Capítulo 5

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Edric corrió hacia donde se encontraba su abuelo, resbaló por el suelo hasta poder cogerle la mano. Pronto se iría. Su abuelo había sido una gran persona, Edric sentía un profundo dolor al verlo desangrándose en el suelo mientras intentaba coger la cara de su nieto para palparlo por última vez, este se lo facilitó acercándose. Su querido abuelo soltó una lágrima que acarició su mejilla hasta caer por su cuello. Ronald se intentó levantar tembloroso, pero Edric le impidió que se moviera o su muerte llegaría aún más rápido.

-Abuelo...no te muevas, te harás más daño... - susurro Edric mientras recostaba con su mano la cabeza de Ronald.

Su abuelo tragó saliva con dificultad y entonces pudo pronunciar las siguientes palabras:

-Edric...busca en un cajón oculto de mi escritorio...

-¿Qué tengo que encontrar?

Dahlia y los señores Lennox llegaron corriendo y se pusieron a su alrededor.

-Dahlia tiene que empuñar la daga de las sombras...para... - de pronto le dio un pequeño espasmo y frunció el ceño de dolor - matar a Demerak...ella es la única que puede tocarla...

Las manos de Edric presionaban las heridas de su abuelo para que su hemorragia no fuera tan dolorosa o simplemente por la esperanza de que por ello se fuera a poner sano y sus heridas se podrían sanar. Pero ya era demasiado tarde y estaba muy grave.

-Abuelo...te vas a poner bien, hoy no vas a morir... - dijo Edric bajando la mirada - quién sino me enseñara a leer manuscritos como lo hacías con Katia.

Los señores Lennox no se inmutaron al ver al anciano en el suelo y ambos se fueron cuando Ronald dio su último suspiro de vida. Antes de darle la espalda, ordenaron a los criados que le hicieran un digno funeral y lo enterraron en el panteón familiar.

Dahlia soltó unas discretas lágrimas y cuando levantó la cabeza vio que Edric seguía apretando su torso con algo de esperanza.

-¿Edric? - Dahlia le posó su mano en el brazo de Edric - se ha ido...

-No - dijo apretando el puño que no tenía ocupado en el cuerpo de su abuelo.

Dahlia intentó cerrar los ojos de Ronald como respeto al difunto pero Edric le agarró del brazo con su mano manchada de sangre. Empezó a sentir como su contacto empezaba a arder y como Edric comenzaba a apretar cada vez más.

-Edric, suéltame - Dahlia intento con todas sus fuerzas liberar su amarre pero no podía - me estas haciendo daño

Edric no reaccionaba, solo podía mirar a su abuelo.

Dahlia no tuvo más remedio que lanzarle una descarga eléctrica que aparentemente lo dejó inmovil. Los criados, que estaban mudos y paralizados del miedo, cogieron cuidadosamente el cuerpo de Ronald y se lo llevaron de ahí.

-¡Cómo te atreves! - grito furioso Edric mientras se levantaba del suelo milagrosamente.

-¡Cálmate! - le respondió Dahlia que estaba a una distancia considerable.

-¡Esto es todo tu culpa, él está muerto por ti, si no hubieras venido! - chillo Edric.

Sus manos empezaron a cargarse hasta tener dos grandes bolas de fuego en ambas palmas. Sus ojos eran como llamas y su piel pálida ahora se transformó en un rojo jamás visto.

Dahlia al igual que él empezó a cargarse con toda la energía que pudo para poder defenderse de él.

-¡Es tu culpa!

-¡Vete de aquí, no me hagas repetírtelo, no te confundas, yo no soy tu enemiga! - trato de decirle Dahlia desde lejos.

Edric se estiró el cuello y entonces juntó ambas palmas para formar una bola de fuego aún más grande. Cada vez que Edric daba un paso las plantas a su alrededor se marchitaban y empezaban a quemarse sin producir llamas. Colocó sus manos hacia delante y la bola se dividió en cientas de pequeñas llamas que iban a toda velocidad hacia Dahlia. Esta no tardó en reaccionar, en Dragston había aprendido a como defenderse pero no tanto a pelear. Empezó a esquivar todas y cada una de ellas, con la electricidad formó un gran escudo de rayos que le permitieron recuperar el aire.

El resurgir escarlata (A.L.P) #2Where stories live. Discover now