1. Etapa Prepatogénica.

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Este es el período antes de la enfermedad, lo que nos permite saber cuando aparecerá para poder contrarrestarla.

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Las nubes blancas y esponjosas se deslizaban suavemente en el celeste del cielo, el viento soplaba amigable y traía los aromas de las flores que abrían sus pétalos a la primavera, un enorme roble sacudía sus ramas y hojas danzando al viento. Era un tarde de paz en el campo, una linda tarde de primavera que abrazaba a Kakaroto.

El saiyajin descansaba a la sombra de aquel roble, observaba el cielo, pidiendo una respuesta a la duda que inundaba su mente y corazón. —¿Qué es esto?— murmuraba indeciso.

Recientemente, Goku había sentido un cambio en su interior, era una inquietud que surgió a raíz del último entrenamiento que tuvo junto a Vegeta en el planeta de Bills.

Era hora de un baño y Goku disfrutaba del agua tibia en la bañera, sin previo aviso Vegeta entró al agua. —No quiero esperar más. — le gruñó el príncipe al ver la mirada confundida del saiyajin de pelo alborotado.

Goku no se quejó, pero era extraño que Vegeta quisiera compartir la bañera. Vegeta se relajó y suspiró contento. —Se siente genial. — mencionó mientras estiraba sus piernas bajo el agua casi rozando al contrario. El Príncipe echaba su cabeza hacia atrás gustoso por la temperatura del agua.  Vegeta cerró los ojos y se concentró en descansar su cuerpo. Paseó suavemente su mano sobre su pecho y abdomen, casi acariciándose. La piel mojada del saiyajin brillaba bajo la luz del lugar. El príncipe volvió a suspirar o fue más bien un gemido de placer ante la relajación que su cuerpo tanto necesitaba.

Goku sintió su corazón palpitando fuerte ante esa escena. Parpadeo algunas veces, atento a los movimientos del contrario. Su mente pronto formuló un escenario que nunca imaginó alojar en su pensamiento:
A él, tocando a Vegeta, delineando los músculos de su pecho, acariciando su abdomen, siendo él, el responsable de los sonidos que emitía el príncipe. Kakaroto se relamió los labios. Ese escenario lejos de disgustarlo lo emocionó.

—¿Qué me ves?— Vegeta habló molesto.

—Nada.— respondió rápidamente el contrario, el color rosa pronto se apropió de sus mejillas. Goku tapó su rostro con ambas manos y apretó sus piernas. ¿Pero que le pasaba? ¿En qué estaba pensando?

Goku salió de la bañera y por primera vez tuvo pena de Vegeta. Se cubrió rápidamente con una toalla y salió del baño. ¿Por qué había tenido vergüenza? Vegeta ya lo había visto desnudo muchas veces y viceversa. Sus actos no tenían sentido pero eran involuntarios, su cuerpo solo reaccionó ante la pena.

Al día siguiente, mientras hacían las labores de limpieza, Goku no podía dejar de ver la anatomía de Vegeta, por más que lo intentara su mirada siempre terminaba en el redondo culo del príncipe, o sus brazos bien marcados, o solo en su rostro, el que por momentos se destensaba de esa mueca de molestia eterna y dejaba ver otras expresiones, como, cansancio cuando limpiaba el sudor de su frente, satisfacción al ver la tarea realizada y una pequeña sonrisa que pocas veces veía.

Goku volvió a sentir palpitar su corazón y con más fuerza, el órgano vital guiado por su cerebro le avisaban de algo que él no sabía interpretar.

—Ya deja de mirarme insecto. — Vegeta lo regañó. —Te la pasas viéndome y no haces tu parte del trabajo. — Vegeta le lanzó un trapo a la cara. —Aún faltan quinientas peceras que limpiar y secar. Trabaja. —

HANAHAKI DISEASE. [KAKAVEGE]Where stories live. Discover now