10.Un Diez.

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Levi había logrado acostumbrarse al silencio que se imponía entre él y Erwin durante la primera hora de lectura. Además de los diálogos que iban leyendo y comentando no había mucho más que no fueran conversaciones formales y relacionadas con el trabajo. De vez en cuando Nile y Nanaba estaban en las lecturas y había un poco más de conversación, pero Levi ya había logrado somatizar en parte por qué estaba ahí o incluso los nervios que había sentido durante los primeros días cerca de Erwin y su imponente presencia. Había volcado toda su atención y sus pensamientos en estar más pendiente de la presentación que preparaba para el instituto para poder egresar. Para ello había invitado a Farlan e Isabel, pero también había avisado a Hange. No porque quisiera que ella supiera, sino porque más bien quería ausentarse los últimos tres días de ensayo en el estudio.

Cuando fue a conversar con ella a su oficina, Hange le dio autorización no solo para los tres días, sino para la semana completa, para luego (muy en su estilo) dejarlo incómodo dándole dos anuncios.

Bien, ¿Puedo decirles a todos? O sea, me gustaría mucho poder verte con Erwin, Moblit y...

No... - dijo seco Levi con cara de incomodidad. Hange lo miró por encima de sus lentes ante su negativa tan seca, así que el chico intentó suavizar su respuesta- ¿No... sería un poco raro?

Ay, para nada. Vamos y les decimos a tus profesores o a los directivos del instituto que vamos a conocer nuevos talentos... - dijo ella con tono desinteresado.

Levi apretó levemente los labios. No quería verlos en su presentación. Menos aún ver a Erwin ahí. Su ansiedad aumentaría considerablemente.

Hange, no quiero que estés ahí. No me sentiría bien así. – dijo con sinceridad y con el tono más suave que pudo emplear. La aludida se acomodó sus gafas, miró los papeles que tenía en una mano disimulando su gesto dolido y luego volvió a mirar a Levi.

No hay problema. Me avisas si cambias de opinión.

Gracias.

Se hizo un breve silencio y cuando Levi hizo amago de irse, Hange lo detuvo nuevamente.

Encontré un representante para ti. – Levi se volteó y la miró de frente, atento- seré yo.

¿Qué? Hange...

Antes de que rezongues, piensa esto: No te gustaría contarle a nadie más lo que me contaste a mí. Soy tu carta más segura. – Miró al pelinegro con cara de triunfo mientras se acomodaba un mechón de cabello que le tapaba la cara. Levi apretó los labios y bufó.

Tienes razón.

Bien. Tienes que estar tranquilo. Sé que me veo caótica, pero en realidad, siempre sé lo que hago. La prensa ni siquiera sabe tu nombre.

Levi asintió en silencio mientras Hange se retiraba de su propia oficina dándole unas palmaditas amistosas en la espalda. Solitario, volvió a la sala de lectura y se sentó frente a Erwin que estaba solo en ese espacio y ni siquiera levantó la mirada para ver al recién llegado, permaneciendo en completo silencio. El pelinegro volvió a abrir su guion donde habían quedado y siguió la lectura con la vista sin hacer ruido. Usualmente el silencio no le molestaba. Al contrario, le gustaba estar en ambientes silentes y le hacía sentir cómodo. Pero ese espacio carecía de aquello, por lo cual intentó torpemente entablar algún tema.

¿Qué te parece cómo va la relación de estos dos? - preguntó señalando el libreto que tenía en sus manos.

Bien. -espetó cortante el rubio. Levi sintió que le ardían levemente las orejas de vergüenza al intentar esa jugada que acababa de salir pésima.

Erwin continuó con su lectura silenciosa mientras bebía café de su vasito de cartón. Subrayaba algunas palabras, volvía páginas atrás y adelante y musitaba algunas frases. Levi evitaba alzar la mirada para verlo así que puso todos sus esfuerzos en seguir leyendo en silencio y con la cara seria.

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⏰ Última actualización: Mar 31, 2023 ⏰

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