capitulo 5

1.1K 191 5
                                    

¿Por qué nadie está hablando? Todas las miradas están en mi cara, lo sé, sin necesidad de levantar mi mirada. Puedo sentir sus penetrates miradas llenas de disgusto.

—Su majestad—Mira directamente a los ojos de su Padre, esos ojos violetas tan perecidos a los de él—Si está audiencia era para estar en silencio, me hubiese quedó en mis aposentos—En estos momentos tendría que estar montando a mi rey de la oscuridad—Estoy cansado, tengo mucho sueño.

La Reina se preocupó al escuchar eso, Xiao solo le sonrió para tranquilizarla un poco.

<Ni ha pasado dos minutos y ya quiere irse, es lógico que la atmósfera se ponga algo tensa antes de dar inicio a una conversación> {En mis aposentos se encuentra mi esposo, al que quiero montar hasta el amanecer, más ahora que mi cuerpo puede resistir mucho más} <No le basta corromper mis ojos, ahora también mis oídos> El pequeño Panda cubre sus orejas antes de que, Xiao diga otra obscenidad.

—Ya lo escucharon—Con elegancia cruza sus piernas y brazos, los mira con esa mirada fría—Resuman lo que tengan que decir en menos de cuatro palabras.

—Su Majestad, este es un asunto importante. No puede pedirles algo así—Comenta la Emperatriz.

—Sí, su majestad. No podemos.....

—Entonces solo pregunten y no lo piensen tanto.—Expreso Xiao, su mirada es aún más fría que la del propio emperador—Mi tiempo es valioso, hice lo que el templo pidió para poder casarme con la Santa—Ve fijamente a la protagonista y a su santidad del templo.

Estos dos se estremecen al ver esos ojos, sintieron que podrían ser tragados en cualquier momento. La protagonista bajo su mirada inconscientemente.

—¿Acaso no el templo afirmó que ganaría esa batalla? La santa y uno de los sacerdotes lo juraron en nombre del Dios Anciel—Sus bonitas uñas hacen un ruido escalofriante a la hora de golpear la mesa—¿Eran mentiras? Eso explicaría sus expresiones, o solo están pálidos, agotados por hacer tantas obras de caridad—Sonrío

—No podríamos mentir tan descaradamente bajos los cielos de nuestro Dios—Se exaltó la Santa—No saque conclusiones, segundo príncipe....

—¿Es así?—Me sigo preguntando, ¿Por ese maldito Dios no ha hecho nada aún después de que mienten y juran en vano?—¿Entonces que hacen aquí? Todos ya sabían de mi gran victoria, ¿Entonces para que está audiencia? No puedo entenderlo.

—¿Como fue que la batalla terminó tan rápido?—Pregunta el archiduque, su aura era muy difícil de ignorar. Es muy atractivo para ser un hombre que ronda por los 48 años. Esa cicatriz en su ojo lo hace ver rudo.

—Fácil, los mate a todos en menos de un minuto.

<Fueron como diez para ser exactos> {Pero, ellos no lo saben} <Su escuadrón de caballeros, sí> {Ellos dirán lo mismo, que fue en menos de un minuto}

—¿Como sería eso posible?

—Alguien sin habilidades y cobarde no podría...

—¡No te atrevas a insultarme, insultarlo Marqués!—Tanto Xiao y su madre hablaron al mismo tiempo.

Todos jadearon menos el emperador, la Reina y Archiduque. No habían podido escuchar o ver en qué momento Xiao, tenía su dedo índice levantado en dirección al marqués, quién tenía un objeto filoso en su garganta.

—Tenga o no tuviese habilidades, sigo siendo un príncipe. Hijo de dos héroes de este imperio—Mira en dirección a la Emperatriz—Tengo sangre real e puro desde mi nacimiento. Si me sueltas a mí, estás insultado a mí padre, el emperador.

Destruyendo las pequeñas historiasWhere stories live. Discover now