I. CONSECUENCIAS.

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El Ángel. La ira de los caballeros celestiales.

Capitulo 1. CONSECUENCIAS.

A través del vasto espacio sideral, a miles de millones de años luz de nuestro mundo, la gran ciudadela celestial brilla intensa entre las nebulosas que la rodean y las supernovas que la iluminan. En esa ciudad, que es una entre las miles que son habitadas desde hace siglos por los ángeles, se encuentran tres poderosos guerreros divinos, Miguel custodio de la llama sagrada, Raphael, la mano sanadora de Dios y Gabriel, el mensajero de la divinidad, tres arcángeles que se habían atrevido a enfrentar al emperador del infierno. Estos guerreros habían hecho uso de un grandioso poder aún cuando estuvieron alejados de la gracia divina.

- ¿Cuánto tiempo llevan en ese estado?- pregunto uno de los serafines que había descendido de los aposentos de Dios.

- Un año su ilustrísima.

- ¿Un año en recuperación? Eso es mucho tiempo.

- Creemos su ilustrísima, que hicieron uso de una fuerza más allá de la que eran capaces de controlar, después de todo, se enfrentaron al mismísimo Lucifer.

- Me sorprende que sigan con vida, pero mientras ellos estén en ese estado, la ciudad es vulnerable, más ahora que la tregua ha terminado.

 Cada uno de ellos está sumergido en una cápsula de regeneración, largas de color blanco y que solo permitían la visibilidad de sus rostros, el líquido que los rodeaba era de un tono ámbar y eran constantemente monitoreados por aparatos médicos de increíble tecnología. La última vez que se sometieron a esas cápsulas fue hace millones de años, cuando tuvieron que enfrentar al poderoso arcángel Ariel.

- Su ilustrísima ¿Los rumores son ciertos?

- ¿Qué rumores?

- ¿Que Lucifer recuperó su cuerpo de arcángel? ¿Qué el príncipe Astaroth ha vuelto?

- Lamentablemente si querido amigo, Lucifer incremento abrumadoramente sus poderes y su protegido de la tierra heredó los poderes del príncipe infernal. Se avecina tiempos oscuros en todo el universo.

- Sin ellos ¿Qué es lo que vamos a hacer?

- Tendremos que recurrir a los devastadores.

- Su ilustrísima, han permanecido en hibernación durante siglos ¿De verdad cree que estarán dispuestos?

- No necesitamos de los cuatro, solo de uno.

- ¡Guerra!

- El más poderoso de ellos.

- Me haré cargo su ilustrísima, una vez que este en funcionamiento lo llevaré ante el consejo celestial.

El serafín sonrió y colocó una mano dorada sobre el hombro del ángel sanador.

- Amigo mío, se que tienes las mejores intenciones para servir al consejo celestial, pero ahora requiero de toda tu atención para regenerar el poder de los arcángeles, yo me haré cargo de despertar a Guerra.

- Cómo usted diga su ilustrísima.

- Vendré de nuevo en unos días, permanece aquí por favor.

El ángel sanador sonrió y bajo la cabeza mientras el serafín se dirigía a la salida, habían ocurrido tantas cosas en el último año y era un duro golpe para los ángeles y las ciudades celestiales. Afuera del complejo, un carruaje de fuego tirado por dos solemnes pegasos y custodiado por un gran querubín.

- Llévame a la tierra, necesito ir al Éufrates.

Sin mencionar palabra alguna el querubín obedeció las indicaciones y a una gran velocidad los pegasos emprendieron la marcha hacía la tierra.

EL ANGEL. LOS CABALLEROS CELESTIALES Where stories live. Discover now