𝐎𝐧𝐞

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Los mareos constantes comenzaban a cansarlo, pero no podía parar en ese punto

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Los mareos constantes comenzaban a cansarlo, pero no podía parar en ese punto. Se encontraba a una distancia tan pequeña de alcanzar la imagen que más anhelaba para sí mismo, y estaba dispuesto a aguantar los mareos, desmayos y dolores de cabeza, si eso significaba mirarse al espejo y sentirse cómodo con el mismo.

Miro hacia la báscula y soltó un suspiro al mismo tiempo que su rostro cambiaba a uno de total tristeza y decepción.

55.42 Kg.

Solo había perdido un total de 60 gramos esa semana, tal vez se debía a que un día consumió más de 800 calorías por culpa de su tía que decidió obligarlo a comerse un chocolate frente a ella, chocolate qué no pudo bajar con ejercicio porque los mareos de ese día eran bastante fuertes.

Era consiente de que aun tenía mucho camino por recorrer si quería ser "perfecto", las tablas de pesos que compartían las chicas en los grupos sugerían que al medir 1.68 tenía que pesar tan solo  43.5 kg, y estaba dispuesto a lograr esa pequeña meta antes de terminar el año.

Diego Laínez no siempre se sintió de ese modo

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Diego Laínez no siempre se sintió de ese modo.
En realidad hasta hace unos cuantos meses lo que menos hacia era preocuparse por su peso, su imagen física y mucho menos por lo que comía, pensaba que esas cosas no deberian importar y que era lindo tal como era, con sus casi 70 kilos qué el doctor decía eran normales en alguien como el.

Pero las cosas cambiaron cuando conoció a Paulo Dybala, su -ahora- ex novio.

Con quién se hizo a la idea de que todo lo que el era como persona dependía de la forma en la que se veía. Si lucia bien o mal. Gordo o delgado.

A Paulo le gustaban los chicos delgados, no al punto en el que se marcaban los huesos de sus caderas y costillas. Pero si en el que sus clavículas eran visibles y lucían hermosas con algún collar.

No le gustaban las piernas anchas, ni los brazos pronunciados, pero le gustaba que tuvieran la fuerza suficiente para poder apoyarlo en sus partidos haciéndola de porristas con algún cartel que con tuviera su nombre.

Los estándares de belleza que debían tener sus parejas, eran bastante altos. Y Diego, no los cumplía, ni uno solo, sin embargo, decidió hacerlo su pareja (Para sorpresa de todos), por un simple detalle;

Lo fácil que podía llegar a ser manipularlo.

Podia hacer que el chico hiciera lo que le ordenara tan solo con un par de besos en el rostro y palabras bonitas cargadas de un horrible contexto.

Laínez de convirtió en su obra maestra.

El chico llegó a él siendo una adolescente normal, amante de las fiestas tranquilas, Taylor Swift, los libros rosas de fantasía y el fútbol.

Llegó hasta el siendo siendo un chico feliz.

Y para cuando la relación terminó, no sabía quién era. Había perdido el sentido de su identidad y no sabía que era lo que le gustaba o quienes eran sus amigos, pensaba que no era nada, solo un pedazo de basura qué alguien botó por ahí.

Trabajo tanto para gustarle a Dybala y cumpliendo cada cosa que esté le pedía, al punto de perderse a si mismo.

Cambio desde su forma de pensar, hasta las complexiones de su cuerpo, logrando verse tal como el estándar de su ex novio.

Laínez era perfecto a ojos de Dybala, el mismo se había encargado de que lo fuera.

Pero la monotonía era aburrida, y en cuanto se canso de el, simplemente lo dejó y consiguió a alguien más.

Dejando a Diego sin una idea de que hacer consigo mismo, platico de sus problemas con un desconocido en la cafetería frente a la escuela, y esté le aconsejo que tenía que mejorar poco a poco, pasar horas analizandose e intentando comprender quien era el antes de conocer a Paulo.

Así que Diego tuvo una absurda conversación consigo mismo mientras se miraba al espejo completamente desnudo para poder ver esos pequeños detalles que omitió en algún momento.

Y descubrió que nunca le gustaron los músculos de su abdomen, que sus brazos eran bastante anchos y que sus piernas se verían mejor si fueran como las de las chicas coreanas que veía todo el tiempo en tik tok.

Descubrió tantas cosas de si mismo que le desagradaban. Cosas que debía cambiar.

Busco algunas rutinas en internet para lograr el cuerpo que quería y durante su búsqueda se encontró con algunas dietas para deshacerse de aquellas cosas que no le gustaban.

"¿Que es una caloría?"

"¿Cuántas calorías debería comer al día si quiero bajar peso?"

"¿Cómo saber cuántas calorías consumo al día?"

Tecleó varias preguntas en su laptop hasta estar completamente informado sobre el tema.

Tal vez dejar de comer era su opción más viable para convertirse en lo que el quería. En lo que a Dybala no le gustaba. Y tal vez podría llegar a tener una satisfacción a través de eso.

Al final, a Lainez siempre le gustó sentir dolor.

No tengo idea de que estoy escribiendo pero bueno aquí el primer capítulo de esto

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No tengo idea de que estoy escribiendo pero bueno aquí el primer capítulo de esto.

𝘌𝘯𝘰𝘶𝘨𝘩 | 𝘚𝘩𝘰𝘳𝘵 𝘍𝘪𝘤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora