Capítulo 175.-

73 3 0
                                    

Amaia Domínguez García

León, Guanajuato, México

Cuando Axel me dijo todo lo que me había pasado en este tiempo en el que no supe nada de mí, no podía creerlo. Lo último que yo recordaba era haberme mojado en la lluvia de esa noche por estar muy triste por lo que pasó con él y más que eso porque él no quiso saber nada de mí y eso me afectó mucho, pero al platicar con él y cuando me pidió perdón y al verlo tan afectado como estaba, yo lo perdoné y me rendí a sus brazos y a sus besos como siempre lo hacía.

–Axel, ya no llores mi amor – Le dije llorando yo también – Te amo y quisiera que olvidemos esto.

Yo sabía por el gran dolor que estaba pasando por la muerte de su hermanita, y comprendía que no había medido sus palabras, pero eso ya él lo había remediado, le había dado un buen susto cuando me encontraron en la casa de la vecina, y yo no quería ni imaginar que me hubiera pasado si ellos no hubieran sido los que me encontraron.

–No lo puedo olvidar cariño, te hice mucho daño y estos cuatro días en los que casi estuviste inconsciente por completo, sentí que me iba a morir – Se sinceró – Te amo Amaia y nunca quise hacerte daño, es solo que no sabía cómo canalizar mi dolor.

Pero eso ya pasó, él está consiente que el daño que me había hecho, fue provocado por no saberlo canalizar, había reaccionado de forma negativa al verme tan decidida a consolarlo a como diera lugar, pues esa era mi forma de reconfortar a mis seres queridos, estar muy al pendiente de ellos.

–No te preocupes mi amor, sé que tú no querías y jamás has querido lastimarme. Pero también sé que me dolió mucho que me apartaras de tu vida, sabiendo lo mucho que yo te amo y que quiero que juntos superemos lo que ha pasado.

Me había dolido mucho su proceder, pero ya sabíamos que eso no iba a volver a pasar, los dos estamos sufriendo aunque fuera de una manera distinta, la muerte de Elisa nos afectaba a los dos, y teníamos que estar unidos en nuestro dolor, teníamos que apoyarnos mutuamente.

–Yo también te amo Amaia, te amo tanto y por favor no me dejes. Te necesito y eres lo que más amo en la vida.

Yo también lo amaba demasiado, tanto que él no se había dado cuenta de que aunque él me seguía apartando de él, yo quería seguir estando a su lado, no me iba a separar nunca más, seguíamos siendo uno, e íbamos a superar todas las adversidades que nos pusiera la vida. 

–Tú también eres lo más amado por mí, Axel Vega.

Lo abracé y nos regalamos muchos besos tiernos y me pude dar cuenta que Axel no había dormido nada en estos días, se veía ojeroso y cansado y me dolía ver así al hombre que amo. La güera estaba con nosotros ahí en el departamento y nos fue a llevar a la recámara algo de cenar.

–Hola chicos, perdón por la intromisión – Se disculpó – Amaia, gracias a Dios que has vuelto en ti.

Me había dado cuenta también que en ningún momento la güera había dejado solo a mi Axel, era la mejor amiga que podíamos tener los dos, ella no nos dejaría a ninguno de los dos en cualquier situación en la que nos encontremos.

–Sí, güera, he despertado y quiero que estemos todos tranquilos. Gracias, por lo que estuviste haciendo por mí y por Axel, por no dejarnos solos. Te quiero mucho.

La güera, se había comportado de una manera excepcional, el tiempo que llevo conociéndola me ha tratado como a una hermana, y yo también la quiero como si fuera mi hermana y nos llevamos muy bien. Por eso le agradezco infinitamente su amistad y cariño.

–Yo también te quiero mucho, Amaia y a Axel por igual. Por eso es que les ayudaré siempre en todo lo que ambos vayan a necesitar. Los quiero mucho en serio y ahora vamos a cenar todos juntos para que después ustedes dos, se puedan dormir. Se ven muy cansados y mal.

La güera tenía razón, por lo menos yo me sentía cansada, pero no tanto como se veía mi Axel, se notaba que no había dormido nada en esos cuatro días en los que yo estaba y no estaba, y se le nota también, que la había pasado muy mal al ver qué yo no reaccionaba.

–Sí, lo estamos güera – Dijo Axel – Pero, podré dormir feliz y tranquilo de saber que mi hermosa mujer, me ha perdonado por todas las estupideces que le dije. Vamos a seguir adelante y le he prometido que buscaré ayuda profesional. 

Eso me había parecido genial, así lo iban a ayudar a controlar ese humor que muchas veces acababa por distanciarnos, como había sido el caso que me había llevado a casi contraer una neumonía por caminar bajo la lluvia sin protección, pues me había salido del departamento sin nada, sin dinero y sin el teléfono celular, pues no había tenido ni cómo moverme, ni cómo pedir a alguien que pasara por mí.

–Esa voz me agrada, Axel. Tienes que buscar urgentemente quién te pueda atender, para que te ayude a salir delante de todo esto que te pasa y obviamente, siempre vas a contar conmigo y con Amaia.

Así como lo había dicho la güera, Axel, tenía que recibir ayuda de algún tanatólogo, la perdida de cualquier ser querido, debía ser tratada de forma profesional, eso no se podía pasar así nada más por algunas personas, pues él no había tenido la fuerza necesaria para superar la perdida de Elisa.

–Gracias, güera.

Cenamos tranquilos y después la güera recogió todo y nos dio privacidad a mí y a Axel, más que nada para que pudiéramos descansar, si bastaba ver lo desvelado que él estaba de todos los días que estuve mal y yo, me sentía cansada también a pesar de haber dormido tanto. No importaba, seguía con demasiado sueño.

–Amaia, gracias por estar conmigo mi reina. Te he extrañado, he extrañado el hacerte mía y el tenerte para mí – Se confesó Axel – Es solo, que sentía no tener derecho a estar así contigo, por lo que pasó de Elisa.

Precisamente él había tomado la muerte de Elisa muy mal, se estaba privando y me estaba privando a mí de estar los dos bien en todos los aspectos de nuestras vidas como pareja, se sentía culpable de vivir una vida normal, de sentir de forma natural, y eso si debía ser tratado, ni él ni yo teníamos la culpa de la muerte de nuestra amada Elisa.  

–Mi amor, tienes todo el derecho y a mí me ha hecho mucha falta el poder sentirte a mi lado – Empecé a llorar – Te amo Axel, quisiera estar siempre así contigo y que nada ni nadie nos vaya a separar.

El Socio de Mi PadreOù les histoires vivent. Découvrez maintenant