CAPÍTULO 78

3 1 0
                                    

En un nuevo lugar

(William)

No sé qué fue lo que hice, fue un acto impulsivo pero seguro a la vez, él era papá. El verdadero. Me sentí mal los últimos días, sabía que un arrepentimiento de juzgarlo mal no me dejaría vivir tranquilo. Creo que no hay mejor forma de mostrarlo que con actos. La verdad no le temí a la muerte. Tan solo quería devolverle un poco al mundo de lo que había recibido los últimos meses de mi vida.

Cuando ese hombre apuntó a mi padre no quise pensar en no haberme disculpado con él. Corrí y lo abracé. En unos segundos sentí dos proyectiles sobre mi espalda. El dolor era fuerte pero muy rápido, no le dio tiempo a mi cuerpo de prestarle atención al dolor. Las últimas personas que vi fue el rostro de mi hermana y de mi papá. Mi cuerpo supo que no podría resistir por mucho tiempo. Respirar me costaba más trabajo en cada bocanada que tomaba. Una parte de mí se estaba apagando en esos momentos. Debía decir algo que le hiciera saber que lo aceptaba en mi vida. Debía ser conciso en mis palabras antes de marcharme.

De mis labios solo alcancé a decir: «Papá».

Él me miró, con la última energía que tenía alcancé a sonreír. Luego cerré los ojos.

***

Mis ojos estaban percibiendo siluetas. Hago un esfuerzo por abrirlos, soy muy débil. Me cuesta trabajo hacerlo. Fijar la mirada y enfocar esta no me era sencillo.

«¿Dónde estoy?» —pensé.

Luego de algunos esfuerzos logro distinguir frente a mí a una persona, es una mujer, no sé quién es, pero su rostro me es familiar, como si fuese alguien que vi hace no mucho tiempo. Es muy bella. Ella me mira y me llama con el nombre de William. «¿Así me llamo?» Sí, ¡Si soy William, ese es mi nombre!

Ella toma de mis manos y comienza a jugar con ellas. Suelto un par de sonrisas y me hace reír. Ella viste de blanco, con los brazos desnudos. Estamos bajo un árbol. Hago un esfuerzo por mirar alrededor, solo puedo ver el cielo detrás del árbol, es anaranjado con toques morados, y hay un par de nubes.

De pronto observo que mis brazos son diminutos a comparación de los de ella. Los míos parecen muy débiles. Un dedo de su mano es del tamaño de cualquiera de mis manos.

Hijo —me llama la mujer que estaba frente a mí.

La observo al rostro, y ella vuelve a llamarme hijo.

—Te esperé aquí —confesó.

Ella me levanta y me coloca sobre su regazo, descanso mi cabeza en su hombro y ella comienza a caminar, observo lo que hay detrás de ella, en la distancia distingo que muchas personas hacen lo mismo, están cargando bebés en brazos, también comienzan a dirigirse a la misma dirección de nosotros. No tengo fuerzas para ver que hay a mi espalda, «¿A dónde vamos ahora?»

Algo dentro de mí me hace saber que mi percepción de las cosas va a acabar pronto. Tan solo estoy teniendo contexto de lo que puedo distinguir en estos momentos y después, olvidaré todo. Esta vez nada me preocupa, no tengo sensación de incertidumbre. De pronto recordé que tengo una hermana, y un papá... Recuerdo sus rostros, solo... solo puedo recordarlos sonreír y nada más. No tengo otros recuerdos de ellos, solo lucen felices en mis memorias y... ya.

«¿Ellos dónde están?» —pensé.

—Pronto los verás —respondió mamá. Parece que ella puede leer mi mente. No tengo sensación del tiempo que llevo aquí, pero de algo estaba seguro: me sentía protegido.

© Todos los Derechos Reservados.

¡LÉELO Y NO OLVIDES DEJAR TU COMENTARIO PARA FUTURAS ENTREGAS! ¡TÚ OPINIÓN ME INTERESA!

Búscame en Instagram como: Tendencia_Literaria y en Twitter como: @_FernandoTovar_


7,001 CARTAS DE FELICIDAD ©Where stories live. Discover now