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Está vez decidieron tomar las escaleras, Jinx no quería volver hacer pasar a Severe por esa horrible experiencia, aunque claro que el multihibrido aseguró que podía hacerlo y más le preocupaba el equilibrio de Jinx. Eso por supuesto que alivio a la Especie, tal vez nada había cambiado realmente.

—  no sé de dónde sacan tantas pertenencias pero hay varias cajas que revisar. Es como si hubieran estado entrando en contrabando. —  Explicó Severe adelantándose a la sala, pero Jinx solo podía mirar la forma en la que caminaba y movía sus músculos. —  En su mayoria... —  Severe se giró un poco sonrijado. —  Son juguetes... Extraños.

—¿Sexuales?— Preguntó Jinx con una sonrisa divertida y Severe asintio.— Tal vez pensaron que podrían tener un poco de diversión, las humana sienten tanta fascinación por nosotros.

— No entiendo sus jueguetes, no me lrecfn divertidos. Los juguetes deben ser divertidos.— Severe se acercó a una de las cajas y sacó unas esposas recubiertas de cuero.— No entiendo cómo esto es divertido.

— Eres un cachorro, Sevi.— Sonrió de forma burlona Jinx dejando la caja que traía a un lado y se acercó a Severe, quedando frente a frente dejando una pequeña distancia entre ellos, lo suficientemente corta como para estirarse un poco y tocar los labios del otro.— Las restricciones no siempre son malas, si el contexto y la situación es adecuada. Incluso es excitante.

—¿Cómo podría ser excitante estar  privado de tu libertad?

Jinx tomó las esposas entre sus manos y por un momento bajo la mirada hacia ellas pensando en su siguiente movimiento. Si bien no podía ser tan rápido como le gustaría, de un movimiento agil giró a Severe y lo presionó contra la mesa mientras tomaba sus dos muñecas y las colocaba detrás de su espalda para esposarlo.

— ¡JINX!— Gruñó enojado el multihibrido pero la Especie solo  sonrió.

— Cierra los ojos Sevi.— Dijo Jinx apretándose al macho.

— ¡No voy a cerrar nada, deja de jugar!— Expresó molesto.

— Oh vamos Sevi, sabemos que puedes liberarte sin esfuerzo alguno de estás esposa de mala calidad.

— Pero tu estás detrás de mi, podría tirarte sin querer.

Y ahí estaba la dualidad de Severe que irritaba a Jinx, el macho lo cuidaba pero también se quería alejar de él ¿Acaso no solo podían tener sexo sin más? ¿Por qué tenía que preocuparse por él?

Molesto con Severe y con él mismo, Jinx pasó sus manos por los brazos de Severe  lentamente, como si quisiera saborear su piel, pero no se detuvo allí. Su boca atacó directamente en el cuello de Severe, lo besó y lo chupó de forma lenta y hambrienta. Sus manos no se contuvieron solo con sus brazos, de forma más atrevida se aventuraron a meterse debajo de su uniforme y finalmente tocar su abdomen marcado cuya piel ardía demasiado.

— Jinx.— Susurró excitado el multihibrido.— Para.

—¿Por qué?— la mano de Jinx bajó a su entrepierna y acarició el bulto prominente.—  vaya, estamos despiertos,  Sevi.

— Jinx, detente... Por favor.— Gimió Severe sintiendo que pronto se correría.

—¿Eres precoz, Sevi?

—...si.— Susurró avergonzado.

— Es porque eres un cachorro.— Jinx mordisqueo su oreja y apretó un poco más su bulto.

— No soy un cachorro.— Gruñó molesto.

Jinx volvió a girar a Severe, enfrentándolo y sin mediar palabra alguna lo besó. Por supuesto que Severe no correspondió de inmediato, su cerebro comenzó a funcionar lento de pronto pero sus instintos se hicieron cargo y correspondió el beso de forma salvaje y hambrienta. Realmente no podía entender lo que estaba sucediendo pero tampoco podía detenerse y mucho menos pedirle a Jinx que parara, realmente deseaba esto. Lo único que le molestaba era estar esposado pero entonces su propio cuerpo actuó rápidamente y rompió las esposas, liberandose en el proceso, para asi sujetar los hombros de Jinx y profundizar aún más el beso.

018:Severe (nuevas especies) 0.3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora