2. Etapa Patogénica subclínica.

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Inicia cuando hay contacto entre el huésped y el agente. Hay lesiones anatómicas o funcionales, pero a un nivel insuficiente, por lo cual el paciente no se percata o si lo hace no acude al médico, ya que parece ser algo muy simple.

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—¿Para qué quieres las esferas? — Bulma preguntó curiosa mientras le entregaba el radar a su amigo.

— Quiero pedir un deseo. — Goku sonrió como de costumbre.

— Eso es obvio. Me refiero a que deseo pedirás. —

— Es un secreto. — Goku no dió más explicaciones y se fue surcando el cielo a toda velocidad dejando a Bulma con la palabra en la boca.

— ¡Ay! ¡No me dejes hablando sola! — La peli azul gritó al cielo molesta. Pero que más podía hacer su amigo era así. Le causaba curiosidad que pediría. Goku no buscaría las esferas del dragón para un deseo propio.
"Ya tengo todo lo que podría desear" le dijo una vez. Así que su repentina aparición por el radar le era extraño.

Bulma meditó un momento ¿Qué podría desear su amigo?
- Comida... Ya la tiene asegurada con Milk y ella misma.
- Regalos... ¿Para quién?
- Más poder... No. A él le gustaba entrenar para hacerse más fuerte por ese medio. No sé rebajaría a pedir un deseo como ese.
- Un enemigo poderoso... Eso sonaba más a algo que él pediría.

A Bulma le recorrió un escalofrío por el cuerpo. Esa última opción era peligrosa. Goku era muy impulsivo, su sangre saiyajin muchas veces era mas fuerte que su sentido común, metiéndolo en problemas mas de una vez por "una buena pelea".

— ¡Vegeta! — gritó. Mientras corría dentro de su casa en busca de su pareja. — ¡Ve a buscar a Goku! — le dijo desesperada encontrándolo en la sala cargando a su pequeña hija Bura.

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— ¡La tengo! — dijo victorioso al encontrar la esfera de tres estrellas en le nido de una águila. Goku bajó del árbol al suelo y la guardó en la bolsita de tela café dónde tenía las otras cuatro que había encontrado ya.

— Ya solo me faltan dos. — el saiyajin encendió el radar de nuevo. — La siguiente esfera está al sur. — murmuró emprendiendo el vuelo de nuevo.

Llevaba algunos minutos volando cuando sintió un ki conocido, el nerviosismo empezó aflorar desde lo más profundo de su ser. Aún no estaba listo para ver a Vegeta, primero quería respuestas.

—¡Kakaroto! — gritó Vegeta a unos metros del antes mencionado. - Maldito insecto. ¿Para qué quieres las esferas del dragón? - Regañó el Príncipe ya cerca de él.

Goku tragó saliva y se congeló. Tener enfrente a Vegeta lo hacia recordar los miles de pensamientos eróticos que lo atacan mientras dormía o se duchaba. El príncipe utilizaba una pantalón deportivo gris y una camisa negra sin mangas justa a su cuerpo, marcando su pecho y abdomen que más de una vez ha querido tocar. Kakaroto poco a poco se fue sonrojando. 

Al no tener respuesta de Kakaroto, Vegeta se acercó aun más al ver su cara roja. —¿Tienes fiebre?—. dijo casi respirando en su boca. Goku sintió su corazón desbocarse, palpitaba sin parar solo con tener a Vegeta cerca.

El saiyajin mas alto empujó levemente a Vegeta mientras negaba con la cabeza. — ¿Qué no me vas a hablar? — Kakaroto respiró profundo tratando de controlar el ritmo de su corazón. — No has querido entrenar conmigo y de la nada apareces en mi casa para pedir el radar. ¿Qué planeas?  —

HANAHAKI DISEASE. [KAKAVEGE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora