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Lo primero que hizo al despertar fue darse una ducha y después bajar a desayunar. Estando en la mesa intentó hablar con Sana para arreglar las cosas y el pequeño malentendido, no funcionó, ella seguía enojada.

Jungkook odiaba que la rubia no fuera madura.

-Jungkook. -Eun bi llamó su atención. - ¿Podrías ir a llamar a Jimin para que baje a desayunar? Es la última puerta girando al pasillo. -indicó.

-Por supuesto. -Jungkook se levantó y con una última mirada a Sana salió del comedor. Subió las escaleras y para su mala suerte se encontró con Kai, lo ignoró por completo.

Giró a la derecha saliendo a otro angosto pasillo con una puerta al final, esa debía ser la habitación de Jimin. Llamó con suaves golpecitos y esperó más de un minuto, volvió a llamar tocando con más fuerza.

Jungkook no sabe porqué su corazón instantáneamente comenzó a bombear con mayor fuerza cuando la puerta se abrió revelando a Jimin. El rubio le sonrió y se apoyó del marco de la puerta, acaba de salir de la ducha, su cabello mojado se le pegaba a la frente e iba solamente en jeans negros. Por primera vez Jungkook notó los tatuajes pintados en el torso y brazos del ojiazul.

Se veía... Bien.

-¿Te quedarás allí viendo o me dirás que quieres? -le dijo el ojiazul burlón. Jungkook lo odiaba de una manera pasiva.

Realmente odiaba que Jimin hablara siempre con burla y diversión. Odiaba que se riera de él.

-Baja a desayunar. —murmuró viendo el tatuaje en sus clavículas.

-¿Lindo, verdad? -Jimin señaló su tatuaje.- Me lo hice borracho.

-Bien. -Jungkook se dio la vuelta, se detuvo de golpe y bajó la mirada a su entrepierna.

¿Qué mierda?

No, no, no, esto no estaba ocurriendo.

Una jodida erección.

Tenía una jodida erección por ver a Jimin. Eso jamás de los jamases le había ocurrido, no con un chico. Dios, estaba jodido, realmente.

-¿Todo bien? -preguntó Jimin a sus espaldas. Jungkook sintió el calor acumularse en sus mejillas.

-S-si. -dijo en balbuceos, se golpeó mentalmente. -La comida se enfría. - literalmente corrió a su habitación y se encerró en el baño, no se dio atención, sólo esperó a que su problemita bajara.

Maldición, esto era serio.

Después de unos minutos pudo salir del baño como si nada hubiese sucedido. Borraría eso de su mente. Bajó al comedor y actuó con normalidad, su cabeza era un lío de pensamientos que daban miedo.

Por suerte, Jimin no desayunó con ellos.




(...)




La tarde ya estaba llegando a su fin. Ese día no fueron a ningún lado, se quedaron en casa por la fuerte lluvia que se desató. Jugaron en la sala de juegos por media hora antes de que todos se aburrieran y terminaran en la sala.

Hyuna estaba en el teléfono hablando con Mihno. Eun le enseñaba a tejer a Jungkook. El rizado había estado muy distraído y sumido en sus pensamientos, realmente no podía dejar de pensar en lo sucedido ésta mañana.

Su mente era un completo caos, sólo quería que la vocecita en su cabeza se callara para siempre.

Se sintió culpable por tener a Sana dormida al lado y estar pensando de esa manera en Jimin. No debía, pero lo hacía.

Colapso - JikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora