DIECIOCHO: "Una tostada nunca puede ser pan otra vez"

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SeHun abrió una botella de licor que termino ensuciando a todo el mundo, mientras se reía como maniaco, todos lo estaban alentando pero LuHan solo estaba mordiendo su labio, tratando de soportar todo el show que se estaba aventando SeHun como si de verdad hubiera algo que celebrar en un karaoke en medio de la noche, mientras se empujaba y se reían.

-Todo esto es posible, gracias a que BaekHyun metió la pata, por favor todos, brindemos por eso.- SeHun sirvió un montón de licor en las copas de todos antes de que bebieran, quejándose al final por el amargo sabor, pero siguieron cantando, bailando, gritando, incluso saltando.

–Oiga, señor Oh, hay algo que me preocupa y creo que mis colegas estarán de acuerdo conmigo.- dijo uno de los reporteros, llamando la atención de todo el mundo. –No importa que pase, BaekHyun sigue siendo el reportero más aclamado de toda la cadena, de toda la televisión, ¿qué deberíamos hacer cuando lo saquen? La cadena perderá audiencia.-

SeHun dejó de sonreír, para golpear la cabeza de ese reportero.

-Cuidado con lo que dices, tonto.- dijo SeHun –Quiero que todos me escuchen...- SeHun hizo que todos se acercaran, si sonrisa apareció de nuevo, siendo cada vez más grande. -¡Se acabó, escúchenme bien, Byun BaekHyun paso a la historia! No hay más de Byun BaekHyun, se terminó, se acabó, en unos meses su nombre quedará en la historia. Entonces yo, volveré a ser el reportero más importante que haya estado en la cadena, todo el mundo volverá a verme a mí, BaekHyun solo es popular porque es lindo, las personas con hijos no son lindas solo son...personas con hijos.-

Todos parecieron felices por eso, pero LuHan sabía que eso estaba mal, claramente no iban a poder hacer algo como eso, BaekHyun no podría ser olvidado solo por tener un hijo o hija, a LuHan no le importaba eso, le importaba que a SeHun se le iba a salir todo de las manos pero no sabía nada.

-¿El señor Byun lo sabe?- preguntó en voz alta, haciendo que todos dejaran de celebrar y bailar, solo quedándose callados y mirando a LuHan sentado en el sofá detrás de ellos. –Quiero decir, sé que están felices porque creen que dejarán de exigirles más para mantener el nivel de Byun, pero ¿su padre lo sabe? Puede que a SeHun lo despidan por haberse metido antes de tiempo con su prometido, digo, no creo que hayan pensado en eso, ¿verdad?- Todos se quedaron en silencio, mientras LuHan miraba expectante cruzado de brazos, ya no había mucho que celebrar.

-¿Se lo dijo, jefe?- le preguntó uno de los reporteros a SeHun, que bajo su corbata de su cabeza, acomodándola de nuevo en su cuello, mientras seguía sonando una canción de moda de fondo, en un momento tan serio, la que se había atado en medio de su fiesta, pero en esos momentos ya no creía que hubiera mucho que celebrar, lo que era evidente porque no había pensado en eso, el señor Byun seguramente iba a matarlo.

Al otro día, a primera hora de la mañana, hizo una cita en la agenda del señor Byun, su secretaria le dio quince minutos que su suegro usaba para comer, entonces se sentó afuera, esperando porque lo llamara, tratando de lucir con menos resaca, para que lo tomará enserio, finalmente, el señor Byun lo llamó a su oficina. Siempre se había sentido intimidado por esa oficina, desde el primer día que había pedido trabajo ahí y fue contratado solo por ser guapo, porque había estudiado otra cosa en lugar de periodismo.

-¿Qué quieres, Oh?- preguntó su suegro, mientras SeHun le hacía una gran reverencia, caminando hacía la silla para sentarse, pero el señor Byun lo detuvo –No te sientes, no tengo mucho tiempo.-

-Sí, lo siento...- SeHun se paró a unos pasos de su escritorio –Quería decirle algo.-

Una de las secretarias iban pasando cuando se asustó porque algo golpeó la puerta, el señor Byun le estaba arrojando todas las cosas que podía a SeHun desde su escritorio.

Que quedé entre nosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora