Parque.

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Mi fiesta de cumpleaños, era aburrida. Lo más aburrido que existía ahora mismo solo llegar a casa y dormir.

Vi las calles pasar y miro a la gente, mejor manera de terminar con esto o es irme o decirles que se vayan pero se veían felices todos.

Así que tomando un taxi me voy al parque, lleve una mochila con una frazada, galletas y unas bebidas para tomar. Iba ir al parque, pero buscaría un lugar más seguro para mí, escondido. 

No podia enviar pensar que tenía aquel vacío en mi cuerpo, que no sabía como ocultar aveces, a qué no pertenecía a ese lugar, sinceramente, solo deseaba pasarla bien. 

Música, sexo o libros, cualquiera me ayudaría a sentirme mejor.

Llegó a mi lugar prefiero, entre unos árboles, que rodeaban un pequeño pedazo de campo en círculos, tiró la manta en ese lado y pongo música mirando el cielo, se podía ver todo desde aquí, eran cielos y algunas hojas.

Saco las galletas y empiezo a comerlas mientras canto, había una brisa calentita que me hizo quedar en remera corta, lo demás desapareció.
Las galletas que comía antes eran deliciosas, sabor a miel.

Mi piel se eriza cuando siento un viento de la nada, y una voz masculina:

–Se ven bien.

Miro aún lado asustada, un tipo peli rojo me veía desde su poción que parecía ser alto, usaba un traje blanco y en las manos unos cuentos anillos de diversos colores. Uno dorado me llamo la atención.

–Quieres  galletas.

El asiente y se acerca a mi, mientras lo hacía, mi cuerpo hervía me sentía caliente sin ningún sentido. Sus ojos brillaron por un vago recorrido por mi cuerpo que me estremeció toda.

–Si, gracias. – estiro una mano para  agarrarla y casi suspiro. El lo noto, juro que lo hizo por el brillo burlón de sus ojos.

–Esgem, cómo llegaste?– pregunté. Este lugar no era ni reconocido.

–El viento me trajo, destinado a conocerte.

–Eso si es raro, no te daré más galletas si dices cosas raras.

–No quiero galletas, quiero todo de ti. – al decirlo, suspiré y me arrodille ante el, fue sin voluntad propia pero mi cuerpo lo deseaba, sentía que tenía que hacerlo.

–¿Qué deseas?– pregunta suavemente mientras juega con sus anillos de manera desocupado.

Lo miro de manera pícara, mi boca se seca y siento el calor arder por mi cuerpo, hechizada por su porte o sus ojos esmeraldas, no lo sé bie, sollozo de la nada, solo quería una sola cosa y me daba pavor soltar aquellas palabras.

–Tocame, usame, follame. – digo de manera firme. El sonríe como un demonio, siento más calor cuando sus dedos tocan mi meton, veo sus ojos y veo el destello rojo en ellos.

–Tan chiquita y con tremenda boca sucia, los deseos de la princesa serán dados.

Luego todo  sucedió, roces, toqueteo, lamidas, susurros coquetos y quedarse sin ropa a la deriva de nuestros deseos.

Me tomó de la nuca con fiereza y lamió mis labios como si fuera un animal. Sonreí lascivamente, no pude evitarlo.

Tampoco quise hacerlo, siendo sincera.

Me besó entonces con más ímpetu, haciéndome sentir hasta la garganta el sabor amargo de su lengua, su boca aprisionando la mía. Moví mis caderas hacia arriba, tomando contacto con su bulto ya bastante endurecido. Me agité, imaginando ya sus dimensiones y se me llenó la boca de saliva, era largo y ancho, al menos eso se sentía al tocarlo, ¿me dolería? Si. Pero con gusto sufriría esos centímetros de placentero dolor.

Cuando quede desnuda en pleno parque, supe que no había remedio, iba a follar con el desconocido de carácter picante.  El desabrochó su ropa, quedó desnudo de abajo y suspiré. Era grande, si.  El recorrió mi campus venus con sus labios y lengua, ingreso sus dedos dentro mío y arque mi espalda, fue lubricado mi parte íntima hasta que estaba lo suficiente lista para sentirlo. El ingreso en mi en una estocada, rápido y duro.

–Por la mierda, oh sí.

Empezó a moverse dentro mío, rápido y salvaje. Era una bestia follando, nos movimos en plena frenesí de sensaciones.

Quería más, el lo supo y ingreso más dentro mío.  Estuvimos un rato hasta que al fin me pude correr, sentí mis líquidos caer por su miembro, el sonrió y aceleró sus movimientos, hasta que se corrió también. Gracias a dios usaba el chip para evitar embarazos sino no dejaría que se corriera en mi interior. Nos quedamos un rato pegados hasta que mi celular sonó y me aleje de él, nos besamos y nos despedimos.

Fue la única vez que lo ví.

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Aclaración:

No estoy  alentando a tener relaciones sexuales con desconocidos, se puede contraer alguna ETS o cualquier enfermedad, además de correr riesgos de que puedan ser lastimados por la brusquedad de los actos. Usen protección siempre al tener relaciones, es mejor comprar condones que pañales. :)

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