acto 8 Planeta verde

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Shirou observaba las pantallas con atención mientras las amenazas se revelaban frente a ellos. Un enorme ejército de orkos, esas peligrosas criaturas de piel verdosa, avanzaba de manera abrumadora contra las fuerzas del Imperio, que parecían estar quedando atrás en número y poder. La situación se volvía cada vez más tensa.

Se acercó a Ramsés, el encargado de pilotar la nave, y le hizo una sugerencia:

-Es hora de abrir la puerta-

Zoru, siempre cauteloso, planteó una pregunta:

-¿No sería más sensato esperar a estar en un lugar más seguro antes de lanzarnos al combate?-

Pero Shirou parecía tener otros planes en mente:

-...No.-

Ramsés obedeció y la puerta de la nave se abrió. Sin dudar, Shirou se aventuró en la caída desde una altura de más de 100 metros hacia la inminente amenaza orka. Zoru, preocupado por la temeridad de su compañero, no pudo evitar gritarle a Bruz, quien también se sumó a la caída.

- ¡Dejen de lanzarse al vacío!- grito zoru enojado

En ese momento, para sorpresa de Zoru, tanto el Licenciado como Barri tomaron la misma decisión y saltaron junto con el camión reparado. La situación se volvía aún más inverosímil cuando Kiken, contra todo pronóstico, también se unió al grupo en su descenso hacia la batalla.

Así, la locura y la valentía se fusionaron en una peligrosa situación en la que Shirou y su peculiar equipo se enfrentarían a la amenaza orka.

Shirou, envuelto en un aura ardiente y reuniendo energía psíquica, caía del cielo a gran velocidad. Sus llamas parecían intensificarse a medida que caía, y sus ojos se volvían cada vez más rojos debido al poder que estaba acumulando.

La caída de Shirou culminó en una explosión de proporciones épicas al impactar contra el suelo, aniquilando a más de 50 mil orkos que se encontraban en las cercanías. Sin embargo, pagar un precio por semejante demostración de poder, y Shirou quedó gravemente herido en el suelo.

-"Ojalá supiera volar- dijo este adolorido

Múltiples orkos comenzaron a rodearlo, pero Kiken, con su habilidad en el combate, bajó a salvo y cortó a los orkos en pedazos antes de que pudieran atacar a Shirou.

-¿Cómo puedes caer tan bien? Mira cómo quedé yo.- pregunto shirou adolorido

Shirou señaló el charco de sangre que había dejado al caer. Kiken respondió con calma:

-Me eleve  antes de caer. ¿No fue eso lo que Zoru te enseñó?- pregunto kiken con curiosidad

Aunque no era momento para bromear, Shirou rápidamente reaccionó. Materializó su espada motosierra y cortó a múltiples garrapatos que se abalanzaban sobre ellos. Con su otra mano, materializó el bolter y comenzó a disparar a los orkos que seguían llegando.

Kiken, con gracia y destreza, utilizaba su espada para dividir a los orkos en dos con sorprendente facilidad. Shirou estaba impresionado por la habilidad de Kiken y la forma en que se movía en combate, aunque sabía que no era momento de distracciones.

Shirou materializó varias espadas que chocaron contra los orkos, creando una barrera defensiva alrededor de ellos. Las espadas explotaron con fuerza al entrar en contacto con los orkos que se aproximaban, causando un caos entre las filas verdes.

LA ESPADA DEL EMPERADOR Where stories live. Discover now