Capitulo 12

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Lo procesé demasiado tiempo en el baño y por primera vez en el corto espacio que llevo aquí me armo de fuerzas para abrir la puerta de el balcón, ya eran las cinco menos diez y el sol comenzaba a salir en el horizonte, arrastro una silla hasta el medio y me siento en posición fetal, con la cabeza sobre las rodillas y las manos abrazando las piernas.
Había llorado lo suficiente como para haberlo recordado todo, por eso desde que salí de ese infernal punto de mi vida he querido ser libre como un Ave.

Vivir la vida sin complicaciones, sin afectos emocionales de punto quiebre, no volví a permitir que nadie me pusiera una sola mano encima hasta que fui secuestrada torpemente en en este tonto viaje a Abu Dhabi.

Hasta hoy puedo sentir el aire fresco y las temperaturas elevándose mientras el sol aparece frente a mis narices, el cabello me vuela en cascadas con el corto viento. La aurora entre morado y rosa aparece dentro de las penumbras de el cielo, escuchó los primeros cantos de los pajaritos esta mañana y después el crujido de como una puerta se abre y cierra detrás de mi.
No voy a voltear por qué ya se de quien se trata y debido al infortunio de hace rato y mi falta de sueño solo deseo quedarme en silencio, disfrutando de el único privilegio que nadie puede quitarme, el amanecer.

Posa sus manos sobre la superficie de la silla y rosa sin cuidado mi piel,  una corriente me traspasa a los huesos y me enderezó al instante, contra la fricción de sus dedos largos y suaves,  no quiero seguir llorando pero el picor en la nariz aparece de nuevo, sorbo las flemas y nos quedamos en prudencia por unos largos minutos, el es quien rompe el silencio de una manera sorpresa a habla con voz ligera.

—Lo lamentó.— dice, un cosquilleo se forma en mi vientre, me incorporo con cuidado para poder mirarlo, tenía una expresión preocupada, me siento nerviosa siempre que estoy cerca de el pero no de la misma manera que con Nick y casi me sentía en una situación similar solo al recodar que estaba privada de mi libertad.
Volvía a ser el mismo con el que estuve en la habitación ayer, ya no era ese autoritario loco e imprudente mente arrogante, senti un alivio grato y agradecí que volviera a ser el mismo fugazmente, aunque la única que complicó las cosas anoche  fui yo, con esos celos desmenuzados que me provocó el verlo tan "amoroso" con Aranza.
— No tienes por que.— respondo al punto pérdida en mis pensamientos.
— No has dormido nada.— se excusa.— Creo que deberías descansar.
—¿Crees que podría dormir tranquila? Estoy encerrada en una esfera de cristal, cuando creo que voy tomando las riendas de mi vida siempre llega algo a arruinarlo. — después de mi pequeña confesión no responde, se queda quieto mirando conmigo la superficie naranja que ya tornaba el cielo, casi desaparecía ese tono rosado mostrando cómo la hora corre bajo los segundos de la mañana.
Pasamos unos largos minutos en esa posición hasta que el sol llego a su punto tope.
— Ahora, son las 6:30 am— Elevó la cabeza para ver la belleza de sus cabellos desordenados caer sobre su frente, esa barba de algunos días tan perfecta y perfilada y el verde intenso de sus ojos a través de los extensos rayos de luz que traspasan las  barreras de los altos cercados.

Como las alas de una mariposa en medio de un bosque, casi invisible pero precioso detrás de esas potentes cejas oscuras observo esos luceros llenos de oscuridad insondable, aquel verde esmeralda se mezcla con un interminable caramelo y se funciona...

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Como las alas de una mariposa en medio de un bosque, casi invisible pero precioso detrás de esas potentes cejas oscuras observo esos luceros llenos de oscuridad insondable, aquel verde esmeralda se mezcla con un interminable caramelo y se funcionan en un exquisito rombo de colores frondosos, creando un tono tan atractivo como sensual, estos obres sólo podría tenerlos El, en el mundo entero... no tenían comparación.

