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-Suguro, por el amor de Dios, ¿Me puedes decir de una vez por todas a dónde carajos me llevas?- decía Gojo, el cual ya estaba harto de seguir de un lado a otro a su mejor amigo.

-Ya estamos cerca, solo espera unos minutos más - decía el chico de pelos negros, el cual tenía un semblante sereno sin importar que estuvieran caminando por media hora.

Satoru se hubiera tranquilizado por las palabras de Geto sino fuera la séptima vez que lo decía, lo que lo desesperaba más.

Los dos caminaron por un rato más, hasta que Suguro se detuvo abruptamente en uno de los tantos pasillos solitarios del laberinto que era la escuela metropolitana de hechicería de Tokyo.

El chico de cabellos negros giro sobre su eje para ver a su mejor amigo, que lo miraba con cara de confundido por todo lo que estaba haciendo y sin más comenzó a hablar.

-Gojo necesito que responda mi pregunta con tu más sincera honestidad- dijo el usuario de la técnica de manipulación de maldiciones, que vio como su amigo asentía con su cabeza, por lo que soltó la pregunta- ¿Que estabas haciendo ayer en este mismo pasillo?- dijo Geto.

Al principio de la pregunta, Gojo no entendía nada, pero esté comenzó a ver mejor sus alrededores y se dió cuenta de cuál pasillo era, por lo cual miro aturdido a su mejor amigo, el cual estaba de frente a él.

-¿Para que quieres saber eso, Suguro?- dijo Gojo algo nervioso, sin saber por qué el chico de cabello negro quería saber tal información.

-Solo responde la maldita pregunta- dijo Suguro confrontando al chico de ojos azules.

El albino sin saber el porque del cambio tan repentino de personalidad de su mejor amigo y la razón del porque quería saber lo que había estado haciendo ayer en este mismo pasillo, terminó contando todo.

-Justo después de regresar de nuestra misión juntos en ese edificio abandonado, encontré una carta en mi escritorio pidiendome que fuera a está misma ubicación -decia el ojiazul el cual estaba recapitulando todo lo que pasó ayer- al llegar me encontré con una estudiante de primer año, ella se me declaro pero la tuve que rechazar, después de eso ella intento hacerme cambiar de opinión y me beso, sin embargo le dije bien claro que no estaba interesado en ella, ya que yo ya estoy enamorado de...- tuvo que corta su diálogo ya que no quería contarle a su amigo que estaba enamorado de alguien más.

-Aguanta, aguanta, tú, Satoru Gojo, estás enamorado de alguien, ¿p-pero de quién?- dijo Geto sin creer lo que acababa de decir el albino.

-¿Y eso que te importa?, además vinimos aquí porque querías decirme algo y lo único que estás haciendo es interrogarme...-iba a continuar discutiendo pero entonces Suguro lo interrumpió poniendo sus manos en la boca del peliblanco.

-¡No me cambies el tema y dime de una puta vez de quién carajos estás enamorado!- le gritó el chico de cabello largo, ya harto de no saber la verdad que tanto añoraba su amigo por ocultarle.

-de acuerdo, de acuerdo, está bien pero ya saca tus manos de mi boca- decía Gojo con el seño fruncido por tener aún las manos de la otra persona tapando su boca.

Suguro quitó lentamente sus manos de la boca del contrario, el cual inhaló para después exhalar todo el aire de los pulmones y confesarse.

-E-estoy...- tartamudeo por los nervios el albino.

-Estas- repitió Geto con los brazos cruzados en su pecho.

-Enamorado...- dijo Gojo con los nervios y la vergüenza carcomiendolo por dentro.

-Enamorado- le siguió la corriente Suguro, el cual lo miraba con el seño fruncido.

-D-de...- su cara pálida estaba roja como un tomate y sus ojos estaban inquietos por no saber para donde mirar.

-aggh...¡YA SOLO DILO, SATORU!- le gritó su amigo ya harto de todo el drama que estaba haciendo el usuario del infinito.

-¡ESTOY ENAMORADO DE UTAHIME IORI!- listo lo dijo, vaya se sentía más liviano compartiendo su secreto más profundo a alguien más.

Al ver la reacción de su mejor amigo por la nueva información, este se quedó pasmado por tal revelación.

