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A menudo, cuando aprendemos acabamos convirtiéndonos en la fuente del conocimiento, en la persona a la que recurren los demás. Sin embargo, si queremos ayudar a que las demás personas sean libres... ¿no deberíamos sembrar la semilla de la curiosidad y de la autosuficiencia que posee cada uno? Desde una perspectiva donde son extraños los que nunca experimentaron ni escucharon cosas nuevas no queda más que guiar al compás hasta que por cuenta propia encuentre la forma de resolver los nudos de la soga.
Ya con la autoridad de ser el instructor y ser la fuente de conocimiento fiable era más fácil tener la atención, a pesar que el extraño desconocido sea un hombre mayor y la fuente fiable una niña.
Con la curiosidad de esas nuevas culturas y nuevas experiencias en sus manos todos se encargaban de mirar a los nativos; llamando de una forma muy particular a los animales. Sus ojos miraban con detenimiento a los jóvenes sin embargo se sintió distraído, primer gran error al aprender. Insistente en buscar a la Metkayina más destacada del Clan pero sin saber por donde buscar o donde ver.
─Estos son Ilu. ─explicó Aonung─ Si quieren vivir deben montarlos.
─Nos dividiremos en grupos. ─Tsireya observó a todos tratando de ver como iban a dividirse.
─Kiri y Tuk con Aonung y Rotxo, Lo'ak con Tsireya y Neteyam conmigo. –dijo Fa'it con rapidez antes de que Tsireya hablara.
La misma lo miró de mala forma, ella planeaba distribuir todo mejor y no de una forma en la que tuvieran vigilados a los dos varones Sully sin embargo, todos aceptaron y comenzaron a moverse para tener espacio. Tsireya ayudó a que Lo'ak se subiera al animal antes de comenzar a hablar sin olvidarse de que Fa'it y Neteyam estaban cerca suyo.
–Que el vínculo sea muy gentil. –pidió antes de que establecieran la unión– Siente su respiración, siente su fuerza.
La curiosidad de saber que tal lo haría se esparció en los otro varones Metkayina y se acercaron a pocos metros a ver, murmurando cosas que notaban de él entre risas.
–Tus dedos aquí... –habló Tsireya.
"Con fuerza" aquellas palabras hicieron que el menor fuera controlado por sus impulsos y en pocos segundo comenzara a dejarse llevar con el Ilu. Sumergiéndose en el agua y yendo contra la guía del océano, su posición se esfumó y el animal ya lo llevaba literalmente a rastras, provocando que se soltara y terminara mareado en medio del agua.
Las risas de Fa'it y Aonung contagiaron a los demás, en especial a Tsireya quien hizo el esfuerzo de borrar su sonrisa rápidamente por respeto al contrario. Sin más, Neteyam tan ajeno solo mantuvo su mirada fija del otro costado donde estaban; estaba su padre con el Olo'eyktan y otros guerreros ¿Acaso estaba llegando a imaginarse a esa muchacha? Le parecía tanto verla ahí pero no lograba distinguir nada entre las grandes figuras de los hombres. Se acercó un poco por el agua intentando que sus ojos captaran aquella escena con claridad, cosa que logró hacer. Las figuras de los hombres dejaban un pequeño espacio entre ellos donde con suerte, pudo verla a ella, estaban tan perdida en lo que hacía su padre y con un rostro tan indiferente que le era imposible, no notar el hecho de que sus dedos rasguñaban con algo de impaciencia sus caderas.