—¿Quieres...— duda, me vuelvo hacia el abriendo bien los ojos, se aclara la garganta razonando si lo que tenía que decir era suficientemente bueno— ... dijiste que habías venido aquí para conocer, qué era el lugar de tus sueños... te gustaría que sea tu guía este día? — se está esmerando demasiado en hacer esto memorable.—pestañeo rápido llevándome las manos al pecho con el rostro caliente, yo nunca le había dicho eso, oh por supuesto... tiene mi teléfono y me está afirmando que ha leído cada una de mis conversaciones, es una de las razones por las que saco a flote a Nicolás.
— yo...es que...  este lugar se ha vuelto la mas grata de mis pesadillas.— El hace una mueca cuando se percata que he desviado su invitación, esto está yendo demasiado rápido para asimilarlo, no he descansado en toda la noche y la he pasado de mal a terrible pero este hombre me acaba de invitar a salir, si no me salgo de los planes  este podría ser el un momento para mantener comunicación, mi intension no es conocerlo, yo solo quiero salir corriendo de aquí, volver a ser libre.
— solo con una condición.— es mi hora de poner las reglas sobre la mesa, quiero saber si existe una pizca de posibilidad de que algo de él no me dañe.— aprieta fuerte el mango sobre la silla mirándome sin pretextos para después de unos largos segundos soltar el aire que tenía retenido.
— Okay.— responde tenso.
— Necesito... — flaqueó al hablar.—... necesito saber cómo están mis amigas, que... qué saben ellas de mi y... si están a salvo.— nos quedamos conectados por lo que parece ser una eternidad, estamos tan tensos que podríamos encendernos en cualquier momento.
— Ellas están bien.— me responde con seguridad y le creo.— Me tome el atrevimiento de mandarles un mensaje de tu teléfono para que se quedaran tranquilas, no se querían mover de la salida de el aeropuerto... son bastante testarudas.– me confiesa, no puedo evitar sonreír ante sus palabras... si, mis amigas son todas unas fieras y me siento orgullosa de eso.—¿Con eso te quitas un peso de encima?— desvanezco mi sonrisa.
— No.— respondo queriendo más, se que es codicia y aprovechar la confianza que me está brindando pero... — no me respondiste que saben de mi, estoy segura de que no se fueron hasta tener buenas noticias. — pasa una mano por su cabello alborotado.
— En el aeropuerto les informaron que te habían deportado directo a Estados Unidos por fallo en tus papeles.— me quedo boquiabierta ante su imaginación tan volátil, es muy creíble y le aplaudo el esfuerzo, frunzo los labios mirándolo con resentimiento.— Fue mucho más fácil cuando les envíe un mensaje de tu teléfono.— el corazón comienza a latirme fuerte.— Les dije que te habían devuelto por un fallo en tu pasaporte y que tenías que ir a solucionarlo a Florida.— trago largo, el sabía que soy de florida.
—¿Que otra cosa sabes de mi?— le pregunto pesada y llena de angustia.
— ¿que te parece si te respondo lo que no?— cabecea pasando las manos por su cuello frustrado.— No sabía lo de Nick.— responde. Hago una bomba con los labios posando la lengua sobre los dientes.
— Ahora si lo sabes.— afirmó ante su expresión, no baja la mirada lo que me hace saber que no se siente arrepentido.
— Bien, ya respondí a tu pregunta.— y aunque me esté reventando por dentro, tengo que cumplir con mi palabra.
— Okay.— muevo la cabeza sin ocultar mi molestia.
— tú tendrás que hacer algo por mi también.— dice antes de que pueda entrar de nuevo en la habitación.
— deje la cena de anoche para un desayuno hoy a las 10:00 am... necesito que conozcas a las demás integrantes.
— Claro.— respondo con ironía.— como si tuviera otra opción.— le doy la espalda pero con agilidad me toma de el brazo haciendo que me golpee fuerte contra su pecho descubierto, si que tiene una piel dura, subo la mirada azotada.
— Siempre.— argumenta con la mandíbula apretada.— Siempre tendrás otra opción. — me safo de su flojo agarre para entrar, suelto un suspiro de exasperación.
— Estaré allí a las 9:59 am, puntual. — declaró antes de cerrar la puerta de el balcón y volver a caer en el frió y gigantesco cuarto.

Árabe a la fuerza #wattys2023 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora