#7

2.1K 274 379
                                    


Todo a su alrededor parecía suceder en cámara rápida, las luces cambiantes de color cada dos segundos y siluetas oscuras de personas bailando era lo único que podía distinguir. Lo único que sabía era que los demás del equipo se encontraban en algún lugar entre ellos, pero era tanta gente que no podía reconocerlos. 

Había llegado al bar con la idea de beber cerveza hasta perder la consciencia, pero después de tomar unas cuantas latas, cuando su dopamina comenzó a aumentar y lo único que parecía pensar era en tomar una tras otra, terminó cambiando de opinión, no quería olvidar, quería seguir pensando en la manera en que sus labios se sintieron junto a los de Fourth, quería seguir pensando en cómo después de tantas anécdotas pudo sentir la sensación de tener mariposas en el estómago. No quería olvidar ese pequeño momento en que los ojos de Fourth parecieron suavizarse y lo miraron con algo que hizo su corazón latir con rapidez, quería seguir pensando en ello incluso sabiendo que no todo era felicidad, seguramente algo malo tendría que haber detrás de ello. 

Y en ese momento, Gemini supo que podría ser capaz de aguantar cuantos golpes pudiera recibir, que podría aguantar los insultos de Fourth y la manera en que este vaya a reaccionar los siguientes días, porque al menos pudo besarlo, pudo hacerlo después de tantos años queriendo, y eso le era más que suficiente. No le importaba lo que tuviera que soportar porque había besado al chico del cual había estado enamorado desde el primer día que lo conoció. 

Aún si su mejilla sangrara y su corazón doliera, en cuanto cerrara sus ojos y pudiera retroceder al momento en que su amor fue correspondido por algunos minutos, podría olvidar todo en su presente y ser feliz. 

Las caminatas nocturnas después de un par de tragos y bailar con sus amigos era algo que siempre disfrutaba, el cambiar de un ambiente ruidoso y lleno de gente, a salir y mirar a tu alrededor notando que eres la única persona andando por las calles mientras el frío aire choca contra tu rostro, era considerado uno de sus mejores sentimientos, le traía paz.

Pero incluso cuando trataba de enfocarse en no equivocarse de calles y seguir las banquetas correctas, no podía sacar al chico de Saint Gabriel de su cabeza. Aunque no lo sorprendía, había sido así desde hace muchos años, no importa cuánto se haya esforzado en olvidarlo, siempre terminaba volviendo a él. 

No sabía si sentirse feliz, si llorar, si enojarse consigo mismo por haber sido débil ante esos ojos marrones. En cuestión de minutos había arruinado el plan que durante la preparatoria lo había mantenido reprimiendo sus sentimientos, aquel plan en donde fingía odiarlo para sentir que no tenía un amor unilateral. 

Quería gritar y maldecir su propio nombre, quería poder realmente odiarlo. Quería que después de cada golpe no se sintiera culpable pensando en si tal vez había impactado muy fuerte, quería dejar de querer pedir perdón después de una pelea de insultos. Quería dejar de ser ese tonto niño de secundaria que se enamoró de su compañero de clase.

¿Por qué entre más quiero ser tu enemigo parece que mi amor aumenta? 

¿Por qué quiero acariciar tu mejilla en lugar de solo levantar mi puño y golpearte?

¿Por qué quiero besar esa boca que tantas veces me ha dicho cuánto me odia?

Pensaba que el poco alcohol que había consumido le estaba haciendo una mala jugada, que no era Fourth quien se encontraba en aquella cancha de básquetbol luciendo tan apagado, no podría ser él. No podría porque él siempre está feliz, porque siempre está sonriendo y bromeando, y sobre todo, tampoco podría serlo porque no hay canchas de básquetbol cerca de la casa de Gemini. 

A menos que...

"Mierda, ¿Cómo carajos terminé llegando a aquí?" Chasqueó su lengua mientras revolvía con frustración su cabello, ahora tendría que caminar aún más para llegar a su casa. 

"That Harrow Kid" GEMINIFOURTHWhere stories live. Discover now