Karaku

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Lemon. +18

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Solo escucha un golpe tras golpe, como el dolor se apodera de su cuerpo... Todo resuena en su cabeza mientras escucha gritos de desprecio, la ira de este hombre la lastima.

-¡Me debes la vida maldita perra!. -Grita con fuerza, propinando otra patada al cuerpo de la joven, ella no se levanta, tampoco se queja de la golpiza, solo sigue en silencio. -Como te atreves a fallarme... Si no hubiera Sido por mi serías una prostituta más de aquí.

Al fin había parado la paliza, ella se levantó poco a poco, fue bastante difícil, su pierna coja no la ayudaba. -Lo siento... Realmente me esforzaré más. -Dijo dando una reverencia ante su tutor golpeador, la abofeteo en ese instante, ella no respondió ante eso, sabía que podía ser peor.

-Limpia todo, vendrá alguien importante. -Y el hombre se retiró, dejando a la joven a solas, ella solo agachó la mirada, mirando sus manos, y el piso, se había manchado de su propia sangre, fue a un pequeño espejo que había allí, tenía la mejilla inflamada y su ojo por el golpe se cerró un poco, causando un moretón en este mismo.

-Me va a reprender si uso maquillaje, solo me voy a limpiar.

Entonces siguió con sus labores... Desde que tiene memoria ha Sido así, sus padres murieron por una enfermedad y este hombre dueño de esta okiya le ofreció asilo... Si hubiera sabido lo que le costaría estar aquí habría preferido mil veces la calle.

Desde siempre la ha menospreciado, ante sus ojos está segura que no la ve como una humana, él solo quería una sirvienta gratis y alguien con quién desquitarse cuando las cosas no le salían bien.

Recuerda que en su primer intento de escapar la encadenó y la dejo sin comer por días, en su segundo intento la dejo desnuda en el frío... Ya no hubo un tercer intento.

Salió como siempre a hacer las compras correspondientes, la gente solo la miraba y murmuraba por su rostro golpeado, pero no hacían más que criticar.

Terminó por tropezar con alguien, era un hombre alto de pálida piel, la miro unos segundos y después siguió su camino, supuso que le pareció horrible su condición.

...

Pensó que sería una noche tranquila, como siempre las geishas y oiran tendrían sus compromisos, ella prepararía la cena y alguna otras cosas, terminará de limpiar a eso de 2 de la mañana y para las 6 o más tardar 7 debe seguir con la rutina de limpieza y preparar el desayuno.

Pero alguien entró a la okiya. -Oh. Lo lamento, ahora mismo no están. -Era ese hombre pálido.

-¡Oye, no molestes al cliente!.-Aparecio su tutor maltratador. -Por favor señor espere aquí, en un momento voy a enviar a esta que busque a alguien especial para usted. -Por esta sabía que se refería a ella.

-Pero si no cuido la comi...----La mirada que le lanzo su maltratador la hizo callar al instante.

Por supuesto Muzan era consciente de la enorme tensión que había, pero no podía importarle menos... Hace poco perdió a la servidumbre que tenía en su okiya, no ha encontrado a un buen reemplazo que no se altere por ver demonios, pero está muchacha le parece perfecta para eso, sumisa, débil, patética, además si desaparece esta seguro que nadie la recordara. -La quiero a ella. -La señaló.

-Ah. No mi buen señor, tengo algo mejor para ofrecerle. -Muzan solo dejó caer una bolsa.

-¿Con esto basta?.-El hombre casi se le salen los ojos del rostro por ver la cantidad de dinero.

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⏰ Last updated: May 20, 2023 ⏰

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