Amor de Instituto

El castigo Cap 6

En la cancha ya tenían todos sus elementos de aseo, cada uno estaba ubicado estratégicamente según las recomendaciones de Filadelfia.

Any estaba en las gradas junto a Amy, Maximo y Avy se encontraban en la esquina superior derecha de la cancha, Rachel y Matias en la esquina inferior derecha y Samalia estaba sola en medio de la cancha.

Todos se estaban comportando de una manera excepcional. Any vio de lejos a un chico sentado en las gradas, con una camisa polo blanca abotonada hasta el cuello, pantalones negros y unos lentes grandes. Estaba leyendo un libro, o eso era lo que parecía. Lo estaba tratando de divisar mejor cuando el chico giro para mirarla, Any se sonrojo y siguió con lo que estaba haciendo, él sonrio al captar la mirada de Any; se levanto y fue directo a Any.

—No puedo estar aquí ¿Verdad? — pregunto el chico de forma respetuosa, mientras miraba a Any con una sonrisa picara.

—No..siii..noo cl..aroo.que pu..edes—tartamudeaba Any

—¿Desde cuando hacen labores sociales en la cancha?—Preguntó soprendido.

—Estamos castigados— dijo Any a regañadientes.

—Ya decía yo— sonrío— Ojála les vaya bien con su castigo—. Se despidió con la mano y ser marcho.

Any estaba ruborizada, estaba tan nerviosa que no noto que no le había preguntado el nombre al chico. Se giro sobre sus talones rápidamente y perdió su dignidad en menos de un segundo.

—!Oye! —grito.

El chico se detuvo mirándola confundido.

—¿Cómo te llamas? — se sonrojo.

—Frederick y tú—dijo tranquilamente

—Any— contesto

—Mucho gusto Any, nos vemos luego—Frederick siguio su camino..

Amy corrio a donde su hermana, quería saber quien era aquel con el que estaba hablando.

—Eres patética, sabes. — le dijo burlona

—Lo sé— dijo un poco triste— Pero vi mi oportunidad y la aproveche— se solto a reir.

Amy se quedo escuchando todas la tonterías de Frederick que Any podía decir, parece como si se hubiera enamorado a primera vista. Los demás seguian con la limpieza de la cancha. Máximo aprovecho ese momento con Avy para acercarse.

—Lo siento—murmuró

—El qué? — pregunto Avy a la defensiva.

—No debí decirte Gotica, ni echarte toda la culpa, es obvio que Samalia incio todo— dijo cabizbajo.

—Da igual—dijo subiendo los ojos como si no le importara todo lo ocurrido.

—¿Es enserio? — pregunto confundido.

—¿Qué quieres? ¿Que te aplauda? — chisto Avy.

—Que por lo menos aceptes mis disculpas.

Avy lo miro friamente, realmente no le creía ni la risa, aunque la mirada de hace un momento la había flechado un poco. Maximo era alto, acuerpado, era el capitán de rugby, tenia un cabello negro brillante y unos ojos que mostraban la pureza de su alma, pureza que realmente no tenia.

—Lastimaron a mi hermana, nos suspendieron, nos regañaron y nos castigaron— dijo negando con la cabeza. — No puedo hacerlo, lo siento. Y quítate que me estorbas.

—Simpre tan ruda ¿Verdad? — dijo Máximo enojado

—¿Y tú? ¿Siempre eres tan idiota? — bufo