Capitulo 26

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Camino por el excesivo pasillo en medio del jardín lleno de enormes árboles que hacen una especie de túnel decorado con deslumbrantes telas plateadas y blancas, la llave se resbala de mi mano por el sudor, la aprieto con júbilo.
Ya no se trataba del auto, ni la carrera, tampoco Lisa o lo que fuera del DJ.
Se trata de Hakeem, de mi, de una habitación y de la posición que había ganado esta noche.
Pasó una de mis manos por el cuello y me doy cuenta de lo fria que estoy. ¿Será el estrés? debería calmar mis ansias o  irme a dormir, y es que adicional de la divina sensación de adrenalina todo esto había sido una locura.
Tropiezo con algo o mejor dicho alguien cuando intento escaparme de la enorme fiesta, no pude evitar caer de espaldas contra el suelo debido a los altos tacones, elevó la vista apareciendo frente a mi el hombre que no sale de mis pensamientos, Hak... de rodillas detrás de un arbusto, vomitando.
Frunzo el ceño, el resultado de mi caída fue que me había tropezado con sus largos pies.

Inserte:Corazón vacío – maria becerra.

—¿Hak?— el levanta una de sus manos como si me pidiera un segundo, me incorporo con cuidado para acercarme a él, arrodillándome a su lado aunque parece pasarme por metros, me ve dos segundos a la cara pero con rapidez devuelve la cabeza atrás del árbol para soltar otra cataplasma de líquido estomacal sobre las raíces.— ¿Te encuentras bien?— parece ser muy estupida la pregunta pero necesitaba saber, eleva la cabeza nuevamente despacio para recostarla sobre el tronco, cierra los ojos cansado y respiración con dificultad.
— no entiendo como tienes esa delicada suerte de encontrarme en los que a me respecta, mis momentos más vulnerables.— sonríe aunque parece ser una mueca.
— ven conmigo.— le propongo, podría llevarlo a su habitación y.. pero sus ojos van directo a mi mano, aquella que sostiene la llave maestra, se le oscurece el semblante.
— no puedo.— nuestras miradas se encuentran.
—¿como que no?— me apresuró uniendo mis cejas.
— la fiesta aún no termina y Lisa debe estar buscándome no quiero darle motivos para pensar. — ¿y eso que importa? Fue lo que quise responder pero a razón pregunté.
—¿todavía sientes cosas por ella? ¿Te hubiera gustado que ganara la carrera? — Tengo un nudo postrado en el estómago, Hak frunce el ceño negativo.
— no.— responde gruñón.— no, como se te ocurre decir algo así.— reclama más serio que pálido mirándome a los ojos con decadencia.— Nunca hubiera querido que ella ganara, no soporto tenerla cerca... ni un segundo.— responde tan rápido que apenas puedo entenderlo.— Desde que la bese he estado aguantando las ganas de vomitar... — entonces esa era la razón por la que se encontraba por los arbustos aunque podría crear otras teorías me convencí de que creerle a la primera sería la mejor opción.
— Vale... y entonces... ¿por qué te has besado con ella?— salió tan rápido de mi que no lo pude contener, aprieta la mandíbula tenso, suelto un suspiro.— Lo lamento Hakeem.— bajo la mirada.— no tienes que darme explicaciones... es muy imprudente pedirte....— me toma de los hombros con sus cálidas manos y desciende hasta envolver mis flacuchos brazos con sus largos y fuertes dedos, el apretón me devuelve al fuego hirviente de deseo, son sensaciones que no puedo manejar cuando lo tengo así de cerca, como espasmos de estremecimiento inevitables.
— Prometí protegerte.— habla despacio como si intentara explicarle a un niño.— intento dar lo mejor de mi para cumplir esa promesa.— adjudica elevando la cabeza con la voz más cálida que le haya oído antes.— me suelta unos segundos para tomar  un poco de agua de una botella que no me había dado cuenta que traía y se enjuaga la boca, escupe con recelo repitiendo el proceso unas dos veces más, con el restante que queda termina por bebérsela de un trago, busca en sus bolsillos un compartimiento pequeño por el cual saca unas cinco mentas y se las hecha a la boca, elevó las cejas divertida.
— no importa que tan difícil sea la situación en la que te encuentre Alicia, siempre anda con la cabeza en alto ¿okay?— se levanta con cuidado para después tenderme la mano, quería dejarme caer de culo pero con pereza se la extiendo, la sorpresa va mucho después, con agilidad se dobla  para tomarme de la cintura y elevarme con esos brazos musculosos, casi me derrito por el exquisito aroma dulce, fresco y amaderado que desprendía su cuerpo.  Deslizó las manos por la Infinita camisa de seda negra sobre su pecho y ese descubierto de piel cauteriza mi vista, entre abro los labios subiendo la mirada para chocar con ese inmenso mar verde esmeralda de potentes ojos almendrados.
Llenos de vicio puro destilando vapores de excitación, su mano se aprieta firme sobre el borde de mi cintura haciéndome jadear impaciente, clavo las uñas sobre el borde libre de su camisa acariciando o mejor dicho arrastrando el dedo índice sobre su suave piel erizada, me humedezco los labios buscando una distracción aparente bajando su mano sin reparo, el corazón me da un vuelto en cuanto se acerca para oler mi cabello, hunde la nariz sobre las ondas sueltas y aspira con detención.
— ¿Como puedo protegerte así? —pregunta susurrante, ese cálido aliento choca contra el Lóbulo de mi oreja.
—¿Como?— pregunto en el mismo tono, al parecer este era un lugar único, nadie se había atrevido a entrar al pasillo de árboles en el jardín... solo éramos el y yo, como si hubiera sido creado para nosotros.
— Tu no tienes ni idea de todo lo que me he contenido para no tocarte.
— Entonces no te contengas... — apresuró mi susurro con los ojos entrecerrados, embriagada hasta los tobillos.— ¿De quien intentas protegerme?— se queda en silencio, no dice nada por unos minutos cortos, llevo mi cabeza hasta su pecho, depositándola con suavidad y acercándome para escuchar con nitidez el bombeo de su corazón acelerado, respira calmado pero eso no mejora sus palpitaciones.
— De mi...— musita bajo, elevó las vista confundida ¿de el?— Soy un misil y no se en que momento detonare... El día que eso ocurra me llevaré todo a mi paso y no quiero que tú salgas herida... — lleva su cálida mano hasta mi mejilla.— Estoy pensando que la única opción sostenible que tengo ahora es... dejarte ir.

No se si fue el clima cálido o el vientre frío, si eran sus palabras o la liberad que me estaba otorgando después de un tiempo pero jamás me había sentido tan rota y vacía desde que llegué aquí, incluso desde mi relación con Nick.
Un nudo se crea en mi garganta despiadado amenazando por cortarme las cuerdas vocales y es cuando me separo de él, doy un paso atrás.

— Lo estoy pensando... por qué no lo quiero hacer.— termina la frase.— No quiero que te vayas.
— Si no quieres... entonces no dejes que me vaya, no me lo pidas.— una sola lágrima sepulcral cae sin aviso.— bajo la mirada hasta la llave.
— No hagamos nada de lo que podamos arrepentirnos después— le extiendo la llave oscura que me había entregado Batista, ahora solo quiero hundirme en lo más profundo de mi habitación y desaparecer, el desde su punto más alto la observa sin inmutarse a tomarla, aprieta la mandíbula frunciendo los labios y se acomoda el cuello de su camisa.
— Te lo has ganado.— frunzo el ceño.
—¿Que?
— Pienso que arriesgar tu vida en una carrera por mí es una pérdida de tiempo pero... te lo has ganado, esta noche... yo...— parece que le cuesta decir las palabras.— esta noche me quedaré contigo.

Estoy tan anonada que me voy en un viaje al espacio mental, siento la presión sobre mis oídos y el palpitar de mi corazón casi rompiéndome los tímpanos, las piernas me tiemblan como gelatina y quedo fría como un témpano, cierro la boca que se me había abierto en un santiamén y enderezó la postura apenas vuelvo en mi.

— no quiero que te obligues a pasar una noche conmigo solo por una estupida carrera.— masculló indignada, entonces da unos pasos hacia mí para devolvernos la misma cercanía de hace unos minutos. Se agacha hasta mi estatura para poder rozar nuestras narices en una chispa electrizante y entre casi la unión de nuestros labios dice.
— Entre todo lo qué tengo que hacer en los días, estar contigo es lo único que más disfruto por mas mínimo que sea. — Trago duró antes de cerrar los ojos, quería un beso despiadado y fuera de lugar, que sus manos me acariciaran por todos lados hasta sentir que me quemo y...
— Te veo a las 2:30 am, en la habitación de los castigos... por favor se puntual.— acaricia sobre el torso de mi mano para quitarme la llave.— te estaré esperando adentro, así que por ahora disfruta la fiesta mientras resuelvo unos asuntos antes de perdernos hasta... no diría que el amanecer pero quien sabe...— el tono sexy acomodado entre su voz y esa mirada oscura llena de tensión sexual me saca de orbita pero es real, pasaré la noche con Hakeem y mi cuerpo no entiende mi reaccionar a los nervios de saberlo con seguridad.


Próximo capítulo, spicy

Árabe a la fuerza #wattys2023 Where stories live. Discover now