Capitulo 17

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— estás ebria.— no es una pregunta, lo está afirmando con toda la seguridad, el rostro desfasado de decepción.
— Quizás.— respondo colgándome de su cuello, se vuelve apesadumbrado y me siento culpable de eso, los ojos dejan de brillarle con la misma intensidad y las cejas le bajan a su posición natural aunque apenas caídas a los costados, nunca lo había visto triste y es tan confuso encontrarlo con el ritmo de la música lleno de diversión y esa expresión tan... afligida.
— Tengo que irme.— dice encarado tomándome de las manos que habían volado alrededor de su cuello para desprenderlas de el con delicadeza.
— ¿es para estar con ella, cierto?— ¿Que yo dije eso? Ni siquiera me siento celosa, creo que se me está yendo de las manos.
— No estoy para reproches o discutir con una borracha.— determina con el tono de voz agrio, arrugó la nariz ofendida ¿El pretende que me sienta bien cuando por fin después de una semana estoy retomando la libertad que el mismo me arrebato? Es un cínico.
— Yo no soy una borr.— dejó las palabras en el aire, si estoy bebida pero consciente y el viene a calentarme para luego dejarme tirada como un trapo solo por que ¿Estoy ebria? Pero si fue el quien me dejó tirada esta tarde para pasar tiempo con Aranza después del desplante que le hizo esta mañana para pasarlo conmigo ¿Estamos jugando al tennis? Y ahora la pelota la tiene la peliroja, excelente por que yo no se jugar ni tennis ni ajedrez y mucho menos fútbol así que se ha equivocado de mujer.—... entonces llévame a casa.— me cruzo de brazos holgazana, se pasa la lengua por los labios colérico.
— No.— responde severo, lo miro atónita sin comprender bien... ¿me ha dicho que no?
—¡Entonces me iré de vuelta a New York como de lugar!— exagero con las manos clavándoselas en los pectorales afilados.
— Dije que hoy no irás a casa...— arrugo los labios cabreada.— quédate con tus amigas y mañana me encargaré de buscarte al aeropuerto.— concluye severo.
—¿que?— frunzo el ceño enojada, el calor se transforma en una esfera enorme de hielo, que digo un glaciar.—¿Solo por que estoy borracha me vas a dejar tirada?— interpelo estupefacta, acabo de admitir una verdad solo para que el me responda con sinceridad, aprieta las manos volviéndolas sólidos puños masivos, me dio la espalda con toda la intension de irse y dejarme pero no pudo hacerlo sin volverse hacia mi una última vez para escupirme en la cara.
— ¡Por que no puedes venir a mi para pedirme que te posea cuando no son tus verdaderos deseos, estás hablando desde el punto del alcohol... ni siquiera es lo que sientes de verdad... el licor solo te deja olvidar por unas horas la capacidad de pensar, te deja hacer actos que no harías estando sobria— explica señalando el piso con un dedo firme en forma de protesta, sus palabras me golpean en la cara como un puño sólido.— por que me saca de quicio que me pidas que te haga cosas que mañana no recordaras y que no quieres que sucedan— cierra los ojos frustrados intentando controlarse, cuando vuelve a abrirlos están fríos y oscuros.— y quedare como un idiota!— se pasa la mano por la cabeza retirando el sudor que había obviado que llevaba.— Yo...— jadea cansado.— Yo no...No soy un monstruo Alicia— se doblega.– soy humano... y te deseo insaciablemente, no puedo respirar cuando te tengo cerca y solo quiero hundirme entre la suavidad de tu piel y poder relajarme en medio del brillo imparable de tus ojos.— me llevo las manos al pecho soltando un gemido.—no volveré a hacer nada en contra de tu voluntad ¡Por que la cague! y que me pidas esto cuando estás en este...— me ve de arriba abajo despreciativo tragando firme.— Estado de... intoxicación, me decepciona, me entristece y enfurece al mismo tiempo, por eso no quiero hablar contigo y mucho menos te llevaré a casa.— respira como si le costara el solo tomar aire.—  te quedarás con tus amigas.— concede con dificultad.— disfruta de ellas por qué aunque quisiera dejarte ir a ti también... no puedo, así que nos vemos mañana en el aeropuerto.— y con eso se despide dejándome  sin palabras y con la lengua seca a medio pasillo, gira sobre los talones para salir de la disco y cuando Aranza desde su posición lo ve se apresura a bajar para irse con el.

El iceberg me quema de frío y enojo, quiero hacer una rabieta de niña pequeña pero me dispongo solo a pasar una de mis manos por el cabello para organizar el peinado, aún con el corazón palpitando con fuerza dentro de mi pecho me enderezo para caminar, se me dobla uno de los tobillos por los altos tacones de sandalias, me apoyo de otro que esta bailando. Se voltea a mirarme confundido.

Árabe a la fuerza #wattys2023 Where stories live. Discover now