( dulce pero loca ; r.a.f )

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Ramón Arellano Félix x Reader !Pedido por: Vale_3011_MM

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Ramón Arellano Félix x Reader !
Pedido por: Vale_3011_MM

Eras básicamente narco-realeza, eras la hija de Miguel Ángel Félix Gallardo. Tenías toda la vida resuelta desde que tu papá decidió traicionar a su jefe y comenzar a mover marihuana.

Por eso conociste a Ramón, en una de las muchas fiestas de tu padrino, Rafa, ambos tenían la misma edad y comenzaron a llevarse muy bien, tanto que comenzaron una relación y al final pues terminaron casándose bastante jóvenes, era normal. Unos años después tu papá terminó siendo arrestado junto a Rafa y Don Neto, dejándote prácticamente sin la protección que ellos te brindaban.

No era lo mismo estar con los Arellano que con tu papá y tus padrinos, te sentías juzgada todo el tiempo como si tú fueras la mala, como si no valieras nada.

Ramón era un cabrón muy desquiciado, al punto de llegar a parecer psicopata. Le gustaba matar, le encantaba, era violento. Tú tampoco te quedabas atrás, no naciste así, pero este negocio te acostumbró a ello, te tuviste que adaptar a ese estilo de vida.

Ustedes dos tenían sus peleas, especialmente por sus personalidades explosivas que los hacían actuar sin pensar, pero específicamente porque odiabas la manera en la que sus hermanos hablaban de ti.

—Está muy guapa, pero esta bien pinche loca— dijo Javier.

Quizás su hermano estaba en lo correcto pero es que Ramón no podía dejar de quererte, siempre regresaba a tu lado.

—¿Pues que quieres que haga, carnal? Es mi vieja— Lo callo Ramón, pues no le gustaba que hablaran mal de ti.

—Ajá, igual más de rato vas a andar dejándote mandar por ella, Mon— agregó Eduardo, mientras tanto Benjamín se burlaba un poco de la situación.

—La tienes que aguantar Mon, en estos momentos aunque te haga revolcarte de dolor pues es una bendición para la organización. Igual tú también no ayudas eh, así que están a mano— Benjamín de burlo de nuevo. —Tu síguele la corriente, deja que te guíe.

—Pero pues si ella es la que debería hacerme caso, ¿no? Pues yo soy el hombre— Ramón preguntó.

—Ay Mon, pues Benjamín tiene razón. Igual ahorita estás diciendo que no, pero nomás te da un piquito y ya le estás diciendo que si. Bien sabe cómo jugar con tu cabecita, no es nada tonta— Enedina añadió, ella no estaba de acuerdo de que se casaran, pensó que aún eran muy jóvenes pero no podía hacer nada.

Ramón lo estaba pensando, será que si son parecidos ¿o sólo los querían separar? Su mente no lograba ponerse de acuerdo.

Tu por otro lado, aún visitabas a tu padre en la cárcel, tenía ciertos privilegios aún. Él desde un principio dijo que no te casarás pero como siempre, no le hiciste caso y lo contradijiste.

—Ramón es muy dulce, pero esta bien pinche loco, pa— te quejaste mientras jugabas con tus anillos.

—Yo te dije. Te dije que ni lo voltearas a ver pero claro ahí fuiste y te juntaste cuando el cabrón te dijo que te daría las estrellas. Es que tú tampoco escuchas, mija— te regaño, muy narco y todo pero aún así seguía siendo un padre.

—Bueno, aunque es un pendejo pues la verdad es que también me encanta.

—Tampoco lo defiendas, eh. Que no creas que porque estoy aquí no me entero de lo qué pasa en Tijuana. Quiero que entiendas que ustedes dos no son iguales, él es el pinche loco.

—Ajá. Igual no le hago mucho caso, luego ya ves que siempre lo andan influenciando mis cuñados— No te caían muy bien, eran demasiados.

—Eso dices ahorita, al rato en Tijuana vas a andar atrás de él. Si yo conozco a mi gente— Miguel Ángel sonrió, en sus ojos tu eras perfecta, su princesa.

—Ni te he contado. Ahora traen la novedad de que le andan diciendo a cada rato a Mon que dizque yo soy una loca, psicopata. Ya ni saben que inventarse— te quejaste.

—Usted no se deje, mija. ¿Que no se acuerda cuando lo de Camarena? Te pusiste bien vergas cuando eso pasó. Esa es la ____, que quiero ver. Que te valga verga lo que esos fresillas piensen de tu, igual tú sigues siendo la mera mera, ¿que no?

Mientras los días pasaban, las cosas en Tijuana se ponían cada vez más difíciles, más violentas, especialmente entre Tijuana y Sinaloa. Antes esas dos plazas eran amigas, pero ahora eran lo contrario y con la incorporación de Ismael a Sinaloa, la violencia era pan de cada día.

Los Juniors, Ramón y tú eran los que hacían ese trabajo, eran quienes más violentos eran, pero quizás Ramón subestimó un poco tus métodos y ahora su rostro de impresión no lo cambiaba nada.

—¿Le disparaste a uno de Sinaloa?— te dijo enojado mientras abría paso hacia el jardín de la casa.

—Si, Ramón, es a lo que íbamos. No fue uno, fueron muchos— respondiste fastidiada.

—Ese no era el pinche plan— habló, el enojo creciendo cada vez más en ambos.

—¿Estas sordo? Lo hice porque ellos iban a hacerlo, ¿apoco crees que los sicarios del Mayo y Arturo nomas se pasean así como si nada en Tijuana?— Quizás solo estaba celoso ya que él no había guiado toda la emboscada y sus Juniors te estaban siguiendo a ti.

—Esto ya no es Guadalajara, chula. ¿Que no entiendes que esto es Tijuana? Tijuana tiene el nombre Arellano tallado— te dijo tomando tu mandíbula fuertemente, ni siquiera tu propia papa había puesto una mano encima tuyo, se te hizo fácil tomar la pistola que estaba en la barra.

Ramón te soltó rápidamente, pues sabía que de aquí, tú eras la que mejor puntería tenía. Mientras la pistola lo apuntaba, tú amenazabas con jalar el gatillo.

—¿Vas a decir otra cosa?— le preguntaste, ocultando otra sonrisa al ver cómo él buscaba su pistola.

—Todos aquí tiene razón, eres una pinche loca.

—Yo no fui la que le cortó la mano a un mariachi, tampoco fui yo quien mató al Cochiloco en una avenida. Fuiste tú, no te proyectes. Tu eres el pinche psicopata— le respondiste.

—Yo no fui cómplice en lo de Camarena, tú lo fuiste. Eso es 10 veces peor, tú eres la única loca aquí— te grito. Te hartaste de estar alegando por algo que no tenía sentido y que solo tenía una respuesta.

—Eres como yo, así de loco, como tú dices. Yo se que esta bien pinche raro aceptarlo, pero los dos somos exactamente iguales. ¿Y luego me dices que yo soy la loca? Mon, no empieces a fingir que nunca te gusto este dolor.

Tu estabas en lo correcto, los dos eran exactamente iguales. Ambos criados en violencia, ambos sin poder cambiar la familia en la que nacieron. Ese era su destino, por eso se llevaban bien, no podían evitarlo.

( llevaba días diciendo que iba a escribir un oneshot inspirado en esa canción pero no lo hacía

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( llevaba días diciendo que iba a escribir un oneshot inspirado en esa canción pero no lo hacía. Espero que te guste! )

ONESHOTS, narcos (col, mx.)Where stories live. Discover now