Melodía.

24.1K 126 2
                                    

La melodía sonaba de manera melancólica, sentía el peso de la tristeza en mi corazón.

Una lágrima cayó hasta mojarme los labios. 

Un toque en mi hombro me sobre salto, deje de tocar para ver sobre mi hombro.

El aspecto de mi marido era horrible, sus ojos oscuros estaban adornados por unas bolsas violetas, sus labios estaban agrietados, susurra mi nombre de manera lamentosa.

–Meine Liebe– susurro. Sus ojos no me liberan.

–¿Qué sucede?– su cuerpo se acerca a mi, sus dedos fríos acarician mi mejilla con un tacto tan sutil que me hizo pensar que la brisa me molestaba.

–No puedo olvidarme de eso...

El asiente comprensivo, eleva mi meton para dejar un beso, luego me deja libre, pero mi cuerpo apagado de todo sentimiento pide arder en fuego, no era digna de negarle eso. Así que ataque, nuestros labios se liberaron en una batalla de suspiros.

Mi piel pedía ser tocada por aquel ser que robo mi corazón.

Sus manos elevaron mi vestido, aún sentada quedé desnuda, no lleve ropa interior nunca en mi vida, solo aquellas noches donde me venía Andrés.

Quería tenerlo adentro de mi, el no estaba lejos de compartir mi deseo, sentía su pene duro por la erección, sujeto mi cabello dándome la orden de que me levantará, callada lo hice.

Sus dedos se enredaron al rededor de mi cabello, sus ojos buscan lo mismo, el destello de deseo era algo encantador que deseaba perdurar siempre en mi memoria.

–Mi amore, tu eres preciosa.

Luego me da vuelta, sus labios van de mis hombros bajando lentamente, sus manos aprietan mis pechos, no podía parar de soltar gemidos.

Aquellos labios fueron de manera audaz al recorrer mi cuerpo, sentí un escalofrío cuando abrió mis nalgas, su   peso cayó en el suelo,  sentí su aliento chocar contra mi, luego su lengua ingreso por mi ano.

Me incline soltado una maldición, dichosa sea su lengua que se mueve de manera salvaje, como toda una maestra.

Cada vez me sentí más mojada , luego su boca fue a mi coño, me moví contra el cuando su lengua de manera juguetona pasaba por mi vulva para salir, el entiendo el mensaje y empezó a darme con todo. Aunque pude escuchar su risa burlona por mi desesperación.

Yo era esclava de el, de su ser y todo su buen gusto en darme placer. 

El empezó a darme lo que me gustaba, cambiaba de velocidad, sonreía cerca de mi, no paro de repetir lo hermosa que era.

Cuando sentí que me venía, el no se detuvo, aún cuando insistí que se alejara, moje toda su cara, se ahogo en mi de manera deliciosa. 

Empujó mi cadera contra mi piano, algunas teclas sonaron, doremifasolquericometoca, la mejor nota.

Mi joven amor se levantó, su mano acaricio mis nalgas, espalda y sujeto mi cintura de manera posesiva,   su dedos se enterraron en mi piel, me beso la piel desnuda, siempre dejándome caliente, quise darme vuelta para verlo pero empujó mi rostro contra el piano.

–Quieta.

Asentí, sus dedos fueron hasta donde estaba su lengua antes, sus dedos abren mis labios ingresando un dedo dentro mío.

–Sentirte al rededor mío es delicioso, preciosa.

Ingresa otro y empieza a moverse de manera suave, luego va aumentando su velocidad, pero su dedo pulgar fruto mi clítoris, estaba apunto, entonces sentí como su miembro erecto ingreso en mi.

–Gloria a dios.– grite encantada.

El soltó una risa.

–En está habitación no existe ningún dios, solo yo, amor mío.

Luego de aquellas palabras empujó su miembro más dentro de mío, explorando y abriendo más de mi. Sentí su piel caliente dentro mío, se deslizaba fácil por mis jugos.  Tome fuerzas para no gritar fuerte.  Quedando agitada. El sale de mi, besa mi hombro de manera cariñosa.

–Estuviste bien, cielo.

Sonrió feliz por sus palabras, acaricia mi cuerpo, susurrando al oído cosas lindas sobre mi, de pronto sentí como si estuviera flotando, mi cuerpo se sintió pesado y lo último que recuerdo es tocar una superficie suavemente cálida.

–Fue un gusto, princesa azul.– luego una suave melodía.

Relatos Sexuales. Where stories live. Discover now