Memoria #5

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Las noches se hicieron su mejor compañía cuando se quedaba hasta muy noche pensando o trabajando. Harry había conseguido un contrato para una fiesta de compromiso y debía armar el ramo de flores de la novia que el novio debía decirle cómo y con cuáles flores debía armarlo. 

Y que lo supiera demostraba a grandes rasgos lo bien que conocía a su futuro esposo o esposa.

Las bodas en Topaze no son tan convencionales como en los demás reinos. El Omega tomaba gran parte del protagonismo cuando se trataba de cortejar a su futuro Alfa. Además de que había muchas tradiciones y pasos que seguir. 

E invitan a todo el pueblo a que compartan con ellos su unión, es divertido de ver. Harry se la pasa soñando despierto el día en el que él sea el protagonista y se case con el Alfa de sus años, ser bendecidos por los Dioses y los sagrados Elementos que rigen sus vidas. 

Pero soñar es gratis.

Porque no tiene con quién.

No conoció aún a esa persona que le provoquen maripositas revolotear.

Puede que tal vez lo haya hecho, pero sigue pensando que se convirtió en un capricho, según sus hermanos, para él es más un amor imposible.

No ha visto ese amor imposible en días, todo lo que sabe es que las y los Omegas casaderos de todo Topaze están detrás de él.

—Hazzie, mi vida, estuve llamándote a cenar—entra Dominique a su habitación trayendo consigo una bandeja con un plato de comida y un vaso de jugo de grosella. —¿Todo en orden, amor?

Harry sale del trance en el que se quedó y deja las flores en la mesa de trabajo, se estira y mira a su mamá para sonreírle y sostener la bandeja que tenía en las manos. Sus ojos brillaron al ver el estofado de carne con patatas, una mini hogaza de pan casero cortado a la mitad que se veía delicioso y olía magníficamente.

 —Lo siento, no te había escuchado, el trabajo me absorbió. Se mira delicioso, mami.

Dominique soltó una risita y, antes de sentarse a su lado le dio un beso en la frente, le hizo compañía durante un rato. 

—¿No has sabido nada de Louis, amor?

Harry negó.

—No pudimos. Escuché por ahí lo ocupado que está, no quiero distraerlo de sus labores—responde después de pasar el bocado de comida. —¿Por qué lo preguntas?

—Por nada, cariño. Simple curiosidad.

Desde que se reveló la identidad de William, a veces olvida que se llama Louis en realidad, no ha podido hablar con él y la promesa de llevarlo a conocer el pueblo quedó pospuesto hasta nuevo aviso. 

Bueno, hasta que el Alfa decida aparecer.

Harry bebió de su jugo y miró a su madre negar con la cabeza.

—Ahora dime la verdad.

Dominique sonríe, su retoño lo conoce muy bien.

—¿Sientes algo por él, bebé?

El Omega dejó de comer de repente.

Negando con la cabeza frenéticamente, pero sus ojos decían lo contrario.

—Pero es que no se puede, mami. Lo acabo de conocer y él es un príncipe, tiene a muchos y muchas detrás suyo, podré haber puesto mis ojos en él, pero Louis no fijó sus ojos en mí.

Dominique se puso de pie y abrazó a su cachorro con algo de fuerza. 

—Mi niño—arrulla Dominique, besando su frente, marcando con su aroma el ambiente para reconfortarlo—¿Te gustaría escuchar mi consejo?

How I Met Your Father ||Larry||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora