El País De Las Pesadillas

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En la agencia de detectives

—¿Que estás maquinado ahora Dazai? — Preguntó cansado Kunikida mientras redactaba un informe en su laptop.

Dazai estaba frente a él sin hacer nada más que mirarlo, eran las ocho de la mañana en Japón y el día de labores para la agencia había empezado.

—Nada Kunikida-Kun...

—¿Y por qué tienes la cara de idiota mirando hacia mi mientras tu mano están en tu barbilla?

—¡Ah!... ¿Te refieres a esto? — Preguntó mientras volvía a hacer ese rostro llevando su mano a la barbilla.

—¡Lo llamó el rostro de detective pensativo! — Exclamó emocionado, pero esto le duró poco, ya que Kunikida cerró su laptop y fue hacia él.

Tomó a Dazai del cuello hasta hacer que su cabeza chocará contra la mesa tirando todo el papel de ahí.

—¿Ahora escupelo? — Ordenó furioso, pero el castaño parecía tranquilo.

—¿Porqué parece que disfrutas esto?— Preguntó extrañado Kunikida y es que la actitud impredecible de su compañero lo tenía en estrés continuó.

Kunikida soltó a Dazai y este entristeció.

—¡No te daré lo que quieres, maldito demonio! — Dijo y se arreglo la camisa.

—¿Entonces por fin me darás cariño?...

—¡Ya dilo de una vez Dazai! — Gritó Kunikida a su compañero.

Él sonrió satisfecho y se arreglo la ropa para hablar hacia el rubio.

—¡Kunikida-Kun! — Dazai se acercaba al más alto de forma divertida mientras este se quedaba estático.

—No lo diré Dazai....

—¿No quieres admitirlo? Es fácil Kunikida-Kun. Es fácil decir que confías en mis planes.

—Solo estoy de acuerdo con el resultado más no con el método — Explicó, pero Dazai lo interrumpió.

—¡Es lo mismo! — Se quejó.

—No juegues a ser Dios Dazai que él al menos es compasivo tú no — Dijo Kunikida hacia su compañero quien dejó su personalidad de bufón.

El rubio ya lo había visto de esa manera así que no se sorprendió cuando un aura lúgubre se apoderó del castaño.

—Yo eh estado entrenando al mocoso, sé su capacidad y su valor para las misiones, pero también sé que él intentará salvar a cualquiera que se le cruce por el camino aunque esté sea el perro infernal de la porf mafia...

—No puedes manipular a la gente como fichas de ajedrez, porque existe algo que el ser humano tiene y es voluntad esto nos vuelve impredecibles... Así que Dazai — Kunikida se acercó firme hacia su compañero y realizó la pregunta que dejó pensativo a Dazai.

—¿Que esperas de todo esto más allá de que creo que ellos lograrán con éxito la misión? ¿Quién de los dos va sufrir más?...

Dazai sonrió de lado, una sonrisa nada burlona, ni sarcástica era una con pena y vergüenza por haber sido descubierto.

—Vaya Kunikida estos años a mi lado te hicieron más observador — Informó frívolo, pero él rubio no parecía molestarse.

Dazai estaba al tanto de los planes de aquellos que querían lastimar a la agencia, a Yokohama y a algunos miembros de la porf mafia y entre los enemigos estaba el demonio Fiódor alguien capaz de helar la sangre del mismísimo Osamu Dazai.

Calmaré tus pesadillas (Shin Soukoku) Where stories live. Discover now