Capítulo 12

532 98 13
                                    

-¿Que se supone que estás haciendo aquí, otra vez? - preguntó secamente la misma ama de llaves que conoció en verano.

Dahlia se encontraba mirando a un punto fijo, no logró escuchar las palabras de la mujer, lo único que oía era el mismo pitido que había estado escuchando desde hacía más de una hora. Veía que su rostro estaba borroso y no podía parar de temblar y sus piernas estaban a punto de dejarse caer.

-¿Dahlia? - otra voz sonó desde el interior de la casa.

Los ojos de Dahlia se conectaron con aquel color azul grisáceo que conocía tan bien. Era Edric. La señora, al escuchar esa voz se inclinó en una reverencia y miró al suelo apartándose para dejar espacio en la puerta.

-Prepara una sopa caliente y trae una manta - ordenó Edric mientras se acercaba a Dahlia.

Sus piernas acabaron perdiendo toda la estabilidad que tenían y antes de tocar el suelo los brazos de Edric alcanzaron rodearle la cintura.

-Dahlia, mírame, ¿Qué te ha ocurrido? - le preguntó aún sujetándola.

-Yo...ellos estaban... - aún no lograba formar una frase con sentido, estaba helada y todo su cuerpo al igual que su alma le dolían.

Dahlia levantó la mirada cuando sintió que Edric estaba cogiendo delicadamente su mano para examinarla y sus ojos pararon en seco cuando vio las marchas y las heridas.

-¿Quién te ha hecho esto? - pronunció con su voz ronca.

No recibió respuesta alguna, Dahlia no podía casi moverse al igual que su boca.

-Vamos dentro, estás tiritando - Edric le ayudó a levantarla pero Dahlia sentía como su cuerpo estaba demasiado débil para mantenerse en pie.

-No puedo... - volvió a tropezarse pero Edric estaba allí para agarrarla.

Sin que el chico dijera nada más la cogió en brazos con facilidad y la llevó dentro de la mansión hasta un gran salón. La dejó tumbada en un largo sofá de cuero, Edric se marchó corriendo y volvió con un botiquín lleno de medicamentos y botellas.

-Vamos a desinfectar las heridas y luego si quieres, solo si quieres, me cuentas lo que ha ocurrido, ¿De acuerdo? - el tono que Edric estaba empleando era uno que Dahlia jamás había escuchado, había amabilidad y preocupación en cada palabra que este pronunciaba.

Dahlia logró mover la cabeza para asentir. Edric comenzó a abrir todos los botes y a verter un líquido en una pequeña gasa.

-Bien, esto va a dolerte un poco - le comentó mirándola a los ojos.

En el instante que el algodón tuvo contacto con los cortes de su brazo un pequeño silbido salió de los labios de Dahlia, escocía una barbaridad. 

Tras varios minutos de silencio en los que Edric limpiaba la sangre seca de los brazos y la cara de Dahlia, ella solo le miraba fijamente a sus ojos sin emitir ningún tipo de sonido.

-Tomate está pastilla te dará algo de fuerzas - dijo mientras le entregaba un pequeño envoltorio y un vaso de agua.

Dahlia trago con dificultad pero después de un tiempo notaba como su cuerpo respondía con más normalidad.

-¿Puedes levantarte? - añadió Edric ayudándola a sentarse.

-Creo que sí...- dijo Dahlia con más claridad.

-Sin duda cada día que pasa, me sorprendes más - dijo Edric tratando de animarla.

Dahlia se levantó con algo de torpeza pero logró mantenerse de pie, Edric la iba guiando por las habitaciones hasta llegar a una de ellas.

El resurgir escarlata (A.L.P) #2Where stories live. Discover now