mastermind ⟡ ethan landry

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Lo único que quería era descansar. Sinceramente estar a nada de morir me agotó por completo. Tenía ganas de ir a mi casa pero las chicas me obligaron a que me quedé en su apartamento, al menos hasta que termine todo esto. Igualmente fuimos a mi casa para darme una ducha, ya que olía a sudor, sangre y mugre.

Al llegar estaban todos ahí, mirándonos sin decir nada. El primero en acercarse a mi fue Ethan, el cual se notaba algo preocupado.

—¿Estás bien? —. Preguntó acercándose a mí y viendo la venda en mi abdomen.

—Si claro, un demente intento matarme apuñalandome en el abdomen pero todo bien —. Respondí sarcásticamente, haciendo el dedo pulgar hacia arriba.

—Prometo que jamás te volverá a pasar eso —. Dijo abrazándome.

—¿Y tú que sabes si no va a volver a pasar? No quiero morir, Ethan —. Dije abrazándolo con más fuerza.

—Eh no lo sé. Pero no permitiré eso —. Respondió acariciando mi pelo.

—Bueno, basta de amor. Atenea que casualidad que justo te haya apuñalado a tí que no tienes nada que ver y no a ninguna de las chicas —. Dijo Mindy.

—¿Que intentas decir, Mindy? —. Pregunté separándome del abrazo y mirándola.

—Digo que para mi tenias todo planeado. Instististe en ir con las chicas para que tu amigo ghostface te apuñalara apropósito y así las sospecha sobre tí sean menos. Podrás engañar a cualquiera pero a mi no, Atenea —. Explicó Mindy.

—Mindy, ¿estas consiente de lo que acabas de decir? Insistí en acompañar a las chicas para estar cerca de ellas y que no les pase nada. Aparte si fuera el enmascarado-

—Ghostface —. Interrumpió Chad.

—Bueno, ghostface, cómo se diga. No soy tan tonta, si fuera él no haría que me apuñalen —. Respondí.

—No lo sé. Justo da la casualidad que ghostface: un profesional en esto de asesinar gente. No te haya clavado el cuchillo lo bastante fuerte como para enserió hacerte daño y que murieras.

—Porque Sam y yo lo sacamos de inmediato, Mindy —. Respondió Tara —. Deja de incriminar a alguien inocente.

—Como sea. Te estaré vigilando, Atenea —. Dijo Mindy.

—Claro. Vigilame todo lo que quieras. Yo no soy el estúpido asesino —. Dije para irme al cuarto de Tara. El cual compartíamos cuando yo venía a quedarme ahí.