Capítulo 28

13 2 0
                                    

Luego de las palabras de Peter, estuve unos minutos en el baño para tranquilizarme.

Un espectáculo más en el trabajo no es lo que necesito.

Cuando decidí volver a guardia, varias personas corrían. De seguro entraron nuevos ingresos.

Tome aire, y repetía "todo va a estar bien".

Busque a mi compañero, y responsable de haberme motivado a enfrentar a Peter.

Cuando lo visualice, este también lo hizo y formo una media sonrisa por lo lejos.

Si supiera lo que paso...

Lentamente camine hacia a él, y cuando lo tuve en frente fue el momento en donde quebré. Me lance a sus brazos, mientras era un mar de lagrimas.

—Estarás bien—pronunció un poco confuso—, aunque creas que no. Lo estarás y volverás a ser la de siempre—susurró en mi oído.

Con la respiración entrecortada, levante la vista, dejando al descubierto mis ojos hinchados y enrojecidos.

—No quiero ser la de siempre— dije con un tono de voz desolado.

Asintió con tristeza y acaricio mi mejilla, pero no podía mantener la mirada. Volví a enterrar la cabeza en su pecho.

Sentía sus caricias sobre mi cabello, mientras escuchaba como susurraba palabras de consuelo.

Ahora pienso que el único amigo que me queda es Nick, sino fuera por él y mi hermana estaría completamente sola en este maldito país.

Hace días estaba con el hombre que amo, en nuestro departamento conviviendo como una pareja normal y fue cuestión de segundos para mandar todo a la mierda.

O nosotros no estamos destinados a estar juntos o somos demasiados orgullosos y complicados para llevar una relación.

El resultado es el mismo, siempre separados.

Escuchamos las puertas abrirse, y venia a un paso rápido nuestra jefa junto a varios doctores.

Ver al equipo de profesionales, escuchar las sirenas de las ambulancias, oír las pisadas de mis colegas. Todo eso me hizo pensar que mi vida es la que se destruyo pero hay personas afuera que esperan que los salven, que están luchando por vivir y solo seria una egoísta si dejo que cuestiones personales interfieran en mi trabajo.

Limpie mis lagrimas y respire profundo. Debo estar lista para sostener a quien lo necesite, porque de eso trata mi trabajo.

Todo el equipo se coloco frente la puerta, ansiosos por ver lo que ingresaría.

Al instante se abrió la puerta, dejando a la vista a los paramédicos que entraban con más de seis camillas.

Los primeros en acercarse eran los doctores y elegían a sus residentes para ayudarlos. Por otro lado, la jefa también observaba la situación y decidía quien asistiría a los médicos.

—¡Paciente con traumatismo craneal!

Dos médicos fueron con el, mas un residente, acompañado de una enfermera

—¡Paciente con fracturas abiertas!

El traumatólogo fue designado a ese caso, junto a dos enfermeras.

—¡Paciente inconsciente con heridas de arma de fuego!

Este se me designo a mi, bajo el servicio del Dr. Velásquez.

Acudimos a un cubículo e inicie con la medicación, según las indicaciones medicas. También prepare los materiales para sacar las balas de una vez, debido a que tenían orificio de salida y a criterio del medico no toco ningún órgano.

LA VIDA PERFECTAUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum