De vuelta.

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Luego de terminar de comer con mi familia y que mi sonrisa doliera por lo más falso que era me pude retirar al baño a vomitar todo.

No quería comer y fui obligada a hacerlo, vomité todo hasta que mi cuerpo empezo a temblar, luego todo oscureció.

(...)

Abro los ojos, un hombre de buen porte estaba enfrente mío, usaba una camisa negra desprendida, junto a un pantalón del mismo color, su piel era pálida y su cabello moreno.

Era alguien muy guapo y alto.

–Tienes que dejar de hacerlo, vas a terminar muriendo.

Lo miro callada, me gustaba su voz pero no lo que salía de ella.

–¿Quién eres para decirme que hacer?

–Nadie, pero te estás matando.

–No, solo quiero bajar de peso, no me estoy matando. – gruño. El sonríe, mis ojos fueron a sus labios, quería estar besando esos labios rosados hinchados.  Y sin decirle nada me empujó a mi misma a hacerlo, el valor que tenía se estanco cuando el no reaccionó por segundos, luego acepto mis besos.

Sus labios eran lo mejor del mundo, sabían a miel y menta, un sabor agridulce que no comprendía, su lengua junto a la mía se movían contra la otra.

Mis manos desabrochó sus botones, bajando con mis labios por su cuerpo, lo escuché suspirar y eso me hacía sentir en la gloria. 

–Chica, no sabes lo que haces...– suspira cuando toco su bulto intentando sacarlo para usarlo en mi, me sentía caliente y húmeda, más cuando en un punto el jugo con sus dedos en mi interior sobre la ropa mojandola toda. 

Bajo mi calza cuando asentí y dije que si.

–Cojeme duro, por favor. – el sonrie.

El asiente y me da vuelta.No se cómo pero estábamos en una cama.

Quedé con mis manos detrás de la espalda y el trasero elevado, con mi ropa ya baja y su bulto ya fuera empezamos a jugar, el empezó a frotar su miembro contra mi, hasta que me sentí tan caliente que se deslizó solo su miembro en mi entrada.

Una de sus manos fue a mi cuello aferrándose fuerte en el.

Apretó y aceleró sus movimientos,yo también lo hice, ambos nos movimos de manera rápida y dura.

Aprieta más mi cuello, no respiraba, sentí mi saliva salir por mis labios, inhale por la nariz, el me dió más duro, tanto que si me dolió, el lo noto y se disculpó.

Luego me libero y salió de dentro , mientras me daba duro abrió mis nalgas y sentí un líquido correr por el agujero de este, suspiré al sentirlo,era delicioso, su cuerpo bajo o eso creo porque sentí su aliento en mi ano y su lengua ingresar en el, gemi encantada, era delicioso, su lengua me empezó a cojer y a remover todo dentro de mi, hasta que estuve tan dilatada que cuando el quiso ingresar su pija dentro mío, lo hizo, aunque se doblo una o dos veces saliéndose, lo ingreso y joder como dolió pero me encantó a la vez.

  Jugamos, me insulto en algunas ocasiones pero no me afectó en realidad me calentó más, beso mi espalda cuando podía, también me besaba cuando paraba, era duro y lento, sentía todo de su cuerpo. Luego se corre dentro mío.

–Muy bien, la próxima si te portas bien iré yo a visitarte, debes volver y no hagas ninguna locura,espérame.

(...)

Abro los ojos y note que estaba en el hospital, mi madre lloraba a mi lado cuando me vio despierta me abrazo y agradeció a dios porque estaba bien. Sonreí a eso, me encontré con alguien pero no era ningún dios o santo, era todo lo contrario y me encantaba.

Empecé a intentar dejar de vomitar y a comer, fui a piscologos y pisquiatra también a una  nutrióloga y me quedé esperando que el volviera a mi, porque yo estaba marcada por el, era suya.




Relatos Sexuales. Where stories live. Discover now