Parte 3

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Louis había partido de palacio hace dos días. 

Harry se quedó a cargo de Saphir, como regente y rey consorte, debía cumplir con ciertas obligaciones más para mantener un orden en el reino, mientras el rey estaba fuera. 

Su rutina comenzaba mucho más temprano de lo que acostumbraba, antes de que el sol saliera y los primeros rayos se vieran en el horizonte, se aseaba y se vestía acorde a los eventos que tuviera que cubrir en la mañana, le llevaban el desayuno mientras Margaret leía su itinerario hasta antes del mediodía.

A las ocho tenía una reunión con algunos funcionarios de la Corte Real, donde trataban temas políticos y aprobaban algunos proyectos para el bien del pueblo.

A las diez y media tenía una reunión con la reina de Jade para coordinar algunos puntos de la beneficencia que había entre ambos reinos para las familias de bajos y limitados recursos.

A las doce tenía una audiencia con el pueblo en persona, es decir, Harry salía de palacio y hablaba directamente con sus súbditos, donde cada uno le ofrecía algo a cambio de que solucione su problema. A veces, cuando debía ausentarse, pedía que escribieran una carta y las leía y las respondía personalmente. 

A la una y media almorzaba con sus cachorros, se quedaba con ellos un momento antes de volver a sus deberes.

El resto del día se la pasaba trabajando hasta que el reloj marque las seis en punto, no recibía más correos ni visitas porque a partir de ese momento se dedicaba enteramente a cuidar de sus retoños. Cenaba con ellos, jugaban un rato hasta que llegaba la hora de dormir. 

En ese momento, tenía a Phillip en su regazo mientras se alimentaba con algo de ansia, Harry se mecía mientras hablaba con su cachorro más pequeño. Detallando su rostro y viendo que tiene la naricita de Louis y que heredó sus pestañas y el color de sus ojos esmeralda. Su existencia haciendo que su lobo quiera ronronear de felicidad, queriendo protegerlo de cualquier cosa, porque si de él dependiera se llevaría a su bebé a todas partes, porque a veces echaba de menos tenerlo cerca suyo cuando debía cumplir con ciertos compromisos que impiden que pasara más tiempo con sus bebés.

—Al parecer tenías hambre, mi amor—susurra mientras deja un besito en su pequeña frente y lo dejó delicadamente encima de su cuna, dejándolo a cargo de su nodriza.

Salió de la habitación en silencio hasta llegar a la habitación donde estaban sus demás cachorros.

 Apenas lo vieron llegar, todos corrieron a sus brazos y se quedaron ahí por alrededor de cinco minutos, asegurándose de obtener lo suficiente de Harry. El Omega besó sus cabecitas con cariño, tratando de decirles con eso que estaba ahí con ellos y que tenían toda su atención puesta en ellos.

—Mis amores—murmura apretando un poquito el abrazo— Los eché mucho de menos hoy. ¿Cómo estuvo su día, uhm?

—Hoy nos enseñaron sobre la historia de los cuatro reinos y tengo muchas preguntas para la siguiente clase. —Añade Averie enseñándole las preguntas que tenía, de verdad que eran muchas. Su pequeña era una esponjita que absorbía la información de cualquier parte, su curiosidad no tenía límites, algo que sus tutores aprovechaban al máximo. 

—¡Hoy vimos muchos insectos! Mi compañerito se comió un gusano, vomitó mucho porque no le gustó. 

Harry se ríe y niega del asombro.

—Me caí del caballito pequeño, pero mi maestra me dio una paleta porque no me asusté ni un poquito y no lloré. Lo intenté de nuevo y me volví a caer—cuenta Abigail riendo. Harry se quedó algo preocupado, pero al ver a su hija tranquila, dejó de lado la preocupación y la alentó a seguir. 

How I Met Your Father ||Larry||Where stories live. Discover now