-Si estoy enamorado de ella y si quieres saber por qué, es que a diferencia de las otras chicas que caen rendida directo hacia mí y me tratan como si fuera un Dios entre los hombres, ella es la única chica que no me ve hacia y que me trata como si fuera otra persona más de las cientas que hay en el mundo- lo cual al albino lo hacía sentir que se le quitaba un poco del peso de ser el más fuerte, pero como no sabía cómo llamar la atención de Utahime sin que perdiera su reputación, la comenzó a molestar- Pero basta de hablar de mi, ¡¡ahora dime qué era lo que querías decirme o me largo de aquí!!- señalo a su amigo, el cual estaba procesando lo que le había dicho.

-Ok, ok, ya relájate, pero tienes que prometerme que no le dirás a Utahime-senpai que fui yo el que te dijo- habló en pelinegro, por lo cuál Gojo lo miro con suma atención.

-------------------------5 minutos después----------------------

-Y eso fue todo lo que me dijo ella ayer...- finalizó el pelinegro, el cual estaba sentado en el suelo y apoyando su espalda en la pared.

Al lado de el estaba Gojo, mirando el techo al no saber cómo reacciona a la revelación que le acaba de dar su mejor amigo.

-Entonces...Ella está enamorado de mí- dijo el peliblanco aún mirando el techo.

-Si- dijo el pelinegro, rebuscado en el bolsillo de sus pantalones la caja de cigarrillos que le había comprado Shoko.

-Y vió todo la escena dónde yo me besaba con la otra chica, pero lo malinterpreto todo- su mirada se volvió en una mezcla de arrepentimiento y preocupación al pensar en lo triste que pudo estar Utahime cuando lo vió con la otra chica.

-Si- Dijo Suguro, el cual al encontrar por fin la caja de cigarrillos, se dispuso a encenderlo con su encendedor y tomar una calada.

-Y se puso tan triste que estuvo llorando en un salón sola, hasta que la encontraste tumbada en el suelo y te confesó todo lo que había pasado entre la chica y yo- dijo Gojo con su mirada pegada al techo como si este tuviera la solución a su gran problema.

-Si, Gojo- asintió su mejor amigo exhalando todo el humo que había absorbido sus pulmones.

-Oh mierda, soy un idiota- dijo Satoru, dejando caer su mirada del techo al piso al saber que le rompió los sentimientos a la chica que le gusta.

-Si...Eres un gran idiota- le dijo Geto, antes de darle otra calada a su cigarrillo.

-Ahora que carajos hago para que ella me perdone, Geto- le dijo Gojo a Geto, agarrando su cabeza con ambas manos y mirando a su mejor amigo, el cual al volver ha exhalar el humo comenzó a hablar.

-Te recomiendo que hables con ella y tal vez te perdone por la boludes que hiciste- le dijo Geto a Satoru.

-Sabes que no se me da bien expresarme con las palabras, Geto- le aclaro a su mejor amigo, que estaba tranquilo fumando de su cigarrillo- Además y si digo una estupidez en medio de la discusión- termino de decirle a Geto, el cual se paró de dónde estaba sentado.

-Bueno al menos inténtalo y ve que pasa, o si no te seguirá odiando por el resto de su vida- le dijo Geto, por lo cuál el albino comenzó ha pensar y en medio de todo el humo del cigarrillo de Geto se le ocurrió una idea.

-Es verdad, tienes razón- Dijo el albino parándose con un salto del piso- ya se lo que tengo que hacer- comenzó a irse el chico de ojos azules a un lugar en específico.

-Cof...cof...E-espera adónde vas...- le habló Suguro tosiendo por casi atragantarse con el humo del cigarrillo.

-Gracias a ti se me ocurrió una maravillosa idea para reconciliarme con Utahime, así que voy hacerla- dijo Gojo caminando de espalda hasta la esquina del pasillo.

-Un segundo, Satoru, no estaras pensando en hacer una estupi...- no pudo terminar de hablar, ya que el albino se fue sin dejar rastro- Aggh... Que idiota tengo de amigo- suspiro el pelinegro con frustración, apagando su cigarrillo en el proceso.

Un Pequeño Malentendido Where stories live. Discover now