Como agente encubierto de la DEA obviamente tenías que meter las manos en la masa de vez en cuando. Tenías misiones cómo encontrarte con sicarios y todo eso mientras fingías ser otra persona.
Pero aparte de ser agente pues también tenías tu vida privada, eso de amoríos y todo eso no era muy lo tuyo especialmente por el trabajo pero si deseaba tener una buena vida casada, como tu hermano, Steve. Ya habías conocido a Carrillo en una de tus misiones y pues si te sentías muy atraído a él, siempre parecía ser muy imponente y como un milagro, él no te juzgaba por tu trabajo.
Solían tener reuniones y justo habías tenido una misión donde te había infiltrado como una de las prostitutas para los sicarios de Pablo y como era de esperarse, no pudiste conseguir nada.
"Buenos días" dijo Steve tomando asiento enfrente de tu escritorio, detrás estaban Javier y Horacio.
"¿Cuáles buenos días? No son buenos días si nomás desperdicie 24 horas de mi vida al lado de un inútil" te quejaste casi gritándole, haciendo que Steve se arrepintiera de haber entrado.
"Tranquila, Dios mío" te dijo Javier aguantándose las ganas de reírse, tú sonreíste y trataste de guardar la calma.
"En conclusión, no logre nada estando ahí." Suspiraste decepcionada.
"Va a haber otras oportunidades de sacar información, no te estreses demasiado" Carrillo te sonrió y también le sonreíste.
"Yo se, pero estuve tan cerca de Escobar y no pude hacer nada"
"Sabes que, yo creo que necesitas relajarte. Mejor regresamos después" Steve se levantó de su silla y dio un manotazo en el hombro de Javier.
"Si necesitas algo, llámame o búscame. Yo aquí estoy" Javier te guiño el ojo y ante la mirada amenazante de Steve, solo salió de la oficina.
Carrillo se acercó a la puerta y la cerró bien, tú simplemente te reíste ante su ceño fruncido.
"No hay nada entre Javier y yo. Bien sabes que él se coge a todo lo que se mueve"
"No me gusta como se te insinúa" te dijo sin cambiar su rostro.
"No puede evitarlo, además. Tú y yo no somos nada público aún" Te acercaste a él con una sonrisa.
"Sabes que es por nuestra seguridad, Escobar tiene ojos en todas partes" Carrillo puso sus manos en tu cintura, atrayéndote a él. "Pero no me molestaría que todos aquí supieran, mucho menos su Peña se entera"
Pronto ya estaban besándose apasionadamente sobre tu escritorio, así estaban casi siempre que las reuniones terminaban. No querían ir a un motel por su seguridad, este era el único lugar donde no se veía sospechoso que estuvieran juntos.
Una cosa llevo a la otra y ahora estabas tratando de hacer mucho ruido, estabas disfrutando cada segundo de esto, ni quiera te diste cuenta de que estaban tocando la puerta.
"¡Que bonitos, cabrones!"
Escuchaste a Javier gritar desde la puerta, pronto los dos se detuvieron y observaron la puerta que se cerró demasiado rápido, Steve estaba ahí parado con la boca abierta.
"¡Steve! No vayas a hacer una locura" le dijiste mientras te vestías desesperadamente.
"Yo digo que Carrillo ya se largue de aquí, ¿no? Ni siquiera yo soy tan descarado" Javier se burló, Steve simplemente negó.
"Murphy, yo no quería que te enteraras así, pero ya que. Luego de que me divorcie, ____ llegó como un rayo de luz a mi vida"
"¿Por cuánto tiempo?" Preguntó Steve.
"Como cinco meses" Respondiste causando que Steve se riera sarcásticamente.
"¿Y porque no me habías dicho?" Preguntó aún asombrado.
"Connie lo sabe" Steve se quedó aún más perplejo y un poco ofendido.
"¿Ósea tu cuñada sabe pero no tu hermano?"
Steve solamente estaba siendo dramático, es que no podía creerlo, pasaba frente a sus narices y no lo notaba.
"No seas dramático Steve, algún día tendría que conseguir a alguien aquí. Lo único que quiero es que te vayas haciendo de la idea, de que Horacio y yo ya somos una pareja"
"Sabes que, está bien. Me tendré que acostumbrar"
Le costó aceptarlo, específicamente porque Carrillo era como un medio jefe para todos ustedes, sabía que era un buen hombre y al final termino amando la pareja que hacían. Unos dos años después, Horacio y tú ya se habían casado, y ya estaban apunto de tener a su primer hijo, bueno, hija.
Steve, Javier y Horacio estaban afuera de tu sala de hospital esperando que los dejaran pasar, de pronto una enfermera salió de ahí, haciendo que los tres hombres se pusieran de pie.
"Pueden pasar, la señorita ya está despierta" los tres entraron a la sala y sus rostros se enternecieron al verte con un pequeño bebé en brazos.
Horacio nunca pensó llorar en este tipo de momentos, realmente nunca pensó llegar a este momento en su vida. Pero es que verte cargando a su hija simplemente era lo más hermoso que había visto en su vida.
"Mira, Carrillo ya está llorando" dijo Javier, Steve lo calló "Que la cargue, que la cargue" lo alentó con una sonrisa.
"Hazle caso a Peña, para que ya se calle" Horacio cargo a la niña mientras que Peña te observó con una mueca.
"Esta muy pequeña" susurró Horacio mientras la veía con mucho cariño "¿Quieres verla?" Le preguntó a Steve, quien aceptó rápidamente.
"Se parece a Carrillo" susurró Steve enternecido.
"Lamentablemente" Peña sonrió negando, no podía negar que eran una buena persona "Estoy bromeando, felicidades"
"Gracias" Susurraste mirándolo.
"Pero aún no entiendo como él me la gano, enserio" Javier se levantó y se puso junto a Steve, sonriéndole "¿Cuando tendrás a un mini-tú o q una mini-Connie?"
"Aún no, déjalos que disfruten su momento" ambos se rieron y observaron cómo Carrillo se acercaba a ti.
"Lo hiciste muy bien, amor"
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
( esta es la última vez que veo a mi novio, el profe de Biología. Lo amo, papi Carranco😭😭 )
