre me llamó puta. ¿Puta, por qué? ¿Acaso yo fui quien falló en mi primer noviazgo? ¿Acaso estoy cometiendo una falta por enamorarme?

—Lucius Malfoy fue la mano derecha del que no debe ser nombrado.

—Lucius Malfoy ya pagó lo que debía pagar y al día de hoy es uno de los más grandes contribuyentes de Londres Mágico, ¿no es así? ¿Por qué lo siguen acusando? ¿Por qué debemos seguir divididos después de tanto?

—¿Está diciendo que debemos olvidar todo el daño que esos desgraciados nos hicieron? —Preguntó son sorna uno de los hombres que se encontraba sentado en la segunda fila.

Ginny respiró hondo.

—Estoy diciendo que para seguir adelante... para que este mundo prospere, debemos dejar de lado lo que alguna vez nos separó. ¿Por qué debe pagar el hijo por los pecados del padre? ¿Por qué Draco Malfoy debe ser señalado por algo que no cometió? Si incluso el mismo Potter le agradeció públicamente su vida. ¿Por qué debe mi hijo venir al mundo en medio de tanto odio...?

Los periodistas guardaron silencio absoluto. Había algo en aquel discurso que los invitaba a reflexionar. Aunque Ginny no lo sabía, las emociones de los televidentes iban de la mano con las que mostraban los que se encontraban junto a ella, en el recinto.

SEÑOR AMANTE (Lucius Malfoy y Ginny Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora