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"Un amor prohibido es desear con el alma lo que la vida en su momento nos negó".

—Luis Gabriel Carrillo Navas.

Sin dormir, no tuvo tiempo de tomar su desayuno como hubiese querido, Hoseok se dirigía a la empresa, toda la noche se la paso corrigiendo y revisando los contratos. Había terminado su trabajo y se sentía satisfecho por ello.

Iba con buen tiempo, caminaba tranquilo, pensando cuándo su vida había cambiado tanto, de ser una persona de alto nivel social, acostumbrado a tener gente de servicio para satisfacer sus necesidades.
A simplemente depender de él mismo, trabajar para vivir, ni siquiera sabía cocinar, nunca imaginó que lavar ropa significaría un gran reto. Debía admitirlo, en lo único que era bueno es su trabajo. Puesto que se relacionaba con la carrera que estaba estudiando. Eso le ayudaba de alguna manera.

Al llegar a la empresa, se dirigió a su lugar de trabajo.

-Llegas tarde.- No es posible, tan temprano, el sol no ha salido y Yoongi ya estaba reclamando por algo.

-Son las siete de la mañana, es justamente la hora de entrada.- Hablaba tranquilo, lo único que pensaba era dormir, no estaba en sus planes estar discutiendo con Yoongi tan temprano por una tontería como esa.

-Esa es la hora en la que yo llego a la empresa, tú debes llegar antes de que yo ingresé por esa puerta.- Para Hoseok era una completa tontería, sin embargo prefirió darle la razón.

-Bien entiendo, llegaré más temprano.- Yoongi no dijo nada más, dió media vuelta y se dirigió a su oficina. Hoseok se perdió en el movimiento de sus hombros, ese traje le quedaba tan bien, todo le quedaba bien a él, con solo verlo, le daban ganas de recorrer esa espalda con caricias.

-Todo un hombre, ¿Cierto?- sintió que la sangre dejó de fluir en su sistema, otra vez el hombre que se había encontrado en su primer día de trabajo al salir de la oficina de Yoongi.

¿Por qué le parecía fastidioso? Tal vez porque siempre lo descubría en una situación un tanto incómoda.- Es un hombre demasiado difícil de manejar.- Claro que lo era, lo conocía desde que tenía memoria, no siempre habia sido tan irritante, pero sabía que tenía un fuerte carácter.

-Eso lo hace tan atractivo y a la vez tan insoportable.- El joven miraba la puerta por dónde Yoongi había desaparecido, haciendo gestos raros. Hoseok se sentía un tanto incomodo, no le agradaba la idea de que alguien más que él, pensara en lo atractivo que lucia Yoongi. Aunque no podía culparlo, era imposible no darse cuenta del hombre que tenía como jefe. Siempre lo admiró, gracias a la diferencia de edad, pudo verlo al crecer, estuvo presente en sus logros, siempre viéndolo a distancia.

-Es un buen hombre, simplemente tiene poca paciencia.- Claro, se la pasaba gritando a todos lados y por cualquier detalle por mínimo que fuera.- A todo esto, ¿Quién eres?- Hoseok ya estaba hablando sobre Yoongi con un hombre del que ni siquiera conocía el nombre.

-Mark, soy del área de finanzas, estoy en este mismo piso, en la última oficina. Lejos de los gritos del jefe y lejos de la amargada de su secretaria.- Mencionó apuntando al escritorio donde se encontraba trabajando la mujer que había recibido a Hoseok el primer día, desconocía su nombre, solo se había acercado a él, para darle trabajo, trabajo y más trabajo. Ni siquiera lo saludaba y era muy cortante al hablar, pensaba que era algo personal, ahora entendía que ella era así, aunque no podía asegurar nada, no la conocía.

-Bien, tengo que regresar a trabajar, un gusto Mark.-No sabía que contestar, simplemente optó por la primera idea que se le vino a la mente y era cierto, aún tenía contratos que terminar.

Regresando a su escritorio tomó asiento, estaba dispuesto a ponerse a trabajar, sin embargo el cansancio lo estaba sobrepasando, reclino su cabeza, apoyándola en el escritorio. Sin darse cuenta se quedó dormido.

No habían pasado mucho tiempo cuando Yoongi salió de su oficina, encontrando s su flamante trabajador durmiendo plácidamente.

- ¿Cuánto tiempo lleva así?- preguntó a la secretaria, puesto que sus escritorios quedaban uno frente al otro, separados por apenas unos metros de distancia.

-Unos minutos.- Estaba nerviosa, no quería que regañaran al pobre chico, sabía que había tenido mucho trabajo por hacer. No es que le agradara pero conocía a Yoongi y sabía lo estricto que podía llegar a ser.- Si gusta, yo puedo despertarlo.- Hizo intento por levantarse, sin embargo Yoongi la detuvo, poniendo una de sus manos a la altura de la cara de la joven sin tocarla.

Caminó hasta el escritorio dónde el chico dormía, tocando la madera con sus nudillos.- Hoseok.- lo llamo, no una, si no tres veces. Hasta que finalmente le gritó.- ¡Hoseok! Levantate joder.-

El menor, no sabía lo que estaba pasando, su cerebro no quería despertar, el grito lo había despertado tan de repente que se sentía mareado, hasta que sus ojos enfocaron a Yoongi frente a él, todo su cuerpo se tensó, esos ojos parecían querer asesinarlo, sus manos sudaban, lo estaba mirando y respiraba de forma rápida, diría que con cara de enojado, pero Yoongi siempre tenía esa cara, no había gran diferencia.

-Lo siento.- Dijo lo primero que se le vino a la mente. ¿Por qué se disculpaba? ¡Oh! Claro, se había quedado dormido en su jornada laboral y no supo en qué momento paso, ya no importaba lo habían descubierto.

-A mi oficina, ahora.- Tal vez en otro momento y en otras circunstancias esa orden hubiese sido muy sugerente y no dudaría en seguirlo, pero ahora, entrar ahí, era lo último que quería hacer.

Buenas, les dejo otro más porque acepto que me tarde un poco, por no decir demasiado en subir capitulos, lo dejo en modo de compensación, si puedo mañana subo otro, no aseguro nada...

Los errores se corrigen al final.

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Contrato por obsesión. [YOONSEOK/SOPE] Where stories live. Discover now