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AISURU NO SABÍA EN QUE MOMENTO LA SITUACIÓN SE HABÍA TORCIDO TANTO, la aparición de Toga fastidiaba toda la ecuación. Pelear con ella era duro, ¿Como podría mantenerla a ella a ralla mientras peleaba con el Dios de la Muerte? Sencillo: No podía.
En el momento en que se centraba solo en uno, no solo ella quedana desprotegida, sino sus compañeros. Los cuales no tardaron en ser noqueados por el Dios de la Muerte mientras esquivaba ataques de la rubia desquiciada.
━ Chicos...━ sus ojos se desviaron por un segundo a sus compañeros con preocupación, esto era realmente malo.
━ ¡Aisu-chan, no te distraigas!━ el filo de la aguja que portaba su extraño aparato para robar sangre rozó su mejilla, lo que provocó que aquel líquido espeso que Toga tanto amaba brotara.
Las mejillas de la rubia se tornaron rojas al ver la sangre salir del pequeño corte, emocionándose y queriendo ver más.
━ ¡Tu sangre sigue siendo igual de bonita que siempre!━ cuando Toga se acercó lo suficiente para intentar atacarla con su cuchillo, Sunpo aprovechó para meterle una patada y mandarla lejos.
━ Ya veo que os estáis divirtiendo vosotras dos━ interrumpió justo el Dios de la Muerte━ Himiko-chan, te dejaré a solas con tu juguete. Yo me llevo al resto de niños.
━ Okey~
━ ¡No!━ Aisuru quiso correr hasta sus compañeros para impedir que se los llevaran, pero no nuevamente Himiko atacó.
━ ¿Ya quieres abandonarme de nuevo? ¡Pero si acabamos de reencontrarnos! ¿No estás feliz?━ Sunpo apretó su mandíbula, usó su quirk para posicionarse detrás suya y justo cuando trató de agarrarle el brazo, su cuerpo comenzó a flotar.
El cabello de Himiko ya no era rubio, sino castaño. Aisuru quiso cerrar los ojos al darse cuenta que la joven todavía conservaba sangre del otro mundo, no quedaría verle la cara. Pero lo hizo. Toga, que antaño había tenido una obsesión insana por Uraraka, ahora estaba transformada en ella.
La angustia no tardó en apretar su pecho, la última vez que vio a Uraraka solo pudo encontrarse con su cadáver. Frío y yacente en el suelo, una mueca de dolor se vislumbraba en sus apagados ojos y su cuerpo estaba repleto de heridas de cuchillo y de lo que parecía ser una aguja. Desde luego fue Toga quien la mató, en su última batalla se lo dejó bien claro.
━ ¡Cuanto tiempo, Aisuru-chan!━ saludó la Himiko en forma de Uraraka. Sunpo sintió sus tripas revolverse ante la vista repugnante━ ¡Te he extrañado tanto! ¿Tu no...? O tal vez...¿Ya me olvidaste?
