𝐅𝐨𝐮𝐫

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Diego se levantó esa mañana de la misma forma en la que lo había estado haciendo los últimos días de esa misma semana, con un extraño buen humor y ganas de demostrar su alegría con el mundo

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Diego se levantó esa mañana de la misma forma en la que lo había estado haciendo los últimos días de esa misma semana, con un extraño buen humor y ganas de demostrar su alegría con el mundo.

O así fue, hasta que miro su celular y se percató de que día era;  Jueves.

Los Jueves eran el día de la semana que Diego más odiaba.
Desde que tenía 10 años, ese era el dia en el que su padre solía salir de fiesta con algunos de sus amigos y algunos de sus compañeros de trabajo, y sabía que en cuanto el regresará habría una fuerte discusión entre sus padres en la planta de abajo, todo debido a los incontrolables celos de su madre que jamás lograría entender del todo. Lo único bueno que tenían los jueves para el, era que ese día no era el foco de atencion de sus padres, nadie le prestaba atención a si comía o si no lo hacía, en ocasiones ni siquiera se daban cuenta de si llegaba o no a su casa temprano.

Los jueves eran el día en el que no recibía una mirada bastante extrañada de su padre intentando adivinar que era lo raro en el, o un comentario bastante fuera del lugar de su madre diciendo que las personas muy delgadas se veían enfermas y sin vida, no hermosas como solian pensar y que las personas solian preferir tener a alguien con; "grasa de dónde agarrarse"  (Citando directamente a su padre).

Los Jueves podía ni siquiera tener que acercarse a la cocina a aparentar que comía algo ensuciando algún plato con cualquier cosa que sus padres compraran para comer.

Pero de igual forma intento empezar su día con el pie derecho, sonriendose a si mismo en el espejo de su habitación y colocando algo de gloss en sus labios para verlos brillosos y un poco rojizos, no sin color como solían verse la mitad del tiempo.

Paso a la cocina solo para tomar un vaso de agua y un chicle qué lo ayudarán a aguantar el hambre que comenzaba a invadir su cuerpo y aun sin muchas ganas se dirigió hasta su escuela con una sonrisa y su cabello desordenadamente peinado.

Al llegar noto como su nuevo amigo, Edson, se encontraba esperándolo en la puerta con esa típica actitud relajada que era tan característica en el. No pudo evitar soltar una sonrisa acercándose a él. - Hola... - Saludó en voz baja al llegar a su lado.

- Hey! Hola Lainez, te estaba esperando para entrar, aún me pierdo un poco y tú me caes muy bien, entonces pensé que podríamos ir juntos al salón. Si no te molesta, claro. - Habló con su típico tono amable.

- Oh, entiendo, claro. - Canturreó de forma algo cortante y tomó la mano de Edson para caminar por la escuela.

- ¿Ya desayunas te algo? - Preguntó Álvarez cuando pasaron por la cafetería escolar. - Es que a mí se me olvidó y muero de hambre, entonces queria pasar a la cafetería y comprar algo para no estar muriendo durante las clases. Y quizás, si quieres te puedo invitar algo, hoy te ves más cansado de lo normal... Aun que luces bastante bonito también - Sonrió el más alto.

Lainez sintió un peso caer sobre su espalda. Comida. Su organismo la pedía a gritos, su cerebro la aborrecía y su corazón parecía querer comerse una hamburguesa, aun si el colesterol practicamente lo mataba de forma lenta.

Miro a Edson sin saber que contestarle y se adentro a la cafetería algo tenso, odiaba ese lugar.

- Cómprate algo rápido o llegaremos tarde y nos dejarán afuera. - Explicó soltando su mano para que fuera a comprar algo, y recalcando el "te", haciéndole entender de una forma muy discreta que el no quería nada.

Pero supo que los memes sobre que los hombres no entienden indirectas eran reales cuando Edson le entrego un vaso con fresas mientras el comía un cuerno preparado. - Te traje eso, necesitas comer un poco, son menos de 100 gramos de fresa, o sea que son menos de 30 calorías, y podemos caminar durante el descanso si quieres, pero debes comer eso, no hay nada de que preocuparse y haremos lo que quieras. Solo no quiero que te desmayes o algo. - Paso su brazo sobre los hombros de Diego y esté camino con la mirada pegada en la fresas, comió unas cuentas bajo la mirada de Edson y dejo algunas con la excusa de que eran "para después".

Lainez sabia que estaba perdido ahora. Y que su más preciado secreto, el que había estado protegiendo por tanto tiempo, ahora era descubierto por su nuevo amigo y probable crush, sabía que causaría preocupación en el y eso le causaba cierta molestia consigo mismo por no poder "ser normal" pero también noto que Edson sabía manejar bien la situación.

Con algo de duda, se pregunto el ¿Porqué?

Ya que andamos por aquí, porque no me siguen? 😿

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Ya que andamos por aquí, porque no me siguen? 😿

𝘌𝘯𝘰𝘶𝘨𝘩 | 𝘚𝘩𝘰𝘳𝘵 𝘍𝘪𝘤Where stories live. Discover now