Capítulo 24

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Los días seguían pasando y las cosas en la ciudad volvieron de a poco a la normalidad. Los aeropuertos fueron habilitados permitiendo subir a mi madre en el primer vuelo hacia Argentina, es mejor tenerla lejos y segura, en lugar de que siga en Manhattan con riesgo de posibles repercusiones del terremoto.

No negare que su partida favorece a mi situación actual, con Peter estamos intentando una relación sin ocultarlo a nuestros amigos.

Claramente mi hermana fue la primera en felicitarnos por nuestra decisión, se alegro de saber que pude dar un paso importante que es confiar en él y liberarme de mis miedos. Con respecto a Andrés, le daremos la noticia en su cena de bienvenida que será esta noche, así que invocamos  a todos los dioses para que nos ayuden a domar al monstruo.

Lo que pase de ahora en adelante será una verdadera aventura, una que quiero iniciar junto a Peter. Al final,  nuestros sentimientos son mas fuertes que los pensamientos y es una satisfacción que nuestra historia por fin tenga desenlacé.

-Amor- levante la vista, observando al soldado quien llevaba su torso descubierto y una toalla que rodeada su cintura. 

No pude evitar morder mi labio inferior, literalmente ese hombre es hermoso, y tiene un cuerpo tallado por los mismísimos dioses.

-¿Linda. me escuchaste?-mueve su mano enfrente de mi, haciendo que parpadee repetidas veces.

-¿Qué?-modulo anonadada-¿Qué pasa?-carraspeo mi garganta por los nervios.

Sonríe de forma tierna y niega con la cabeza.

-Te decía que debemos ir temprano a lo de Andrés, así tenemos todo listo cuando llegue.

-Claro-intento disimular mi inquietud-¿Qué te pondrás?

-Algo casual, se trata de Andrés no del rey de Inglaterra.

Emito un leve quejido como afirmación, pésima opción porque el soldado gira a observarme con las cejas elevadas.

-¿Pasa algo?¿Estas enojada?¿Camila hizo algo?-me interroga con demasiada intensidad para mi gusto.

-No-respondo confundida.

-Dijimos que no íbamos a ocultarnos nada, no mas secretos.

-¡Estaba mirándote!-confieso avergonzada-No estoy enojada, solo me quede sorprendida al ver tu cuerpo-es increíble como siento mis mejillas arder de inmediato.

Por supuesto el señor Strong no podía contener su sonrisa triunfadora, de a poco se acerco hacia mi, 

-A veces pareces una niña-comenta de forma tierna.

-Cállate-ruedo los ojos ante su comentario-Mejor vístete y no molestes.

-¿Mi sexy cuerpo te molesta o mejor dicho te seduce?

-Acabas de enfriarme mas que el mismo hielo, Strong.

-Claro que no.

-Ya quisieras.

-No me provoques, Rodríguez.

-No molestes, soldado.

-Muñeca, aprecia lo que tienes. Otra mujer moriría por esto-apunte a si mismo.

-Que sigan  muriendo, porque tu eres solamente mío.

-¿Con que si?-sonríe de forma sorpresiva.

-Piensas que después de tanto dejaría que cualquiera te tuviera.

-Digo lo mismo.

-No entiendo.

-Jamás dejaría que otro hombre ponga las manos encima de ti. Antes lo mato o me muero.

LA VIDA PERFECTAOù les histoires vivent. Découvrez maintenant