Capítulo cuarto

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Respira cuando se acuerda, y no ha hecho más que aceptar que se equivocó y que quizás, perdió la última oportunidad que la vida le dió para ser feliz. Sigue cuidando de James, como puede, el trabajo y de vez en cuando, está Dylan. Desde que no está con Draco, su vida se convirtió en una hoguera. Una rutina agobiante y oscura que lo llevó a tomar malas decisiones.

Durante los últimos meses, siete para ser precisos, Harry ha estado en un especie de limbo caótico y penumbroso. Aunque para Harry fueran años los que pasaron y su reloj interno se volvía loco incluso después de cada fin de semana, no deja de pensarlo cada segundo.

«Turn around

Every now and then I get a little bit lonely and you're never coming 'round

Turn around

Every now and then I get a little bit tired of listening to the sound of my tears

Turn around... »

—Oh no. ¿Otra vez esa mierda, Harry? ¿Cuántas veces escucharás esa estúpida canción?

—Cierra la boca, Dylan.

«Turn around, bright eyes

Every now and then I fall apart

Turn around, bright eyes

Every now and then I fall apart»

—¿Por qué no hacemos algo más interesante? —sugiere Dylan.

Harry está tirado en el sillón, bebiendo cómo suele hacerlo cada fin de semana que James no está en la casa. Embriagarse, es lo único que apenas aplaca tanto dolor.

Dylan es un joven que conoció en el banco, apenas entró a trabajar, se fijó inmediatamente en Harry y como Harry estaba quebrado y tenía necesidades, comenzó una especie de relación sexual con Dylan. Era una pena creer, que para el otro chico, la relación era más que sexo. Les decía a todos que él tenía un noviazgo con el director de préstamos del banco de Londres, algo que Harry nunca desmintió y tampoco cuestionó.

—Esperame en la habitación —le dijo sin siquiera mirarlo a los ojos.

Dylan era precioso, tenía una figura esbelta y un lindo y joven trasero. Pero no se acercaba en nada a la belleza poética de cierto omega perfecto que Harry dejó ir. Por cierto, Dylan también es omega.

—¿Tardarás? No quisiera quedarme dormido esperándote, como la última vez.

Harry lo mira, tiene la mirada oscura y roja dónde tendría que estar blanca.

—Solo beberé este vaso y voy —dijo con la voz ronca y vacía.

Está harto de Dylan, lo usa y sabe que eso es terrible y va en contra de todo lo que fue una vez. Sin embargo, el chico acepta toda esa basura que Harry le ofrece y continúan juntos en ese círculo vicioso de pobreza sentimental, por diferentes motivos cada uno. Harry piensa que Draco, nunca le hubiera permitido jugar con sus sentimientos.

Un corazón, dos vidas HarcoOnde histórias criam vida. Descubra agora