Capitulo 14

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— Te recompensare por el desayuno corto ¿Lograste comer algo?— pregunta dedicado aunque sumido en sus más profundos pensamientos, el ceño levemente fruncido me lo dice, me lanza una mirada de reojo.
— Si.— adjudico, fueron unas cuantas frutas pero fue suficiente para la mañana, sigue metido en el teléfono mientras abre la enorme puerta hacia la salida.
encontrandonos de frente un hermoso Ferrari F8 Rojo, la boca casi se me cae al suelo, esto es algo que no podría comprar ni con 5 años de mi sueldo y aquí estoy frente a uno a punto de subir. Siento que voy a morir de felicidad, soy fanática de los autos deportivos.
— Yo..— dudo.— ¿Tú vas a manejar?— me ve confundido.
—¿quieres que alguien más lo haga?— se le profundiza las orbitas de los ojos.— seré tu Guía ¿Lo recuerdas?— se esfuerza por no parecer inquieto esperando mi respuesta.
— ¡No!— respondo acelerada y es hasta después que me percato que fue repentino.— esta bien.— bajo un poco la voz.
Me siento un poco apenada con el y lo que sucedió anoche y en los días anteriores pero puedo ver los avances de lo que ha sido nuestra comunicación, pase de escupirle la cara a salir con el.
¿pero es normal, no? Está intentando recompensarme o eso creo.

Se adelanta a abrir la puerta del auto mirando aún mirando su teléfono y una vez que esta abierta me señala para que pueda entrar, hago un asentimiento de cabeza aunque se que no me está prestando para nada atención, agradeciéndole por su caballerosidad.
Cuando se sube a mi lado y la puerta se cierra, siento una tensión tan templada como un hilo, enciende el auto y el aire acondicionado me llueve en la cara.
El vestía bastante informal, más que de costumbre con una Polo y pantalón de jeans.

— Bueno.— dice arrancando el exquisito motor, el sonido de el tubo de escape me hace soltar un gritito de emoción, el se voltea a verme impresionado.— No sabía que esto te gustara tanto.— me muerdo el labio temblando una de mis piernas por costumbre.
— Me gustan... — corrijo.— amo los carros.— tomo una pausa.— nunca he tenido uno pero los deportivos son mi fuerte.— no estoy fingiendo aunque debería, y se que decirle demasiado de mi me puede poner en un peligro tremendo pero lo que me hace flaquear es lo tranquila y segura que me siento estando a su lado, quizás sea esa belleza exuberante que sabe que tiene o el apoyo que me dio esta mañana, pero desde que me corte el pie anoche las cosas han cambiado un poco drástico entre nosotros.
No quiero que mi cabeza siga indagando en cuanto a lo de Nicolás hoy solo me voy a enfocar en mi presente.
En definitiva no tengo por qué sobre pensar el pasado cuando ahora estoy buscando una salida hacia el futuro cercano, lo qué pasó ya no lo puedo borrar pero lo que sigue... eso si tiene que ver con lo que logre, esos serán mis frutos.
Y el enfoque más grande es recuperar mi libertad absoluta.
— a mi también.— responde apenas en un siseo, dudo que lo haya querido decir pero se le iluminan los ojos, no lo puede evitar y casi doy un brinco de alegria, me doy unos cuantos golpes de pecho creyendo que así calmaría mi corazón acelerado. — Ahora tenemos el tiempo limitado pero luego te llevaré a los garages, tengo muchos modelos que quizás te gusten.— un calor me corre por las venas. Disfrutamos de una conversación amena sobre algo trivial? Le gustan los carros deportivos y me quiere llevar a verlos, eso significa que tendremos otro encuentro igual de cercano que este o eso supongo.
«Alicia que no te lave la mente» me grita la conciencia, solo quiero relajarme después de todos estos días tan desesperantes que he pasado.
— Quiero un cambio de planes.— escupo de repente, el me lanza una mirada rápida antes de enfocar de nuevo su visión en la carretera, se abren el enorme portón negro que nos deja una perfecta visión desierta, entonces vivíamos lejos de la sociedad.
— Cual es tu idea.— el estómago me tiembla, está escuchando con cuidado cada cosa que digo, no puedo ir por allí diciendo lo que se le ocurra a mi genial cabezota o terminare cagandola.
No vuelve a ser ese hombre arrogante que quiso castigarme y amarrarme a una silla como una esclava para ver cómo dos locas obsesivas le causaban placer, algunos momentos de esa noche se me cruzan como flashes.
—No quiero que pasemos a lugares costosos, quiero conocer la versión más turista de Abu Dhabi.— empiezo a expresarme con el más sincero de mis deseos, no me responde...
Y en el preciso momento que observo por la ventana como se acercan los edificios escucho una pequeña risa ronca que me desestabiliza, desde este punto y con toda la luz de la mañana puedo verlo con detención.
Aunque las ojeras son obvias tiene el cabello perfectamente peinado hacia atrás y el mantenernos encerrados dentro de la cabina de solo dos asientos me hace aspirar el aroma de su dulce perfume, estaba utilizando uno diferente con toque cítrico y veraniego, tan masculino como suave, se humedece  los labios rojos y tengo que obligarme a volver la vista al frente.
Hak de perfil se ve aún más guapo, con ese aspecto clásico me tiene cayendo en cascadas, las manos comienzan a sudarme.
— Había hecho un itinerario.— dice bajo.— pero podemos pasar de el.— dice bloqueando el teléfono.— te llevaré por mis propios medios.— me entusiasmo al verlo hacer un esfuerzo de crear un itinerario y haberlo tirado a la mierda.
— Nos traje mudas de ropa, tendremos que cambiarnos en algunos sitios para entrar, nuestra primera parada será la mezkita Sheik Zayed— Se le sale un poco el acento árabe y sonrió, evitó que me mire para que no note lo ridicula que me veo.
— No te preocupes, investigue un poco antes de venir aquí, se que debo respetar y utilizar Hijab.
— No en todos los lugares, solo cuando entras a mezkitas y sitios de oración.
— ¿Eres muy religioso?— lo pregunte demasiado rápido y antes de si quiera imaginarlo ya mi lengua viperina estaba soltando la sopa: fui tan imprudente, la expresión de su rostro se desfasó, las comisuras de sus labios se vuelven rectas y la calidez de su mirada desaparece, hace una mueca.
Lo he puesto en una situación difícil, rápido me disculpo.— Perdóname.— bajo la cabeza.— Lo dije sin pensar.— el no dice nada...
Me deja expectante por unos largos segundos que se volvieron interminables minutos... suelta el aire que había contenido.
— No te preocupes... y respondiendo a tu pregunta, no.— Mi idea no era seguir escarbando en el tema pero una respuesta soltó otra.
— Es que... eres un jeque.— se escuchó más como un reclamo.
— Si.– su mandíbula se tensa.— Pero hay diferencias...— me explica con voz tenue.— somos muchos tipos, podemos llamarnos jeques por ser guías espirituales, gobernantes o en mi caso empresarios de muy alto target. — eso no lo sabía.

Árabe a la fuerza #wattys2023 Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang