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Melody

Mis Daddys gemelos me llevaron hacia una habitación, según ellos me informaron que esa habitación es mi espacio, puedo hacer lo que sea que quiera en ella. Al entrar veo lo grande y espaciosa que es, tiene colores claros como todo el departamento y con una enorme cama con sábanas y almohadas blancas y en ella hay varios peluches.

—Este es tu habitación, podrás utilizarla cuando quieras e invitar a Samantha a quedarse a dormir juntas si así lo deseas— Axel toma mi mano y me lleva a la puerta de al frente —Pero aquí dormirás y estarán la mayoría de tus cosas—

El abre la puerta dejándome ver una habitación más grande que la anterior, hay una peinadora grande con espacio libre, también hay una mini sala con una tv en la pared, la gigantesca cama king con mesas de noche en cada lado, puedo ver que hay dos puertas que de seguro una es el clóset y la otra es el baño.

Muerdo mi labio al ver la cama —¿Ves? Es grande y podemos hacer muchas cosas en ella— Me congelo por lo que Alen me dijo al oído —Sera muy divertido dormir en ella ¿No lo crees?—

Me volteo un poco para mirarlo —Yo... — No sabía que decir antes eso —Yo soy virgen— Bajo la mirada y juego con mis dedos —No tengo experiencia en esas cosas—

—Mejor aún, porque te enseñaremos muchas cosas, pequeña Melody— Alen levanta mi barbilla para mirarlo a los ojos —No sabes lo bien que es saber que seremos tus primeros hombres—

Siento mis mejillas arder y trato de mirar a otro lado que no sea sus ojos, pero me encuentro los ojos de Axel y me pongo más nerviosa. No sé cómo viviré con estos hombres, me ponen ansiosa por solo una mirada y no sé qué pasara conmigo cuando tengamos intimidad.

—Ven, Melody. Es hora de que firmes el contrato y leas las reglas— Axel camina a la mini sala, nosotros le seguimos el paso.

Me siento frente a ellos, Axel me entrega unos papeles y leo el primero que es el contrato. Leo en contrato con mucho cuidado sin faltarme nada, todo me parece bien, dice como cosas de aceptar las reglas, libertad, cumplir mis caprichos y los tres deberemos ser totalmente fieles estando juntos.

Firmo mi parte, ya el contrato tenia las firmas de ambos —Bien, ya oficialmente eres nuestra— Alen sonríe de lado mientras lleva sus dedos a su labio inferior.

Trato de ignorar su comentario, pero obviamente no lo hice porque mi corazón empezó a latir rápidamente. Me concentro en leer las reglas.

Reglas.

1. Llamarnos Daddy a todo momento, nada de nuestros nombres si no es necesario.

2. Ser obediente y obedecer nuestras órdenes.

3. Comer las tres comidas y si es posible tener las tres meriendas al día.

4. Ser respetuosa y sin malas palabras.

5. Nada de tocarte sin ninguno de los dos presentes.

6. Siempre decir tus inseguridades y sentimientos.

7. Pedir permiso para salir.

8. No hacer que repitamos las cosas más de dos veces.

9. No auto lastimarte, eres y serás la mujer más hermosa que nuestros ojos hayan visto así que nada de malos comentarios hacia ti o pensamientos negativos de tu cuerpo.

10. Decirnos si uno de nosotros te lastimo de alguna manera.

Castigos.

1. Nalgadas.

2. Sin mimos.

3. Nada de bocadillos deliciosos.

4. Nada de premios.

5. Castigada sin salir.

Miro a mis Daddys, las reglas no me sorprendieron y esto es porque leí las de Samantha que están en su habitación especial.

—¿Alguna objeción?— Pregunta Axel.

Niego con la cabeza —No tengo ninguna, además me gusta la numero tres porque me gusta mucho comer—

—Lo hemos notado— Alen quita la hoja con las reglas y escribe algo en ella —Léelo—

Miro la regla número once —Decir cuando otro hombre te toque de buena o mala manera—

—No quiero que se repita lo de hoy con ese viejo asqueroso—

—Estoy de acuerdo— Sonrió y los miro unos momentos —Entonces— Muerdo mi labio y siguió —¿Siempre los llamare Daddys?—

—Así es, no nos importa que nos llames así en público— Axel recoge el contrato y lo guarda en una carpeta —Puedes decir nuestros nombres para diferenciarlos solo que debes llamarnos Daddy o si quieres puedes llamarnos Daddy a uno y Papi al otro—

—Es tu decisión cariño— Termina Alen.

—Está bien, lo entiendo— Les sonrió.

Después de hablar de las reglas y como será nuestras vidas a partir de ahora me puse a colocar lo poco que tenía en el clóset donde me sorprendí al ver variedad de ropa tanto mías como de los gemelos. Luego coloque mi maquillaje en la peinadora y mi ropa interior junto con mis pijamas en unos cajones.

Miro la hora de mi celular, ya había pasado la hora del almuerzo y yo no había comido nada en el día por los nervios. Me decidí a ir a la cocina a preparar algo de comer, pero al abrir el refrigerador solo pude ver botellas de agua y cerveza, no había nada comestible en el lugar.

Camino a al despacho de mis Daddys y al estar en la puerta la toco —Adelante, nena— Se escucha la voz de Axel.

Entro con cuidado —Umm... ¿Daddys?— Ellos me miran con ojos brillantes al llamarlos de esa manera —No he almorzado, planeaba cocinar algo pero no hay nada en la cocina que pueda comer—

Alen palmea sus muslos, entendí rápidamente y con lentitud me acerco a ellos, con vergüenza me siento en las piernas de Daddy Alen.

—¿Has comido en el día?— Coloca sus grandes manos en mi muslo y lo aprieta un poco.

—No... Estuve toda la mañana con nervios y no pude desayunar—

—¿Sabes que eso es un castigo, cierto?— Asiento a lo que pregunta Axel —Contesta, Melody—

—Si Daddy—

—Te lo dejaremos pasar esta vez, no habrá una próxima— Axel agarra su celular —Ahora dime, cariño ¿Qué te gustaría almorzar?—

Mis ojos brillan con emoción, la verdad quiero comer muchas cosas que se me hace difícil decidir solo uno.

—Sushi— Digo ya decidida. 

Mis Dos DaddysWhere stories live. Discover now