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Steve Murphy x Reader !
En los 80s-90s, Colombia fue uno de los países más peligrosos más bien por el nulo control al imperio de Pablo Escobar. En esos tiempos vivías en 'Medellín sin tugurios' o mejor conocido como 'Barrio Pablo Escobar', tus padres eran neutros en el tema de Pablo, aunque sabían que era mala persona, ellos aún votaron por él para el Congreso Colombiano.
Los hombres de Pablo se la vivían escapando de los agentes de la DEA, especialmente de dos extremadamente escurridizos, Agente Murphy y Agente Peña, muchas veces los viste pasar corriendo por las calles del barrio. Tu siempre veías desde la ventana de tu cuarto como se apuraban para atrapar a los sicarios pero ellos siempre encontraban una manera de perderlos de vista.
No negarías que muchas veces que viste bien el rostro de los agentes, soñabas que al menos uno se te acercara (especialmente el rubio) y tú intentarías conquistarlo con la nula experiencia romántica.
Un día por la tarde te dio hambre mientras estabas recostada, por lo que te levantaste a pedirle permiso a tu mamá para ir a la tienda. Saliste de tu casa y te dirigías a la tienda, escuchabas escándalo pero eso era común así que llegando empezaste a ver que comprar cuando de pronto el señor que atendía volvió a entrar a su casa y cerró la puerta, dejándote en el negocio.
Y luego entró rápidamente alguien que se escondió detrás del mostrador, te acercaste con cuidado y viste quién era.
"¿Quica? ¿Que carajo estás haciendo aquí?" Le dijiste.
"¡Shhh! Cállese y cúbrame que me vienen persiguiendo" él se agacho aún más pero tú seguías mirándolo, pronto escuchaste muchas pisadas, Quica se levantó lentamente y se acercó a la puerta "Cuando le diga que corra, usted corre"
Pronto Quica gritó y tú saliste corriendo junto a él, giraste y viste que era el oficial güero quien te perseguía, pronto en un callejón Quica logró escaparse y otro oficial castaño lo comenzó a perseguir mientras que el güero seguía detrás de ti, te sentías como cuando jugabas a las 'traes' y el que te perseguía estaba muy cerca que tenías la necesidad de gritarle que se detuviera.
"¡Espere, espere!" Gritaste tratando de detenerte pero él seguía persiguiéndote con el arma en la mano.
"¡Manos en la cabeza?" Gritó con un español horrible.
"Este encuentro no es como me lo imaginaba" dijiste rindiéndote mientras corrías más lento dirigiéndote a un muro para descansar "Esta bien, ¡ya!" Suspiraste cansada.
Él se acercó y te apunto con el arma, haciendo que cerraras los ojos esperando lo peor pero no ocurrió nada.
"¿Cómo lo conoces?" Te preguntó sin dejar de apuntarte.
"¡Él vivía en el barrio y me cuidaba cuando era niña! ¡Solo eso! Todos en el barrio saben que soy una buena persona, oficial" le respondiste llena de miedo.
