Capítulo 40

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Jamás mi corazón ha ido tan rápido,sentía que se me salía el corazón. El tacto de sus suaves labios con los míos ha hecho mucho en mi. Nos separamos y apoya su frente en la mía. Me acaricia la cara suavemente para luego apartarme el pelo con delicadeza.

—Yo..no sé que decirte—digo casi en un susurro todavía flipando

—Ahora mismo no me digas,creo que ya me has dado una respuesta —dice con una pequeña sonrisa

La felicidad que tengo ahora no me cabe en el cuerpo. ¿De verdad ha pasado? Parece un sueño.

—¿Nos vamos ya a dormir? Es tarde

Asiento y me miro un momento en el espejo,parezco un tomate. Me tumbo en la cama dándole la espalda sin saber que hacer. ¿Qué se supone que hay que hacer después de esto? No lo entiendo

Apago la luz de la lámpara y él hace lo mismo. Ya estábamos en completa oscuridad,cuando pensaba que ya no iba a tener más mini ataques al corazón siento unas manos rodearme la cintura.

Ay dios mio,que alguien me ayude que os juro que me desmayo aquí mismo.

—Buenas noches Nabila

—Buenas noches

...

Abro los ojos poco a poco al sentir que alguien me acaricia suavemente la cara,los abro por completo y me encuentro con Abde y una de sus peculiares sonrisillas,sonrio sin darme cuenta y mis ojos conectan de nuevo con los suyos.

—Buenos días —le digo mientras mis ojos no se apartan de los suyos

—Buenos días,levántate que te he preparado el desayuno —dice levantándome cogiendome de las manos

—¿Tu? ¿Prepararme el desayuno?—pregunto sorprendida

—Si,por que te sorprendes,no es nada nuevo

—Me sorprende por que a estas horas deberías de estar en el gimnasio y estás aquí

—Ah por eso,hoy he preferido desayunar contigo

—¿Ah si?—digo con una sonrisa

—Aha—me dice y me acerco a él

Le veo acercarse con intenciones de darme un beso pero soy más rápida y me levanto de golpe. Vamos a fastidiarle  un rato.

—Me voy a la ducha—le digo mientras entro al baño. Tenía una cara de fastidiado.   

Me doy una duchita rápida, rezo y voy hacia el salón.

Había un desayuno muy completo con una pintaza.

—Mm que bien huele—digo sentandome

—Pues claro,que esperabas

Desayunamos tranquilamente, charlando de cosas irrevelantes.

—Tengo que irme ya,voy por el móvil que lo he dejado en la habitación —dice levantándose

—Vale

Lo trae y lo acompaño a la puerta

—Eh bueno me voy—dice rascándose la nuca

Que seco que es,ni un beso ni un abrazado me ha dado para despedirse.

—Ten cuidado—le digo cuando se da la vuelta apunto de irse

—Lo tendré —dice girando su cabeza hacia mi con una dulce sonrisa

Cierro la puerta y de nuevo no hay nada interesante para hacer.
Voy hacia el salón con intención de recoger la mesa y la cocina, así me distraigo un rato pero recibo una llamada. Miro y veo que es Fátima.

Mi halalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora