Capitulo 20. Tengo mucha calor.

3.2K 161 40
                                    

Pedri

Sentía mi cuerpo arder y sudoroso, unos movimientos a mi lado y unas voces hicieron que abriera mis ojos para darme cuenta de que una mano subía y bajaba por mi abdomen.

Frote mis ojos y los abrí de golpe al sentir mi parte dura y apretada, gire mi cara y busque a la morena en busca de la oscuridad que respiraba muy agitada raramente.

—Pedri...—su otra mano bajaba por su abdomen inquietamente— ah...

Me incorporé de golpe sudoroso y alargué mi mano para encender la luz de la mesita de mi lado, Grecia estaba sofocada y no quería mal pensar pero...

—Joder canario...

No sabía lo mucho que necesitaba escuchar eso de ella hasta que mi entrepierna pincho doliendo, joder sin darme cuenta y durmiendo mi parte ya había reaccionado a sus tocamientos por mi abdomen.

—Grecia...—acerque mi mano a su mejilla para despertarla pero pareció hacerle reaccionar de otra manera cuando apretó su mano en mi ante mi contacto—

Dios mío Pedri actúa que te va a poner a mil.

Retire mi mano viendo que eso le estaba excitando más y suspire, llevé mi mano suavemente a su brazo sobre mi y lo cogí apartándolo con delicadeza sin que se enterase pero Grecia seguía removiéndose en la cama y mire mi parte que se notaba bastante abultante aún con los pantalones del pijama.

—Mm...

Tenía que parar esto, no sé en qué punto de la noche habíamos terminado los dos destapados pero el problema era en que yo estaba sin camiseta sudado y endurecido mientras que ella estaba teniendo un sueño erotico conmigo y no quería hacerla sentir incómoda.

—Grecia —dije sujetando sus manos que se movían insistentes por todo su cuerpo ante la excitación— vida, despierta.

—¿Mm?

—¡Grecia! —levante mi voz haciendo que se sobresaltara y abriera sus ojos, al verme su reacción fue entre susto y sorpresa— Oye...eh...—no supe que decir porque enseguida vi como se sonrojaba e intentaba recomponerse—

—¿Que pasa? —fue lo primero que dijo con la voz entrecortada y solté entonces sus muñecas—

—Creo que estabas teniendo una pesadilla...—no iba a ser yo quien la incomodara si ella quisiera contármelo la escucharía pero cambiaría muchas cosas entre nosotros y yo en su lugar no sería capaz de contarlo—

—Si, si...—dijo incorporándose—

—¿Estás bien? —miro mis ojos y mordió sus labios para luego pasar las manos por su pelo—

—Voy al baño —dijo levantándose de la cama—

—Grecia...

—Dios mío...—pude escuchar antes de que cerrara la puerta por mucho que hubiera intentando susurrarlo—

Cuando toque su piel estaba demasiado caliente y lo peor es que yo seguía más endurecido que nunca, me tumbe y resople esperándola e intenté calmar a mi amiguito pensando en cosas feas pero me era imposible.

La puerta se abrió y gire mi cara mirando a Grecia quien de sobra estaba avergonzada, me miro incómoda y volvió a meterse en la cama.

—Pedri...

—Dime.

—He tenido una pesadilla horrible.

—¿Que pasaba? —dije siguiéndole el rollo mientras ella apoyaba la espalda en el cabecero y pegaba las rodillas a su pecho, ahora no podía dormir—

Nankurunaisa - Pedri González Where stories live. Discover now